Pero, es que no puedo creer lo sin vergüenza
que es
que es
mi perrita.
Hoy mi nieta más pequeña fue a tomar agua de la nevera y dejó la puerta abierta, paseó por la cocina y tranquilamente volvió a depositar el pote del agua en el refrigerador.La perrita se acercó sigilosamente a la parte de las verduras, que lógicamente es la inferior y tomó con su boca una lechosa de aproximadamente 20 centímetros, se fue para el frente de la casa, donde hay plantas y la despedazó, debe haber comido algo porque cuando ví la fruta estaba incompleta y por mi mente nunca pasó que ella la había tomado.
En fin, me resigné a la pérdida de la lechosa y agarré el sobrante y lo puse en tierra para las matas.
Hago mis diligencias que tenía por hacer y vuelvo a la casa, cuando llego y mi hija me abre la puerta, empiezo a contarle lo que Coqueta había hecho: -Tú no sabes lo que Coqueta hizo, agarró de la nevera la lechosa, la trajo hacia el frente de la casa y mira cómo está regada.
Una vez que empiezo a relatar los hechos, la Coqueta sacó de la tierra la concha de la lechosa y la puso en el medio de todos, para que viéramos de lo que yo estaba hablando; por eso digo que esta perrita es bien sin vergüenza, y luego me dicen los que la defienden: -Pobrecita, no entiende¡¡¡¡¡¡¡