AQUÍ ESTOY
Sentada ayer en el andén de un autobús
rumiando mis tristezas
con los ojos preñados de lágrimas
mirando el ambiente circundante
sin mirar
arrepentida quizás de haber vivido
pesada el alma
con un peso silencioso
que comprime
y agobia más mi humanidad
con un halo de vapor
quemándome la piel.
Mis pies adheridos a la tierra
desfallecida,
aniquilada
turbias las aguas de mi alma
dolores y rabias mezcladas a la vez
haciendo impreciso el conocer
¿qué siento?
¿dónde está mi error, mi desacierto?
¿acaso he vagado por la vida?
¿acaso he desvariado,
siempre con falsas ilusiones?
quizás cuando quise franquear
la puerta de este mundo
los astros en conjunto se opusieron
y el mismo Dios
en un abrazo silencioso
me apoyó en su regazo
y acarició
mi luenga cabellera
compasivo.
Aquí estoy
con la garganta seca
buscando ecuanimidad en mi conciencia
queriendo ser auténtica
cristalina
un faro
o una filigrana pura
queriendo ser la savia
que nutre y alimenta
y que mis hijas
tomadas de la mano
puedan enfrentar el mundo
o la ilusión
y si un mañana
se alejan de su nido
lo hagan con fuerza, con tesón
que sus conciencias
adquieran todo el tiempo
el exquisito resplandor
de un nuevo día.
1996
