Una vez hace más de treinta años, salí a comprar algo de comer porque ya me había quedado sin provisiones, para tener algo en la casa, mientras me llegaba la quincena; cuando pasé por la casa de Celia, ella me llamó: ¡¡Josefina¡¡ -Josefina, tienes comida en la casa?, yo me quedé de una pieza: No¡¡ por qué?, -Toma, me dieron tres bolsas de comida, para entregarlas a alguien que la necesite, y te veo pasar y dije: Josefina es a quien se la voy a dar.
-Aquí está, que la aproveches.
-Celia, gracias, gracias, precisamente salí a comprar porque no tenía absolutamente nada en la casa.
Gracias Celia, que mis saludos y bendiciones te lleguen al lugar a donde estés.