martes, 26 de noviembre de 2019

VOZ LICEÍSTA


El día viernes 22 de noviembre de 2019, entrando a la escuela Rosa Peña, me topé con la directora del plantel y me preguntó si iba a participar en los talleres que se estaban efectuando en varias aulas, le respondí que no, que yo estaba encargándome de la coral con los alumnos de bachillerato, quedo por fuera ya que pertenezco a la comunidad, que aunque haya pertenecido a esa institución hasta el año 1996, en estos momentos estaba colaborando con ellos, (que hasta los momentos, la Coral es de 17 hembras y un varón; de primero, segundo y tercer año de bachillerato, con edades comprendidas entre 11, 12 y 13 años, nos reunimos los viernes para la preparación inicial con el Himno a Rosa Peña, luego estuvimos trabajando con un potpourri con la cañonera "Brujería" de los Antaños del Stadium, luego "Fray Martín" y cerrar con "La Cucaracha"; la prisa por implementar las tres canciones era que yo tenía la re-inauguración de la biblioteca Don Simón Rodríguez, en el preescolar donde presto mi colaboración, que estaba pautada por sus docentes para el 14 de noviembre y necesitaba tener a mano un acto cultural para la celebración, la consecución del sonido, con el prof. Víctor Farfán y cantantes con la profa Lisette García y mi persona también con cuenta cuentos, teatro navideño de los alumnos de la escuela Rosa Peña, organicé igualmente el programa del día con el listado y selección del Maestro de Ceremonia, Oradora de Orden de acuerdo con las aptitudes individuales, mientras los maestros de la escuela estructuraban la parte técnica, educativa a implementar en la biblioteca).

La profa. Lisette escogió el nombre de la jovencita a participar, recayendo en Omairys Hernández, de primer año de bachillerato con 13 años, de inmediato me dirigí hasta el profesor de cuatro Campelo como encargado de ensayar la canción completa, durante los días viernes, sábado y domingo, a fin de que recibiera en poco tiempo la formación necesaria para su presentación en el liceo Pérez Bonalde, además de sugerirle a la niña que llevara el cabello suelto, le entregué un cintillo, que no usó y le recomendé que tomara te de orégano para aclarar su voz.


Llegó el día lunes, me fuí a la escuela, le entregué a la subdirectora una carpeta de plástico con la letra de la canción, y otros datos importantes, como la ví muy nerviosa le preparé un poco de orégano para que se lo llevara al liceo, ya que me dijo que le había dado fiebre de los nervios.  


Por todo lo acontecido, me contento muchísimo, de haber logrado enviar a una alumna a participar en este evento, que en tan corto tiempo la niña se aprendió la canción, aprendió a usar el micrófono, a usar la pista como fondo o guía de su interpretación. Y por ahora, hasta el próximo viernes o/y la próxima competencia.
Igualmente muy satisfecha del éxito obtenido en la reinauguración de la biblioteca donde me desempeño diariamente.