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miércoles, 29 de septiembre de 2021

EL SISMO DEL JUEVES SANTO

 

Recordemos el Jueves Santo, 26 de marzo de 1812, cuando una catástrofe de la naturaleza, como fue el tremendo temblor de tierra sacudió la ciudad de Caracas, La Guaira, San Felipe, Barquisimeto y Mérida.

Cuenta Bolívar, que -" El día del terremoto yo llegué corriendo hasta aquí, la Plaza de San Jacinto, en mangas de camisa porque acababa de dormir la siesta, , por cierto que no encontré otra cosa que un lamentable hacinamiento de ruinas... En el acto me puse a la obra de salvar víctimas,

 encaramándome sobre los escombros y gateando en dirección a los sitios  de donde salían quejidos o voces de auxilio. Me hallaba en esta tarea, cuando dí de manos a boca con el furibundo españolizante José Domingo Díaz, el que no hace más que verme y echarse a comentar con su acostumbrada sorna: "...¿Qué tal Bolívar? Parece que la naturaleza se pone del lado de los españoles..."

"...Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca... __Le respondí iracundo" Contaba Simón con 29 años

El historiador español Heredia, lo relata así: -"Como los movimientos sísmicos volvieron a repetirse el Sábado de Gloria y el 24 de abril en forma más violenta aún, las incitaciones de los clérigos realistas fácilmente se abrieron paso en las temblorosas conciencias  de la asustada población: " La circunstancia de  haber acaecido esta catástrofe en el mismo día del año eclesiástico, cuya venerable solemnidad se interrumpió y profanó dos años antes con el primer acto de la revolución, llenó de terror al común del pueblo y aún a muchos de los que se preciaban  de espíritus fuertes. Uno de los patriotas más entusiasmados me aseguró que en los momentos de mayor angustia le pedía misericordia y perdón al rey tanto como a Dios".

Desde entonces la causa republicana, empezó a decaer visiblemente. Los fracasos de la administración y la obra de la naturaleza destruían así la endeble obra de unos teóricos ilusos, quienes no comprendieron que perdido el maravilloso elemento de estabilidad y de unión representado por el acatamiento casi místico concedido en América a la Monarquía, esa unión y esa estabilidad sólo podían conservarse por el ejercicio de una autoridad fuerte y capaz de producir la cohesión social que durante 300 años mantuvo el Derecho, considerado de origen divino, de los reyes españoles.

Caracas, Casa de Bolívar

Relato expuesto en "Bolívar" de Indalecio Lievano Aguirre.1974