martes, 14 de septiembre de 2021

HOY ME VACUNÉ


Por fin Covax entregó la mercancía pagada.

En las primeras horas de la mañana,fuí al Centro Diagnóstico Integral de mi comunidad, a realizarme un chequeo en los oídos y me encontré con la buena noticia de que estaban aplicando la vacuna china Sinopharm, primera dosis, así que aproveché después de realizar mi consulta con una joven doctora, muy amigable, de nombre Sandra, pasé por el consultorio donde estaban aplicando la vacuna, les pregunté si ya me habían llamado,porque yo aquí había dejado la cédula de identidad,a lo que me respondieron que no; seguí mis pasos hasta la puerta de salida del CDI, cuando escuché que me llamaban, me preguntaron el nombre, buscaron mi cédula, me pidieron que me sentara, me vacunó una joven con la mano muy suave, le dí las gracias, me entregaron mi constancia de haber recibido la vacuna y salí.Son casi las doce de la noche y ni siquiera en mi brazo se ve la marca de la aguja, ni pesadez, ni molestia alguna.

 Ahora a esperar los 21 días para recibir la segunda dosis. Después resumiré las incidencias completas de la vacunación, aunque yo me quería poner era la rusa light, que es una sola dosis, pero bueno me tocó la china. ¡Gracias China!; me imagino que este lote fue el que mandó el mecanismo Covax, que por terrorismo no había querido entregarnos aunque ya estaban canceladas. 

Pero la maldad, donde quiera que se encuentre será castigada, porque no tiene perdón. 


   

Y LOS MUERTOS? SIEMPRE DEL PUEBLO

Por entonces, El Silencio, Catia, Coche, Nueva Tacagua, San Agustín, El Valle y los barrios de Petare, se habían transformado en auténticos polígonos de tiro, al amparo de toques de queda que creaban el marco perfecto para arremeter. Todo lo que se pareciera a un "agitador" había que sacarlo del camino, y llevarlo  a "La Peste", fosa común del Cementerio General del Sur, de la que fueron exhumados en 2011, 71 cadáveres. Se escuchaba el ruido entrecortado de los disparos de armas largas y


 semiautomáticas, reinó aquella noche y las subsiguientes; se suspendieron las garantías constitucionales y el toque de queda adjunto fueron las coberturas jurídicas que permitieron la aplicación de una represión a sangre y fuego que en dos o tres días acabó con el movimiento popular.

En aquellas horas aciagas, Izaguirre, encargado del orden público fue el designado por el gobierno para atestiguar que la paz estaba retornando al país: -"Venezolanos, en nombre del Gobierno Nacional, me complace informarle a la ciudadanía que, desde el momento en que se dictó la suspensión de las garantías constitucionales y se implantó el toque de queda, la situación general del país, se encuentra prácticamente normalizada, sólo en la ciudad de Caracas subsisten", decía, cuando súbitamente abandonó el set con un tibio "Perdón".No conformes con la inocultable crisis en la que había caído la cuarta república, ante la evidencia de lo sucedido que los medios del país difundieron, éste necesitaba hacer control de daños: 300 muertos fue la cifra oficial. 

Sin embargo, según algunas ONG y asociaciones de víctimas, las muertes fueron más de 3000, una demostración más de la desconexión que, por entonces, el país vivía con su clase política. El Ministerio Público exhumó luego de 20 años, cadáveres de la fosa común de "La Peste" y logró determinar que 71 de ellos fueron víctimas de la represión del Plan Ávila y recibieron cristiana sepultura.

A paso lento ha marchado la suerte de los presuntos responsables de la matanza: El exministro de Defensa Italo de Valle Alliegro y tres exoficiales, el Comandante de la Policía Metropolitana José Rafael León, el exsegundo Comandante de la PM Luis Guillermo Fuentes, el exjefe de la Guardia Nacional Fredy Ventura Maya. Aunque el periodista Francisco Solórzano aseguró que era "una caza de líderes populares", los cimientos y estructuras de la sociedad venezolana fueron conmovidos por un sismo social, cuyos efectos dejaron una huella imperecedera.