El alcohol se ingiere por vía oral, así, el tiempo que pasa desde el último trago hasta que se alcanza las concentraciones máximas en la sangre, varía de 25 y 90 minutos, ya que cuando el etanol alcanza el cerebro actúa como un depresor primario y contínuo del Sistema Nervioso Central, puesto que, la estimulación aparente es en realidad un resultado de la depresión de los mecanismos de control inhibitorio del cerebro y como ocurre con la mayoría de las drogas, sus efectos dependen de las dosis, ya que los centros superiores se deprimen primero afectando el habla, el pensamiento, la cognición y el juicio.
Por consiguiente, a medida que la concentración alcohólica aumenta, se deprimen también los centros inferiores afectando la respiración y los reflejos espinales, hasta llegar a la intoxicación alcohólica que puede provocar un estado de coma.
Durante la Edad Media el alcohol se utilizó como remedio, para prácticamente todas las enfermedades, de hecho en galés la palabra whisky, significa "agua de vida". En tiempos actuales, hasta cierto tiempo se estuvo usando cuando había fiebre, con fricción, sobre todo en los pies, que fue cuando Salud, nos indicó que hacía daño, que era mejor y más saludable bañar al niño para quitarle la fiebre. En el mercado existen concentrados metilados de alcohol con aplicaciones industriales y médicas, usados en el primer caso como solvente y en el segundo caso como diluyente, en la manufactura de pinturas y otros productos. En medicina se emplea externamente para desinfectar la piel, debido a su acción bactericida, también se usa para algunas afecciones de la piel y para disminuir la sudoración.
En personas que no han adquirido una tolerancia hacia el alcohol, se puede hablar en término de "tragos", esto es en la cantidad contenida en el tipo de recipiente en el que suele tomarse la bebida. Contrariamente a lo que la mayoría de las personas creen, el alcohol NO es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central, según informe del Dr. Simón Brawlosky, las personas que suelen atribuirle al alcohol un aumento de su capacidad mental verificable, en su capacidad de hacer mejor ciertas cosas como hablar, bailar, o crear, están equivocadas, lo que ocurre en realidad es que bajo sus efectos, ls personas gozan de un lapso de desinhibición provocada por la depresión de mecanismos inhibitorios, ya que al disminuir la inhibición, los mecanismos de control momentáneamente ceden paso a la excitación; y a nivel psicológico, las dosis bajas producen la sensación de elevar el estado de ánimo y relajar a la persona, y a nivel físico aumenta la frecuencia cardíaca, dilata los vasos sanguíneos, irrita el sistema gastrointestinal, estimula la secreción de jugos gástricos y la producción de orina.
Las dosis medias alteran el habla, el equilibrio, la visión y el oído, se tiene una sensación de euforia, y se pierde la coordinación motora fina, por lo que no se debe conducir un automóvil. En dosis altas, estos síntomas se agudizan y se alteran las facultades mentales y el juicio, si bebe más ocurre una pérdida del control motor, en la que se requiere ayuda para poder moverse, hay una evidente confusión mental, después una intoxicación severa, luego la inconsciencia, hasta coma profundo y muerte por depresión respiratoria
Así que para no llegar a esto, inscríbanse en AA y se evitarán conflictos, rabias, peleas, carencia de dinero, mal humor diario, insatisfacción, angustia, vergüenzas, lloradera, soledad, infidelidades, maltratos a la familia, depresión, celos infundados, abusos, pérdida del hogar, agresión, pérdida de dientes, ojos, robos, violación, pérdida de la dignidad, heridas, .......
