Ya estamos concluyendo este gran año 2021 que nos ha enseñado tanto, que nos ha brindado tantas experiencias, buenas, agradables, negativas, vaso lleno, vaso medio lleno, vaso vacío, vaso medio vacío; un cúmulo de experiencias imposibles de olvidar, que recordaremos por siempre y tendremos para decir lo que hicimos en esa oportunidad para resolver.
Aquí en casa hicimos hallacas, pan de jamón, se nos olvidó hacer la ensalada, el Niño Jesús le trajo una bicicleta a Vicki y una cajita con cuentas para hacer pulseras por el Consejo Comunal; la gente estaba en la calle 2, colindante con la escuela, en una esquina había un toldo con música, donde sirvieron jugos, tragos, carne en vara, refrescos, los niños correteando con sus bicicletas y los adultos sentados en sus sillas o bailando, participando de la festividad del 24 de diciembre 2021, hasta 4 o 5 de la mañana.
Como despedida del preescolar diré que primeramente hicimos un nacimiento viviente, donde participó una gran cantidad de personal docente y obrero, para representar a Dios, Gabriel, José, María, posadero 1, posadero 2, los tres Reyes Magos, la estrella, el público, consistente en los chiquiticos y sus representantes, los maestros y obreros participantes, que fue la mayoría, felicitaciones por su buena predisposición. Al día siguiente se efectuó un almuerzo muy bueno elaborado por manos amorosas que le cayó bien a todo el mundo. Y se nos olvidó algo muy importante: las fotos.
Todos sabemos, aunque no venga a colación, que cuando la gente pelea sobre una comida hecha o por hacerse, al más débil o menos protegido espiritualmente, le cae mal, por eso es mejor cantar cuando se está cocinando o pensar en cosas agradables, pero nunca en rabias o mala disposición o cosas malas para que todos sean felices después de la comida. Creo que recuerdo un libro que se llama "Como agua para chocolate" Excelente que habla sobre esa situación.