lunes, 18 de octubre de 2021

PRIMERA VEZ

 

Llegué de una reunión muy bien, me acosté, tranquila, mi cuerpo no me estaba amenazando, había comido, bebido refresco, chucherías varias y listo, terminó la reunión y me regresé a mi casa aproximadamente nueve de la noche. Esa noche en mi cama estaba mi nieta Gabi, que nunca la dejo ahí, siempre la levanto para que se vaya a su habitación, por lo que esa noche no la llamé y permití que siguiera durmiendo en mi cuarto.


Como en la madrugada, me desperté con dolor en el colon transverso, fuí al baño y en realidad me sentí muy mal, además muchas ansias de vomitar; así pasé toda la noche en ese estado de dolor abdominal.

Mi nieta me había escuchado y estuvo presta para auxiliarme cada vez que lo necesitaba; nosotras dos solitas en aquel conflicto. Hubo un momento en que me senté en la cama con muchos deseos de vomitar, pero yo me negué, porque no quería, y me tapé la boca con la tela que tenía a mano. Hice mucho esfuerzo, sentí que mi pierna izquierda explotaba y ví  las burbujitas que subían hacia la rodilla, momento en el cual perdí el conocimiento y caí en los brazos de mi nieta, que me estaba abrazando, pasándome las manos por el cabello; me desperté mientras la escuchaba que me decía: -¡Abuela.qué pasa? ¿Qué tienes? -¡abuela! ¡abuela!; acto seguido empecé  temblar con fuerza y me acosté, me arropé con la sábana, el cubrecama y le pedí que me buscara un abrigo, me tapé con todo eso y quedé allí como por diez minutos, recogida y temblando de frío. Luego seguí con lo anterior, deposiciones líquidas y contención de las ganas de vomitar; empecé a tomar suero, agua en cantidades para reponer lo que estaba expulsando, hasta el día siguiente que ya me empecé a sentir mejor, en horas de la tarde.

Este tipo de reacciones de mi cuerpo, es muy rara; pero yo lo que creo es que no es lo mismo tener veinte que tener sesenta o setenta. Lo que veo es que cuando avanzamos en edad debemos tener cuidado con lo que comemos, y creo que lo que me hizo daño fue el fructus, al que realmente me desagrada, o le tengo cierto rechazo.