"Con este trato, con hambre, la intemperie de los montes y del acero perecían a millares y la guerra y la conquista se acababan", "..la guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte, perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla". En otras palabras, Bolívar firmó: "Españoles y canarios, contad con la muerte aún siendo indiferentes, sino obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida aun cuando seáis culpables"
Frases finales del Decreto de Guerra a Muerte dictado por el coronel Pedro Briceño Méndez, el 8 de junio de 1813 y firmado el día 15 por El Libertador, que aunque haya sido criticado se trataba de una respuesta justa, lógica y necesaria a la orgía de sangre y tierra arrasada, desatada por los realistas, y Bolívar antes de desalojarlos de Trujillo, dijo: Nuestro odio será implacable y nuestra guerra será a muerte.
Así, también viene a la memoria la lectura del religioso, capuchino Fray Eusebio del Coronil, arengando a los soldados a que: "de siete años para arriba, no dejasen vivo a nadie"
Hoy observando los acontecimientos de mi Patria, me acerco al Decreto de Guerra a Muerte, y suspiro, viendo a tantos traidores deseando vernos destrozados, por unas simples monedas de plata como los propios Judas que son.
(Tomado de Venemérides 2004. Caracas)