Soy tu hijo pequeñito,
madre santa,
abrázame
cárgame
méceme.
En esta paradoja que es la vida
me encuentro varado en el camino.
te extiendo mis manos temblorosas
acógeme en tu pecho
madre mía
Sálvame de las zarzas que me pinchan
quiero fundirme en tí
desaparecer como si fuera
una gota de rocío
en el océano.
Tengo escaras vivas
en mis rodillas rotas
y mis manos raspadas
no me permiten ni un soplo.
Úntalas con tu bálsamo divino
rocíalas con néctar de las flores
tapónalas con lluvia de estrellas
y
envuélvelas en nubes irisadas.
Mi andar tambaleante e impreciso
no puede aprehender
el carril
que me lleve hasta la senda.
Ayúdame,
guíame
llévame
soy tu hijo pequeñito
mami santa.
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