sábado, 8 de junio de 2019

VIAJE A LA PLAYA


En una oportunidad nos dispusimos en la casa para realizar un viaje a la playa, seis personas con tres niños, dos hembras, un varón, por lo general llegábamos el día anterior alquilábamos una o dos habitaciones según el tamaño de las camas. 
En esta oportunidad, nos quedamos en la población de Macuto, en un hotel donde prestan un buen servicio, en frente de la plaza de Las Palomas, de allí nos fuimos a otra playa que tiene un buen espacio de Vestidores, con baños, casilleros y le dan a uno un recibo por el importe realizado a la entrada, con ese recibo, en la tarde se retira los objetos personales depositados en los casilleros, allí no está el número del casillero, sólo el importe que ha hecho al llegar.
Bueno, lo cierto del caso es que cancelamos el servicio, recibimos el ticket del cajero y nos fuimos a la playa, alquilamos unas sillas y toldos, y...a juguetear con las olas, saltando cada vez que nos llegaba una, nos devolvía a la orilla, nos tumbaba, arrastraba, revolcaba, salíamos corriendo para que no nos atrapara y nos devolvíamos con el mismo juego, donde siempre ella era la vencedora; así pasamos el día, corriendo, comiendo helados, ostras en limón, agua de coco frío, obleas, sopa de pescado, tostones, ensalada, refrescos y todo lo que nos ofrecieran. 
Cuatro de la tarde, hora de irnos, recogimos nuestras pertenencias y nos fuimos a los vestidores para cambiarnos, pero ¡oh¡ desastre me pongo a buscar el ticket del pago y no lo consigo, boto en el piso todo lo que tenía en el bolso, busco y rebusco y ¡NADA¡, no estaba, me siento a pensar qué hacer, cómo solucionar esta situación, y me pongo a caminar de arriba abajo, pensando, pidiendo la solución...cuando de pronto..miro al suelo, miro y me doy cuenta que hay unos tickets en el piso y los recojo, empiezo a revisar la cantidad de dinero que tienen de importe y entre éstos está uno de ellos con la cantidad exacta que nosotros necesitábamos que era la que habíamos pagado en la mañana, como si el recibo, aún con los fuertes vientos que se sienten en las playas, no se hubieran movido de allí.
Sencillamente dí las gracias, limpié el recibo y nos fuimos directo a los vestidores, lo entregué, buscamos nuestras pertenencias, nos bañamos, cambiamos y tomamos el autobús que nos llevara a Caracas...y aquí no ha pasado nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario