EL APARTAMENTO

APARTAMENTO EN BARRIO UNIÓN

Una  vez que recibí mi cargo, entregado por la escuela donde estudié y me gradué, en Caracas-Venezuela, decidí mudarme para un apartamento de dos habitaciones, sala, comedor, cocina, un baño; mi prima se quedaría con una habitación y mi mamá y yo con la otra; el primer día de habernos mudado, mi hermanito se acostó en una habitación y yo en la otra con una de las niñas pequeñas. Apagué las luces, junté las dos hojas de la puerta, ya que hacía calor y no usábamos ventilador y mucho menos acondicionador de aire, dejamos la ventana abierta, y nos quedamos profundamente dormidas. A media noche, mi puerta estaba abierta, la luz de la sala, enfrente, estaba prendida y yo miré hacia afuera, no muy contenta que digamos, sólo asustada. La cerré y escuche como golpeaban la mesita de la sala, también la puerta de la habitación donde estábamos. Más me acurrucaba en la cama asumiendo una posición fetal.

Al día siguiente mi abuela llegó a bendecir esa estancia; todo se sentía muy bien hasta que escuché llamarme con voz y eco en el comedor: JO SE FI NAAA.

Presintiendo lo invisible, pregunté: -Abuela, me llamaste? !NO!, le conté la molestia que tenía y me dijo: !no respondas! !nunca respondas!, ok.

Me fuí al baño a cepillarme los dientes en el lavabo, cuando, de pronto, muy distraída, sentí una mano que apretaba mi glúteo derecho, despavorida grité: !ABUELA!

- !calma!, !calma!, que voy a rezar.

Me fuí a la habitación a terminar de arreglarme para salir y escucho como las sillas se levantaban y caían, en una locura apocalíptica, donde estaba mi abuela y pensé que se había caído, cuando llegué, estaba sentada tranquilamente rezando para que esos espíritus de ese apartamento se aquietaran y más para aquellos que le habían movido las sillas. 

Esa misma noche ya estaba en el apartamento un bebé de semanas de nacido, durmiendo plácidamente junto a su madre y dos niños más, cuando ella escucha a alguien caminar por la cornisa de la ventana y la cierra apresuradamente.

A media noche grita el bebé, su madre tantea la cama,  lo busca entre las sábanas, no lo toca, salta de la cama, enciende la luz y sigue mirando por todos lados, no lo encuentra, !claro! está tirado en el piso, no se explica cómo un bebé de tan pocos días de nacido, pudo pasar por encima de la hermanita, si ni siquiera gatea, y se aterroriza más cuando escucha como alguien corre escaleras abajo, atravesando paredes y puertas hasta llegar a la calle....................................................................................