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viernes, 9 de octubre de 2020

DON FRANCISCO DE MIRANDA


 A veces hablar de un hombre de la talla de Miranda, nos llena de orgullo, honor y estimación, nació en Caracas el 28 de marzo de 1750, fue el primogénito de Don Sebastián y Doña Francisca, se instala en un mundo de ideas creativas, ya que procede de una familia ilustre y distinguida. A los doce años ya estudia latín; egregios profesores le inculcan además catecismo y gramática pura; prosigue después de dos años, un Curso de Menores, que excelso profesor en la Universidad le da. El latín, aprendió a conjugar, declinar y formar oraciones, la prosodia y la ortografía, para traducir libros, pues esa era la orden del día. Esa juventud vital de muchacho soltero y libre, que no daba escándalos  ni malas notas, era arreglado, cristiano y honrado, amparado siempre por sus buenos padres; era esmerado en sus obligaciones, tranquilo, aplicado y disciplinado, armonioso con sus padres, cumplidor fiel de sus deberes cívicos, como escolar y como religioso. Contaba Francisco 20 años de edad, se va de Caracas a servir al Rey, se va a España buscando, belleza, verdad, ciencia e instrucción, llevaba en su alma amor por los libros; su "Fúlgida Luna", "El Recurso Inagotable", "El Consuelo de su Vida", por eso leía dos o tres libros a la vez, se enfrenta a ese mundo que ha de cambiarle su ser en un simple  segundo. Allí describe cultivos, muchos trigales y olivos, campiñas frutales, naranjos y extensas bibliotecas, donde se sume a leer, como su amigo bien fiel, va en busca de obras de arte, mientras perplejo contempla, con gran temor quizás, aquella grande ciudad. Conoce la nieve, y en su deseo de viajar, se enfrenta a otros paisajes, a nuevas formas de crear. Describe todo lo visto, iglesias, avenidas anonadantes, palacios, viñedos, bustos, y grandes ríos burbujeantes; el joven Miranda abrazando su soledad amplía sus estudios con libros de historia y arte militar. Agrega filosofía, matemática, poesía, religión, literatura, más la trigonometría; se lee la Biblia, álgebra, física, comedia, más óptica, geometría, metafísica; revisa el francés, gramática italiana, también el inglés, que escribe del derecho al envés. Las comparaciones que apunta entre estos tres idiomas, en ese momento usa para lograr su victoria. Apasionado del mundo y también de geografía, estudia con grandes globos, se concentra en el ataque, este ser intelectual, ese hombre de saber, en sus noches de dolor, abraza una dulce flauta, estudia sus notas vibrantes; recordará viejo anhelo, pensará en lo familiar...y por qué no, después de todo esto, se inclinará a suspirar. Hoy aquí nos encontramos, frente a tí, Francisco amado, pídote un gran deseo, que al niño venezolano, tú lo lleves de la mano, que tu espíritu le cubra las alas del corazón, que lo hagas estudiar con perseverancia y tesón, que la vorágine oscura, o maligna no lo vaya a envolver, que rechace el irrespeto para ser bueno y honesto, que el estudio sea su principal defensa, lo intelectual, su horizonte, el arte, su alegría.... y su familia: Pasión.





De Tomás Polanco Alcántara

Recreado por Carmen Josefina Barreto. 2020