EL TIZNE DE MIS OLLAS RENA

 En una oportunidad monté en la cocina, por cierto eléctrica unos granos, decidí salir a Charallave junto con mi hija, y se me olvidó la comida que había montado. Estando ahí, recordé la olla con los granos y el susto me hizo tomar taxi previendo que la olla debería estar achicharrándose, o que hubiera un corto-circuito, o todas las cosas malas que puede suceder cuando está metida la electricidad. Lo cierto del caso es que llegamos a la casa con un taxista leeento.. leeento.. leeento, apagué la cocina, la olla estaba completamente pegada, le eché agua y la puse debajo del fregador. Un buen día me levanté con ganas de ver la olla, la limpié y quedó brillante,  como si nada le hubiera sucedido, bella mi olla; desde ese momento pensé: qué buenas son estas ollas, así que decidí seguir comprando el mismo producto, además de lo buenas, también pensé que en mi vejez no iba a estar fregando ollas, porque iba a perder las uñas, porque no me gusta, y creo que a nadie le gusta fregar ollas, y porque quiero ver mi cocina brillante, en platos, vasos y ollas.

Bueno...ha pasado el tiempo, me encuentro en una Venezuela que ha recibido muchos castigos y yo por supuesto como habitante de esta tierra bendita. En uno de esos castigos mis ollas también han sido atacadas vilmente; no tuvimos electricidad y tuvieron que servir de "atrapa humo", para montar la comida diaria con bastante candela, en el patio de mi casa 

Y hoy, mis ollas están todas ennegrecidas; hoy me decidí a agarrar una y cómo le dí pulitura con una lima de afilar cuchillos, resultado, medio limpias, medio pulidas y con una sensación nada placentera, nada triunfal.

Debo reconocer que todo no está dado para hacernos felices todo el tiempo, así que esperaré hasta que se manifieste el momento preciso y poder ver mis ollas brillantes como siempre las he tenido desde que entraron a esta casa.