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martes, 6 de octubre de 2020

CENTRO DE LA TIERRA


 Hace algún tiempo cruzó por mis ojos el Diario secreto del Almirante Richard E. Byrd, piloto aéreo, que entró en el interior de los dos polos volando por lagos y ríos cristalinos, tierras frondosísimas en donde pastaban toda clase de animales bajo un sol tibio y dulce, por el cual quedó encantado diciendo que era un continente de cielo y tierra de perenne misterio; este relato me hizo quedar realmente  impresionada.


Escribió así: "Debo escribir a escondidas y en absoluto secreto, sobre mi vuelo Ártico del 19 de febrero del 1947. Yo no tengo libertad para divulgar este acontecimiento, quizás nunca verá la luz, pero tengo el deber de escribirlo con la esperanza de que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la verdad. Vi extensiones de hielo con coloraciones amarillentas, violáceas y rosadas, cuando de pronto la brújula magnética y la aguja giroscópica comenzaron a girar y a oscilar, haciendo imposible nuestra ruta, tomamos la brújula solar y estaba todo en orden, aunque los controles respondieron muy lentamente" "Quedamos alucinados cuando avistamos una pequeña cadena de montañas, luego un valle con un pequeño riachuelo que discurre hacia la parte central. ¡Hay algo decididamente extraño y anormal aquí! ¡En la ladera izquierda hay grandes bosques, musgo e hierba muy tupida! ¡La luz aquí parece diferente! ¡No soy capaz de ver el sol! ¡Veo un elefante! ¡No, parece un mamut! Parece un mamut, increíble, pero es así. Descendimos 1000 pies y saco los prismáticos, la radio no funciona, la temperatura exterior es de 24 grados centígrados, el paisaje parece nivelado y normal; vimos una ciudad destellante como los colores del arcoiris y el avión está extrañamente flotando, sin control. Alrededor hay aparatos raros, que se aproximan, con insignias, símbolos extraños, ¿Dónde estamos? ¿Qué ha sucedido?  ¡Los mandos no responden! ¡Estamos atrapados! ¡Una voz con acento nórdico o alemán nos habla por la radio!Esa voz se expresa así en inglés: -Bienvenido a nuestro territorio, Almirante. Os haremos aterrizar exactamente dentro de siete minutos. Relajaros, que estáis en buenas manos. Estamos iniciando la maniobra de aterrizaje. El avión empezó a descender y se acercaron unos hombres altos de pelo rubio, sin trazas de armas, de pronto oigo una voz que me ordena: Almirante Byron, !Abra la puerta!. El técnico y yo fuimos sacados del avión, embarcados sobre una pequeña plataforma sin ruedas y llegamos a la ciudad que  parecía hecha de cristal, algo nunca, nunca visto. Nos ofrecieron una bebida caliente desconocida, pero deliciosa, a los diez minutos, vinieron por mí, para llevarme a una especie de ascensor, que descendía, la puerta se abrió silenciosamente hacia arriba, con una luz rosa que parecía salir de las paredes. Nos paramos ante una gran puerta, que tenía una inscripción ininteligible para mí, que se deslizó sin ruido, entré oyendo estas palabras: -No tenga miedo, Almirante, váis a tener un coloquio con el Maestro. Entré y mis ojos se adecuaron lentamente a la maravillosa coloración que parecía llenar completamente la estancia, la vista más sorprendente de toda mi vida, hasta que fuí interrumpido en mis pensamientos por una voz dulce: -Le doy la bienvenida a nuestro territorio, Almirante. Era un hombre de facciones delicadas, pero de edad, sentado alrededor de una mesa grande, que expresó, que me había dejado entrar por mi carácter noble y porque era conocido en el mundo de la superficie. ¡Mundo de la superficie!. Casi quedé sin aliento. -Si, usted se encuentra en el territorio de los Arianos, el mundo sumergido de la tierra, nuestra misión empezó una vez que ocurrió la explosión de Hiroshima y Nagashaki en Japón, fue en aquel momento cuando llegamos  a vuestro mundo con nuestros medios voladores, los flugelrads, para investigar todo lo que vuestra raza hace. Vea, nosotros nunca hemos interferido en las guerras y en la barbarie de vuestra raza pero ahora debemos hacerlo, porque están manipulando la energía atómica, hemos mandado diferentes mensajes que no son atendidos. Vea, nuestra cultura y ciencia, están miles de años por delante de las vuestras, pero entre vosotros hay quien destruirá al mundo antes que renunciar al poder. Desde 1945 hemos querido estar en contacto, pero somos recibidos a fuego, con mucha maldad y animosidad, pero se viene una gran tempestad en el horizonte, asolará hasta que cada flor de vuestra cultura haya sido pisoteada, habrá caos, nosotros aquí podemos verlo claramente, cuando llegue el momento apareceremos para ayudar a vuestra raza, ya que quizás habréis aprendido la futilidad de la guerra y de su lucha.

Nos dijimos adios y el 11 de marzo de 1947 fuí al encuentro del Estado Mayor en el Pentágono, relaté mi descubrimiento, me retuvieron, fuí cuidadosamente interrogado y me obligan a permanecer en silencio como un militar que soy, que debo obedecer órdenes.



El 30 de diciembre de 1956, hasta ahora no han sido buenos conmigo, he guardado el secreto durante todos estos años,  veo el monstruoso complejo militar, y siento el miedo de las tinieblas, porque yo he visto Aquella tierra más allá del polo, aquél Centro del Gran desconocido.

El Almirante Richard Evelyn Byrd, fallece en 1957, después de haber sido obligado a mantenerse incomunicado con el mundo para que no hablara de esta gran verdad.