jueves, 23 de julio de 2020

EL APLAUSO

En estos días te hice ver cómo me bajé de la cama, pero no tuve tiempo para contarte más nada, porque tenía miedo de romperme la encía, porque no me habían salido los dientes de leche, ahora que soy más mayorcita, puedo, sin duda realizar una que otra proeza como las que me gustan a mí; yo tenía pensado colocarme arriba de la mesa del comedor, por lo tanto me subiré a una silla y de ahí me será mucho más fácil llegar hasta la cima de la mesa. Bien vamos a ver cómo me sale este proyecto. Manos a la obra.


Bueno...déjame explicarte cuál es mi proyecto, que me parece es factible, a bajo costo, no necesita muchos recursos, nada más una silla y una mesa a la que debo llegar, para coronar mi éxito, y todo mi empeño, que es bastante, mi intuición y mi intelecto, que debe estar en un 100%, aunque no me he hecho la prueba


No, no, no puedo aceptar lo que me estás alegando, porque sencillamente, no me puede pasar absolutamente nada, no hay peligro de ningún tipo, todo está cubierto, además para realizar un proyecto de esta envergadura, pues con el empeño basta y sobra, ya yo he recopilado los datos necesarios, los he clasificado y tabulado, y por ningún motivo quiero que en mi mente se anide la sensación de impotencia o se me confundan cuál es la silla que voy a escalar. Y a pesar de todo siento un dolorcito en el plexo solar cuando pienso en lo que voy a realizar


jajaja, claro, yo entiendo tu punto de vista, como tú me sugieres, a veces da miedo, pero eso se resuelve sacando fortaleza del fondo del alma, y pa´lante; yo sencillamente ansío resolver este problema, para poder aplicarlo en futuros proyectos que tengo y que son muchos, como montarme por las rejas, escaleras, ventanas, árboles y más....., ay pero qué pena contigo, que tengas miedo.


Por los momentos, ya inicié el proyecto montándome en esta silla, pero de aquí hasta la mesa es bien lejos, es una norma que uno se debe cuestionar la fiabilidad de los instrumentos y ahora veo que este instrumento, no me sirve para nada, ¡que problema!, ahora tengo que buscar otro que me acerque exactamente a la consecución de mi proyecto. ¡Manos a la obra! 



Por esto, me bajo de esa silla de hierro, que yo creí que era la más segura, para montarme en la silla de madera que está más cerca de la mesa, pero carece de brazos, aunque esta seguridad con la que manejo esta situación, me dice que eso es el método científico y sinónimo de Ciencia.


Bien. bien, ya estoy montada en la silla adecuada, usando la técnica apropiada, tengo una variable independiente espontánea y soy yo la que controla los hechos, de acuerdo con mis iniciativas y disposición para llevarlas a cabo. Como puedes observar, me lanzo sobre la mesa para caer en el centro, ahí es cuando me pongo nerviosa, porque no sé qué es lo que va a pasar, ya que tengo un pie en la silla y otro en el aire y no tengo de qué agarrarme.


Aquí en esta gráfica, mi secretaria, asistente y colaboradora, como que tembló de pronto, porque la foto quedó realmente movida, casi inservible


Que cosas tiene la vida, me lancé sobre la mesa, no tengo de qué agarrarme, pero aún así, aunque mi rostro diga lo contrario, yo estoy serena y afrontando todas las dificultades que se me presenten, para controlarlas debidamente


Mi hermanita, que no sé de donde salió y con esa cara de susto, me da un abrazo de felicitación por haber concluído con éxito mi proyecto, y como me salió bien y nadie me aplaude, yo me aplaudo, que soy la ganadora: plas plas plas. gracias, gracias....


Y así concluye este escalofriante proyecto, porque yo fuí la única e indiscutible ganadora, donde todo el público quedó con la boca abierta y haciéndose la señal de la cruz y diciendo ¡Dios Mío!.
Espero crecer para poder entenderlo, ya que como me pueden observar, apenas me salieron los dientes de leche ya soy una investigadora.