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sábado, 10 de julio de 2021

RELIGIOSIDAD INDÍGENA

 


"Traguemos oro, hagamos nuestro pensamiento grande" 

Esta historia o mitología la extraje de un libro de la UNAL, donde los indígenas expresan su propia religiosidad, la cual fue borrada cuando llegaron los conquistadores a estas tierras, para imponer otras, las europeas.

"Niño Vargas considera que la concepción cosmológica Ette.(2007: 68). 

El cosmos Ette se destruye y renueva periódicamente, al mejor estilo de las cosmogonías mesoamericanas y amazónicas; la diferencia es que los Ette pueden hacer mucho por detener o demorar ese inevitable proceso, ya que parte de sus tradiciones y ceremonias tienen ese fin: La destrucción de la tercera tierra y el descenso de la cuarta habrían sido negociadas entre dos Yaau (padres espirituales); tierras que fueron arrasadas por agua, fuego y barro, además expresan que la cuarta es nuestra presente tierra, y aún queda por bajar una quinta tierra, aunado en si, todo esto nos hace pensar en las cinco eras-tierras representadas en la piedra del sol Azteca-méxica: como los padres-madres Kogui y Mayas, ya que Yaau dispuso el mundo con su pensamiento, lo hizo él solo, cuando estaba en un pozo de agua cristalina en cuyo centro había una gran ceiba. 

Yunari Kraari, la Madre, es lo primero, pues ella está en el principio, está antes que Sol y Luna. Ella es la abuela de Yaau y Numirinta, los primeros padres, así como la madre Kogui, la madre Ette existía antes del amanecer, y hoy por hoy «en su espalda y su pecho están los Ette» –una imagen que nos recuerda a Kaká, Madre Tierra Uwa. Los actuales Ette son la gente que recién bajó a comer y a pensar. Según las investigaciones de Niño Vargas, hay tres itti o tierras:

 El inframundo está en tinieblas, en una especie de regazo de la tierra oscura original; allí hay gente de baja estatura, marimondas negras y morrocoyos; todos ellos seres preliminares, antecedentes del hombre de las  llanuras del Caribe y Serranía de Perijá, debido a sus rasgos físicos y tipos de comportamiento arcaico, además en el inframundo también vive el Wiisawi, ser con cuernos y piel pegajosa, una especie de demonio o prefiguración del toro español que atormenta a hombres y mujeres, según las pesadillas narradas por ellos. 

El supramundo es similar a éste solo que está al revés: cuando aquí es de día, allá es de noche, esa gente de allá arriba es de piel gruesa, y de vez en cuando mira hacia abajo esperando el turno para que su tierra baje. Los takwajtuggua (especialistas médicos y religiosos, según Niño Vargas) suben allá por la vía láctea: usan el bejuco arquetípico o escalan la gran ceiba que está en el centro(axis mundi).


 En los cuatro extremos están ubicados los cuatro hombres-pilares que sostienen el mundo sobre sus hombros, ya que como el mundo, o los mundos, se sostengan sobre hombres o deidades pilares, es un importante tema coincidente con los chibchas de las sierras nevadas de Santa Marta y el Cocuy, los antiguos muiscas del altiplano cundiboyacense, e inclusive algunos grupos mayas de Mesoamérica. 


En el mundo del medio están los Ette, la gente, sobre una tierra que es en sí Yunari Kraari, la Madre. La sucesión de eras es comparable a la cosmovisión expresada por los Aztecas: un narrador Ette dice que «hubo dos soles antes», soles que ya se murieron (pues los Aztecas o Méxicas no hablaban de eras sino de soles). Según los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, los mamas o sacerdotes son hombres pilares que sostienen la Tierra y propician al Sol para que siga saliendo"