, Iba para Caracas a quedarme con mi hermano en el Hospital Clínico Universitario de Caracas, quien estaba hospitalizado por urología, se había contaminado de sepsis y los médicos ya no podían salvarlo, pues en una semana se decidió su destino, iba en mi volskwagen, color rojo, sería aproximadamente cuatro o cinco de la tarde, pasaba por la Cabrera, cuando de repente volteo hacia mi izquierda y veo una hermosa luna en el horizonte...pego un grito porque estaba viendo la cara de la luna, con admiración, sorpresa, incredulidad, nunca me imaginé tanta belleza, en la punta de la nariz había una luz, al igual que en la barbilla, tenía un cintillo el pelo era puro crespito, el perfil de una mujer joven que no llegaba a los treinta años. Y yo preguntaba si la estaban viendo, pero sólo me sonreían y no respondían, a no ser que estuvieran pensando que la enfermedad de mi hermano me estaba volviendo loca y había que ser condescendiente conmigo.
Lo cierto del caso es que esa tarde la ví, es un recuerdo imperecedero, jamás lo podré borrar de mi mente y de mi corazón, porque he recibido un regalo hermoso del universo al contemplar la belleza de la luna, al igual de haber observado por dos veces una lluvia de estrellas en Ocumare del Tuy.
Dos años después, en abril de 1994, compré un libro de Nancy Goodman "Los Signos del Zodíaco y las Estrellas" y en la página 441, encontré la respuesta a mis preguntas.
Hoy, cada vez que miro la luna busco su rostro y no lo encuentro, pero como coincidencia suprema, después de dibujarla en el papel de arriba, pude observar que lo que dibujé fue el rostro de mi nieta más pequeña¡¡¡¡ increíble...¡¡¡¡
