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martes, 14 de julio de 2020

A LO GIOCONDA




En un momento de mi vida, hace algún tiempo, salí de la casa porque necesitaba solventar algunas necesidades legales en la Alcaldía de mi comunidad y lo primero que hice fue ir al Banco, a retirar un dinero para cancelar deudas y comprar la comida.
Salí del Banco, guardé el dinero, la Cédula de Identidad y la libreta de ahorro en una carpeta de plástico azul, de doble bolsillo que llevaba junto con otras carpetas marrones, además mi bolso estaba bien pesado y me restringía caminar con soltura; me fuí caminando poco a poco hasta la Alcaldía, pero recordé que ansiaba ver si el automercado donde yo compraba tenía unos productos que necesitaba en la casa para hacer un quesillo, y me fuí hacia allá, en la avenida por detrás de la CANTV, me devolví y llegué hasta la Alcaldía, la secretaria me hizo pasar de inmediato y me dispuse a abrir mi carpeta azul para contar y entregar el dinero en la Caja, que estaba en esa misma Dependencia. 
Mi horror fue bien grande, cuando me di cuenta que la carpeta azul eléctrico no estaba, se me salieron las lágrimas, me tapé la cara con las manos y me quejé de aquella situación, de haber botado mis documentos personales, los reales y le nombré a la muchacha el sinnúmero de cosas que había allí en esa carpeta azul eléctrico.
La muchacha, ni se inmutó, me imagino la cantidad de gente que le habrá hecho ese drama, ahí mismo, en esa misma silla, para conseguir una ayuda del gobierno, y quizás esa representación la hacían a diario o a cada rato.
Me levanté de la silla, toda amargada, desilucionada, muy apesadumbrada y decidí caminar por los mismos sitios que había recorrido anteriormente, desandar mis pasos, sin pensar, sin pensar, y caminé y caminé, mirando, buscando, mirando cada basurita con la que me topaba...hasta que divisé algo como una carpeta, pero no era la mía, porque no era azul eléctrico, era marrón, corrí hasta ella, antes que otra persona llegara.....y llegue...¡MI CARPETA!, estaba abierta boca abajo, la levanté como a bebé recién nacido, la limpié, estaba entierrada, la habían pateado tanto que había perdido el color ya que ahora lucía totalmente diferente al bonito azul eléctrico que saqué de mi casa, y aún también  me faltaba conocer su contenido ????????..... tenía miedo de no encontrar mis tesoros.. y abrí.. me tapé la boca con las manos sucias, me limpié las lágrimas que rodaron otra vez por mis mejillas y un gran suspiro se escuchó en la calle, mientras la gente que pasaba me miraba con una sonrisa a lo Gioconda.

                                                  Historia Sobre la Fundación de Ocumare del Tuy | Tucuy
                                                                                    Plaza Miranda de Ocumare del Tuy

Me dirigí hasta la plaza Miranda a sentarme, estuve un rato contemplando los vehículos que pasaban, la gente que conversaba alegremente y ya colmada de alegría renovada, me fuí para mi hogar..dulce hogar.  No había pasado NADA.