domingo, 20 de mayo de 2018

WAITAKAO

EL HOMBRE QUE NO LE TEME A NADA
De por qué los perros salen corriendo a esconderse cuando oyen ruidos muy fuertes...
En una selva tropical de caudalosos ríos, que generalmente inundan con su furia muchas leguas ribereñas, en su andar sinuoso que a veces nos recuerda el largo peregrinar de las serpientes que van de una a otra cueva, de uno a otro árbol, engullendo uno que otro animal en sus andanzas, entre una flora inaccesible y opresora.
Resultado de imagen para la selva venezolana
Esta multiplicidad de formas y colores, entre ceibas y cujíes, riachuelos y cascadas, se encuentra viviendo un jovencito de la tribu Arcai o Arco, como el lector quiera llamar, adolescente de baja estatura, cara ancha, ojos oblícuos y cabello ondulado, piel más clara que la de los caribes, quizás por el gusto a bañarse y lavarse de contínuo.
Resultado de imagen para indigena bañandose
Su nombre es Waitakao, que significa "Hombre que no le teme a nada"y se lo dio su abuelo en el momento de nacer, mientras el padre permanecía echado en una hamaca ayunando, sufriendo sangrías y otras privaciones, como si estuviera enfermo; todo esto lo hacía para no perjudicar al pequeño, regordete, recién nacido.
Resultado de imagen para indigena recien nacido
Su abuelo se fijó largamente, muy bien en la luna y observó que estaba roja como la sangre, motivo por el cual intuyó en lo guerrero de la sangre del recién nacido, presentándoselo a la comunidad, como Waitakao, El hombre que no le teme a nada, por supuesto se formó la algarabía, se realizaron grandes festejos con mandioca, bananas, popunha y jugos de frutas.
Resultado de imagen para frutas y verduras
La vida de Waitakao se desplaza entre los trabajos cotidianos de una tribu oficiosa, ya cultivando y cosechando frutas, recogiendo tubérculos, rodeados de monos, papagayos, tapires, cocodrilos jóvenes, jaguares, aves de rapiña enjauladas para obtener sus plumas; pescando, cazando, y otras muchas actividades,  pero él no mira con agrado la actividad de sus compañeros, pues era muy flojo para todo, para salir de caza, traer frutos, buscar agua, apagar la lumbre de debajo de su hamaca, recoger el igname, judías, batata, pimientos, maíz o tabaco; cuanto le encomendara su madre era rechazado rotundamente, saliendo disparado furtivamente a esconderse entre la siembra que rodeaba la tribu.
Resultado de imagen para indigena en hamaca
Lo único que su madre logró medianamente, fue llevarlo a los señores de los productos cerámicos y convertirlo en Zoto, junto a su tío para que ejerciera una actividad que lo ayudara a sostenerse más adelante, cuando integrara una familia propia, pues no le gustaba el trabajo de la tribu.
Cuando ya habían pasado muchas lunas y también muchas inundaciones, festejos, juegos con pelotas hechas de caucho y hojas de maíz, sus ancestros más cercanos habían fallecido y siguiendo la tradición, fueron abandonados en una casa cercana, apropiada para esto...y él estaba convertido en todo un hombre, guerrero, a los ojos de los demás, como su nombre lo indicaba, aunque temiera quitar de sus pies a una simple rana o tara, haciendo que su perro Tuki le colaborara en esa empresa pues pegaba brincos ante cualquier ruido de tambores, o de aves revoloteando.
Decide tomar esposa, lo cual se hizo  en una 
simple ceremonia matrimonial, que consistía en mudar sus corotos para la casa de los suegros, entre sonidos de cañas o bambúes, regalos de telas y cestas para los recién casados, por supuesto entre festejos y brindis con Kashiri, fermentando cantidades de mandioca.
Resultado de imagen para venta de alfarería
Entre alfarerías, espléndidas cerámicas o enormes vasijas, transcurría la vida de Waitakao, "el hombre que no le teme a nada" , sólo a las cucarachas que aparecían en los recipientes; estaba sentado cuando la actividad estaba floja, despreciando su nombre, porque ni siquiera tenía guáramo para luchar por su subsistencia y la de su mujer en un empleo con más movimiento.
Imagen relacionada
En una oportunidad surgió una serie de burlas de una tribu vecina que se dedicó a ofender la dignidad guerrera del cacique de su tribu, pariente cercano, pues era el tio del hermano de la mamá de su santa madre y por eso sintió la necesidad de salir en su defensa, muy viejecito, no se podía parar de la hamaca, y a quien sus familiares tenían abandonado; por esto se convierte en caudillo.
Aunque la tribu no era guerrera, preparan dardos, mazas de variadas formas, lanzas de bambú, escudos de madera; todo en actitud silenciosa para caerle de sorpresa al enemigo y así lavar la mancha que habían puesto ellos; iniciaron el ataque con el sonido de los tambores de madera, rogándole con ofrendas a su diosa del bien, para que los acompañara en esa contienda, y más aún a Waitakao, que carecía de valentía; le rogó al piache que los protegiera echándole en todo el cuerpo el humo de un cigarro tan largo que parecía una palma meciéndose con el viento, además de otros ritos mágicos que pensaban alejaría de sus vidas el infortunio que su corazón presentía por el aviso de los sonidos de la naturaleza, y hasta al perro le pusieron la humareda, pero como no ladraba, apenas sí se oían sus quejidos o aullidos de sentimiento.
Así dispusieron la marcha, tomaron todas sus armas, esperaron que la luna se escondiera, caminaron pacientemente, entre juncos y flores de la selva, entre el canto de lechuzas y de grillos, entre el croar de los sapos y las ranas en los charcos, hasta llegar a las inmediaciones de la explanada de la tribu enemiga, cuando de pronto, sin mediar palabras son sorprendidos de manera inexplicable y Waitakao, el hombre que no le teme a nada, haciendo deshonor a su nombre sale disparado en veloz carrera hacia atrás, pero una flecha con curare lo alcanza, mira a Tuki con enojo por no haberle avisado y le da un toletazo, a lo que el pobre animal se va chillando adolorido.
Resultado de imagen para flecha con curare
Waitakao encuentra un hueco donde guarecerse, pero su alma lo abandona para penar en la Tribu de los Cobardes, de donde lo mandan otra vez a la tierra convertido en perro, por petición de Tuki, a sufrir las mismas circunstancias de una vida de perros.
Por esto es que cuando los perros escuchan ruidos muy fuertes, disparos, fuegos artificiales, salen corriendo a esconderse, temblando de miedo aunque sean los seres más serviciales que se conozca, ladran fuertemente cuando el peligro acecha su amo.
Resultado de imagen para perro asustado
Así Waitakao por su torpeza de vivir en un mundo de cobardía, vive en todos los perros del mundo, siendo el mejor amigo del hombre y esperando ser perdonado para convertirse en el verdadero