Hoy es primero de junio del 2020, estoy trabajando con mi nieta dándole herramientas para que se disponga a tomar un libro de lectura y lea de una vez por todas, nos iniciamos con las vocales, luego se apropió de la sílaba m, leyó palabras con m, al principio, en el medio y nos fuimos a las oraciones; estas palabras y oraciones las he repetido mil veces ya que la niña carece de atención, y por lo visto es hiperkinética, ya que no se queda tranquila ni un instante. Luego con cartones escritos con la sílaba p, nos iniciamos a formar palabras con m y p, luego oraciones con estas palabras, copia y dictado. Escribir en el aire esas palabras, borrarlas, volverlas a escribir y volver a borrar. ese acto de escribir y borrar en el aire, le gusta a los niños por la distracción que representa.
Después de esto, empezamos con la letra l, igualmente palabras, oraciones, copia, dictado; así continuamos con la letra t, luego con la letra s, después con la letra n, lectura de cuentos, buscar palabras dentro de revistas, recortarlas, escribir cuentos, revisar libros, hacer rompecabezas, resolver sopa de letras, también usamos los juegos de internet y las sopas de letras en la pantalla.
Cuando los niños tienen esa capacidad de estar atentos a todo, no es que no tengan atención, como dije al principio, sino que todo les llama la atención y hay que hacerle una programación verdaderamente motivante para que se interesen en el aprendizaje de la lectura, y con toda la paciencia y calma del mundo, para que el alumno no se sienta rechazado o agredido con las palabras de la maestra.
Una edad maravillosa para aprender a leer es hasta los cinco años, y es muy difícil cuando pasan a los siete, les cuesta más.
Hoy como todos los días me levanté tarde, me preparé mi arepa, que me comí con granos y queso blanco, recibí a los médicos cubanos, que venían a preguntar otra vez si había alguna noticia nueva en el ambiente familiar, con respecto a salud; le comuniqué la asistencia de una contagiada a esta calle cuando vino a buscar su caja de comida, entregada por la gobernación del estado Miranda, y me respondió que eso estaba solucionado, porque estaba hospitalizada, que con eso no había ningún tipo de problemas; me indicó la doctora que me entrevistó que debía estar pendiente de la reja del frente de la casa, porque allí colocábamos las manos. Pasé la mayor parte del día leyendo las noticias referente a la insurrección que hay en USA por el homicidio que se hizo a Floyd, un habitante afrodescendiente por un policía blanco, quien lo esposó, le puso la rodilla en el pecho y como consecuencia se le cortó la respiración, se desmayó, así durante ocho minutos, fue trasladado y falleció en el hospital, aún cuando el hombre le pedía auxilio porque no podía respirar.
Mal, mal, así están las cosas en ese país que nos ha agredido hasta el cansancio
