En una oportunidad, en mi casa tenía dos trabajadores, a quienes les cancelaba sus honorarios religiosamente, los viernes; pero ocurrió que una semana, no sé cómo, no tenía cómo cancelar la deuda. Me llamé a la calma, agarré mi libreta del Banco de Venezuela, mi tarjeta y, simplemente, salí; llegué al lugar, introduje mi tarjeta y ¡oh¡ sorpresa, en la cuenta había, exactamente la cantidad que necesitaba. Necesitaba saber cómo había llegado ese dinero a mi cuenta y me dediqué por todo el camino, a preguntar a todos mis conocidos, si habian recibido algún depósito; todos me respondían NO¡¡NO¡¡NO¡¡. por lo que pude constatar una vez más que si necesitas algo, el universo lo sabe y tú, simplemente no puedes contaminar esa necesidad con duda, con miedo, con desastres...hay que dejar correr todo y no dañar una necesidad con malas vibraciones. Hay que aprender a vivir en este mundo, alocado mundo que nos tocó habitar.
Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
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miércoles, 24 de abril de 2019
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