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martes, 18 de mayo de 2021

EL ÀRBOL QUE HABLABA

 O sea, que era un árbol parlanchín, este es un cuento africano, anónimo recopilado en un libro edición venezolana, es como sigue:


Un día, paseando por la selva, un lobo encontró un árbol que tenía hojas, que parecían caras de personas. Pudo oir que el árbol hablaba, se asustó y dijo: 

_Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante.

Al decir estas palabras, algo lo golpeó y lo dejó inconsciente. Cuando despertó, no supo cuánto tiempo estuvo tendido en el suelo, y estaba muy asustado, se levantó y  empezó a correr. El lobo pensó sacarle provecho a lo que había ocurrido; se fue paseando de nuevo y se encontró a un antílope al que le contó lo del árbol que hablaba, pero el antílope no le creyó.


Ven y lo verás tú mismo _dijo el lobo_  pero cuando llegues delante del árbol asegúrate de decir estas palabras: "Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante" si no las dices,  morirás.

El lobo y el antílope se acercaron hasta el árbol que hablaba. El antílope dijo:

_Has dicho la verdad, lobo, hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante. Apenas dijo esto, algo lo golpeó y lo dejó inconsciente; el lobo cargó con él y se lo llevó a casa para comérselo.


"Este árbol que habla solucionará todos mis problemas", pensó el lobo. "Si soy inteligente nunca más volveré a pasar hambre".

Al día siguiente, paseando como de costumbre, se encontró con una tortuga, le contó la misma historia que le había contado al antílope y la llevó hasta el lugar, por supuesto, la tortuga se sorprendió cuando vio al árbol hablante.

_No creía que esto fuera posible_ dijo _, hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante. Inmediatamente fue golpeada por algo y cayó inconsciente. El lobo la llevó a su casa y se preparó una estupenda sopa; el lobo estaba orgulloso de sí mismo, ya que después del antílope y la tortuga, cazó un ave, un jabalí y un ciervo, nunca antes había comido mejor.

Siempre usaba la misma estrategia, era un plan perfecto, él lo creía simple e infalible y agradecía a las estrellas el hecho de haber encontrado a ese árbol.


Esperaba comer como un rey durante el resto de su vida.

Un día que se sentía con algo de hambre, el lobo fue a pasear de nuevo, se encontró con una liebre y le dijo: _Hermana liebre, he visto algo que tú no has visto desde el tiempo de tus antepasados.

_Hermano mayor, ¿Qué puede ser? _preguntó la liebre.

_En la selva he visto un árbol que habla_dijo el lobo.

Contó a la liebre la misma historia de siempre y fueron juntos hasta el lugar. Cuando se acercaban al árbol, el lobo le dijo:

_No olvides lo que te he contado _¿Qué me contaste? _Preguntó la liebre _Lo que debes decir cuando llegues junto al árbol, o si no, morirás _dijo el lobo. _¡Oh! si, _dijo la liebre. Y empezó a hablar con el árbol.

_¡Oh!, árbol, ¡Oh!, árbol _dijo_ eres un árbol precioso. _¡No! ¡eso no!, dijo el lobo  _¡Perdona! _dijo la liebre. Entonces hablo de nuevo_ Árbol, ¡Oh! Nunca pensé que pudieras ser tan maravilloso.

¡No,no, _dijo el lobo_ No un árbol precioso, un árbol hablante. Te dije que tenías que decir  que nunca habías visto un árbol hablante. Tan pronto como hubo dicho estas palabras, el lobo cayó inconsciente, la liebre se fue andando y mirando hacia el árbol y el lobo, luego sonrió: _Entonces este era el plan del señor Lobo _dijo. "Pensaba que este lugar era su comedero y yo, su comida"

Como moraleja, podemos deducir, que los planes, por más perfectos que sean, los más meticulosos que se pudiera haber hecho para dañar a un segundo, siempre se descubre, por eso es imprescindible la honestidad, la sinceridad, ya que el karma siempre está ahí a la vuelta de la esquina para darnos un tortazo en la nuca.

La liebre se marchó y contó a todos los animales de la selva, el secreto del árbol que hablaba. El plan del lobo fue descubierto, y el árbol, sin herir a nadie, continuó hablando solo.