Bolívar le sigue dictando a Martel su escribiente:
"¿Quiénes son los actores de esta revolución? No son los blancos, los ricos, los títulos de Castilla y aún los jefes militares antes al servicio del rey? ¿Qué principios han proclamado estos caudillos de la Revolución? Las actas del gobierno de la República son monumentos eternos de justicia y liberalidad. ¿Qué se han reservado para sí la nobleza, el clero, la milicia? ¡Nada! ¡Nada! ¡Nada! Todo lo han renunciado a favor de la naturaleza y de la justicia que clamaban por la restauración de los sagrados derechos del hombre. Todo lo inícuo, todo lo bárbaro, todo lo odioso se ha abolido y en su lugar tenemos la igualdad absoluta hasta en las costumbres domésticas. La libertad que hasta en los esclavos que antes formaban una propiedad de los mismos ciudadanos. La independencia en el más alto sentido de esta palabra sustituyen a cuantas dependencias antes nos encadenaban"
"El General Piar con su insensata y abominable conspiración, sólo ha pretendido una guerra de hermanos en que crueles asesinos degollasen al inocente niño, a la débil mujer, al trémulo anciano, por la inevitable causa de haber nacido de un color más o menos claro. ¡Venezolanos! ¿No os horrorizáis del cuadro sanguinario que os ofrece el nefando proyecto de Piar? Calificar de delito el accidente casual que no se puede borrar ni evitar. El rostro según Piar, es un delito y lleva consigo un decreto de vida o muerte. Así ninguno sería inocente, pues que todos tienen un color que no se puede arrancar para substraerse de la mutua persecución.
El general Piar ha infringido las leyes,
ha conspirado contra el sistema republicano,
ha desobedecido al gobierno,
ha resistido la fuerza,
ha desertado del ejército y
ha huído como un cobarde;
así, pues, él se ha puesto fuera de la ley:
su destrucción es un deber y su destructor un bienhechor "
Tomado del libro Bolívar de Indalecio Liévano Aguirre 1974