El martes 13 de mayo de 1958, no fue de suerte para Richard Nixon, quien entonces ocupaba la Vicepresidencia de USA; realizaba una gira por América del Sur y no todo había sido color rosa. Visitó la Universidad de San Marcos, a pesar de las recomendaciones del Servicio de Inteligencia y del embajador estadounidense en Lima, y fue recibido con gritos de protesta y un escupitajo en pleno rostro.
Caracas estaba en el itinerario, todas las voces le sugerían que siguiera de largo, pero el hombre se estaba jugando la postulación para la presidencia de su país; una manifestación de estudiantes le impidió acercarse al Panteón Nacional, la ofrenda floral casi se la pegan en la cabeza, en medio de gritos: ¡Fuera Nixon! ¡Abajo el imperialismo yanki! ¡Libertad económica para los pueblos latinoamericanos!. Volvieron papilla los vidrios del Cadillac negro donde viajaba en compañía del canciller venezolano Oscar García Velutini. El Ministro de Educación Julio de Armas, no sabía dónde meterse: "Los sucesos de hoy han enturbiado nuestra democracia, lograda con sangre, dolor y muerte por el pueblo venezolano" (UN, 14-5-58.pg.15)
Para Servando García Ponce: "El pueblo venezolano ha reaccionado categóricamente ante todo un proceso de intervención norteamericana en los asuntos internos latinoamericanos y, en especial en los nuestros" (UN, 15-5-58, pg.2)
Nixon dijo:"No es muy agradable ser escupido, y sobre todo que eso se le hagan a mi esposa. Tampoco es muy agradable para mi comitiva que al recorrer las calles de la ciudad hayan pasado por grandes peligros". Sobre los exaltados, afirmó que "no eran comunistas en su mayoría, pero la organización era de comunistas que inspiraron a los demás" (UN, 14-5-58.pg 20) Mientras Nixon declaraba, su Gobierno preparaba el envío al Caribe de dos compañías de tropas paracaidistas y dos compañías de infantería de marina. Inicialmente se dijo que era para "asegurarse que el Vicepresidente Nixon estará debidamente salvaguardado de violencia de extremistas en Venezuela". Luego, que era por si el gobierno venezolano necesitaba refuerzos. "Si calificamos de desmanes las violencias contra Nixon no podemos menos que calificar del mismo modo el envío de tropas al Caribe". Wolfgang Larrazábal, presidente de la Junta de Gobierno, despide al visitante, quien alega: "Me satisface saber que al despedirme hoy de Venezuela, me voy como amigo" (amigo: el ratón del queso).
Extraído de Página Retro
La Noticia en Periódicos de Ayer de Enrique Rondón Nieto. Cadena Capriles
