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lunes, 23 de agosto de 2021

EL GRAN MARISCAL DE AYACUCHO

 Antonio José de Sucre fue uno de los grandes próceres de  la independencia de Venezuela, nació en Cumaná el 3 de febrero de 1795, provenía de una familia distinguida, sus primeras letras las recibió en Caracas y a la edad de 13 años inició su carrera de ingeniero, siendo que a los 15 se unió a la revolución. Ya en 1810 recibe su primer cargo el cual es designado Oficial de Milicias Regladas por la Junta Suprema de Cumaná, siendo  ascendido en 1811 por el Poder Ejecutivo a Teniente de Ingenieros.

En el año 1817, es ascendido al grado de Coronel, con 22 años, y ese mismo año Simón Bolívar lo nombra Gobernador de la Antigua Guayana y Comandante General del Bajo Orinoco; en 1825 fue presidente de Bolivia donde realizó importantes acciones durante dos años. 

Participó en importantes batallas: Pichincha, Río Bamba, Junín, y la más importante en el año 1824, la de Ayacucho, última batalla de la independencia de América, es por ello que Bolívar le confiere este título.

El 20 de enero de 1830, terminaba de presidir el Congreso Admirable, instalado por el Libertador, y de reunirse en Cúcuta con emisarios del General Páez, Jefe Militar y Político  del Departamento de Venezuela, para salvar la Gran Colombia. Al fracasar las conversaciones, comprende que ya no existe solución posible, le escribe una sentida carta de despedida a Bolívar y emprende el largo camino a Quito, donde lo esperaba su esposa Mariana Carcelén y Larrea, marquesa de Solanda. Y atravesando las montañas de Berruecos, amaneciendo el 4 de junio de 1830, con el ensordecedor silencio de la selva se escucha un grito: ¡General Sucre!, seguidamente el estampido de varios disparos de un recodo del sendero, y el grito de ¡Ay balazo!, desplomándose de su mula, mortalmente herido, con un impacto que le atravesó el corazón. Su incondicional el Sargento "Negro Caicedo", lo lleva a un lugar cercano donde con algunos vecinos lo sepultan. Su esposa reclamó en secreto sus restos hasta su hacienda; setenta años después sus restos fueron trasladados a la Catedral de Quito.

 

Años después se descubrió como autores de la emboscada a un político venezolano: Coronel y hacendado Apolinar Morillo, residenciado en Quito y apresado en Cali, acusado de confabulación para planificar y perpetrar el espantoso crimen; Generales José María Obando y José Hilario López, autores intelectuales, un hacendado mestizo de nombre José Erazo, de haber tomado parte en la emboscada. 

El presidente del Ecuador Juan José Flores, venezolano, y Obando se inculpaban entre sí y denunciaban a López; Morillo fue ejecutado en Bogotá, Erazo muere en la cárcel, los otros participantes fueron: por Colombia Juan Gregorio Rodríguez, por Perú: Andrés Rodríguez y Juan Cruz. 

Para toda Venezuela y en especial para los sucrenses, El Gran Mariscal de Ayacucho es uno de los personajes más importantes que ha nacido en nuestras tierras, por lo cual ese orgullo ha permitido colocar su nombre a otros espacios internamente: municipios Sucre, Puerto Sucre, Universidad Gran Mariscal de Ayacucho, avenidas Sucre, Calles Sucre, etc., entre otros lugares.

Debido a su inteligencia, gran valor, espíritu digno y limpio, gran líder, amigo de confianza de Bolívar, quien lo denominó El Abel Americano. Su labor fue de gran importancia no sólo para la historia de Venezuela, si no también para la historia de América.

"Siendo una misma la causa de los americanos  es una misma nuestra patria"

A.J.de S.


Texto extraído de Folleto el Estado Sucre y de Venemérides 

  

martes, 3 de agosto de 2021

EL GENERAL REBELDE

 

Un día recibió Bolívar comunicación del General Manuel Piar en la cual le anunciaba su decisión de renunciar al mando y le pedía pasaporte para salir del país, pues según afirmaba, su mejor contribución a la Causa Americana era la de eliminarse para poner término a las funestas rencillas entre los jefes. Comprendiendo el Libertador que Piar solamente buscaba evadir la vigilancia inevitable de los campamentos, trató de evitar su dimisión con bien disimulada cordialidad: "No insista Ud. - le decía en su respuesta- en separarse de su puesto. Si Ud. estuviera a la cabeza, yo no le abandonaría, como no abandonaré al que esté mañana, sea quien sea, con tal de que tenga la legitimidad y lo necesite la Patria. La Patria lo necesita a Ud. hoy como lo que es y mañana habrá de necesitarlo como lo que por sus servicios llegare a ser". El valor entendido de estas frases no tuvo  efecto distinto en Piar, así que el Libertador aceptó su renuncia el 30 de junio. Libre de responsabilidades, Piar se consagró con singular actividad a recorrer los territorios vecinos a Guayana La Vieja, afirmando en ellos que se le había destituído por su calidad de "Pardo".  Juan Francisco Sánchez, recibió francas incitaciones para la revuelta contra Bolívar, concebidas con el tenor que él relata así:"En el instante que llegué a esta ciudad tuve la fortuna de encontrarme con el señor Piar; este general después de haberme hecho las más sinceras demostraciones de amistad, me habló de este modo: Yo he sido elevado a General en Jefe por mi espada y por mi fortuna, pero soy mulato y no debo gobernar en la República; no obstante, yo he penetrado el gran misterio de la administración actual y he jurado a mi honor restituírle la libertad a tanto inocente que está derramando su sangre por encadenarse más y más en una esclavitud vergonzosa; me voy a Maturín y al fin del mundo si es necesario a ponerme a la cabeza de los que no tienen otro apoyo que sus propias fuerzas; estoy seguro que haciendo resonar por todas partes la justicia de mis sentimientos y la necesidad en que nos ponen de tomar las armas cuatro mantuanos, por la ambición de mandarlo todo, y de privarnos de los derechos más santos y naturales, no quedará un solo hombre que no se presente a defender tan digna causa" Bolívar hasta ese momento había logrado principios sociales, amplios y justos, como la libertad de los esclavos y la igualdad política de las razas, en cuyo ámbito le fue posible unificar a todos los americanos sin distinciones de color, nacimiento y riqueza. La ambición de Manuel Piar siguiendo el ejemplo de Boves, ponía en marcha una funesta revuelta de las castas de color contra Bolívar, cuyo objetivo era el exterminio de los blancos. El 23 de julio de 1817, Bolívar firmó la Orden de Arresto de Piar: "Con esta fecha, libro la orden al General Bermúdez para que intime al General Piar que se presente en este Cuartel General, o lo remita preso con seguridad si no obedeciese a aquella intimación". Piar huyo hacia Maturín con la esperanza de provocar una insurrección general de los pardos y la simpatía del negro Rojas; cuando se descubrió sus verdaderas intenciones un notorio vacío se hizo a su alrededor; consciente de su fracaso se dirigió a Cumaná buscando salvarse con el General Mariño, que lo acogió prontamente, pero surgieron desacuerdos serios entre ellos y ya Bolívar estaba informando a la comunidad y tropas sobre los motivos que le obligaban a no tener más consideraciones con el General Piar: "Ciudadanos: Yo denuncio a la faz de la nación el crimen más atroz que ha podido cometer un hombre contra la sociedad, el gobierno y la patria. El General Piar es el autor execrable de ese fatal destino. Colmado de los honores supremos de la milicia, de la consideración pública y la confianza del gobierno, nada quedaba a este ciudadano a qué aspirar sino a la gloria de titularse bienhechor de la República  ¡Con qué horror, pues, oiréis que este hombre tan favorecido de la fortuna haya pretendido sumergirnos en el piélago espantoso de la anarquía! Sí, venezolanos, el General Piar ha formado una conjuración destructora del sistema de igualdad, libertad e independencia". 

Después de apresado y sentenciado, llegó al lugar de la ejecución, al pie de la bandera del Batallón de Honor porque no fue degradado, oyó leer nuevamente la sentencia con aire de desprecio, teniendo su mano en el bolsillo, moviendo sobre el suelo el pie derecho y tendiendo su vista a todas partes. No queriendo que le bendase, se quitó por dos veces el pañuelo que le puse; vendado por tercera vez, se abrió la esclavina, descubrió el pecho y sufrió la ejecución, con una escolta o pelotón de fusilamiento que él pretendía mandar, un 16 de octubre. 


Tomado del libro Bolívar de Indalecio Liévano Aguirre. 1974