WAITAKAO

EL HOMBRE QUE NO LE TEME A NADA
De por qué los perros salen corriendo a esconderse cuando oyen ruidos muy fuertes...

En una selva tropical de caudalosos ríos, que generalmente inundan con su furia muchas leguas ribereñas, en su andar sinuoso que a veces nos recuerda el largo peregrinar de las serpientes que van de una a otra cueva, de uno a otro árbol, engullendo uno que otro animal en sus andanzas, entre una flora inaccesible y opresora.

Esta multiplicidad de formas y colores, entre ceibas y cujíes, riachuelos y cascadas, se encuentra viviendo un jovencito de la tribu Arcai o Arco, como el lector quiera llamar, adolescente de baja estatura, cara ancha, ojos oblícuos y cabello ondulado, piel más clara que la de los caribes, quizás por el gusto a bañarse y lavarse de contínuo.

Su nombre es Waitakao, que significa "Hombre que no le teme a nada"y se lo dio su abuelo en el momento de nacer, mientras el padre permanecía echado en una hamaca ayunando, sufriendo sangrías y otras privaciones, como si estuviera enfermo; todo esto lo hacía para no perjudicar al pequeño, regordete, recién nacido.

Su abuelo se fijó largamente, muy bien en la luna y observó que estaba roja como la sangre, motivo por el cual intuyó en lo guerrero de la sangre del recién nacido, presentándoselo a la comunidad, como Waitakao, El hombre que no le teme a nada, por supuesto se formó la algarabía, se realizaron grandes festejos con mandioca, bananas, popunha y jugos de frutas.

La vida de Waitakao se desplaza entre los trabajos cotidianos de una tribu oficiosa, ya cultivando y cosechando frutas, recogiendo tubérculos, rodeados de monos, papagayos, tapires, cocodrilos jóvenes, jaguares, aves de rapiña enjauladas para obtener sus plumas; pescando, cazando, y otras muchas actividades,  pero él no mira con agrado la actividad de sus compañeros, pues era muy flojo para todo, para salir de caza, traer frutos, buscar agua, apagar la lumbre de debajo de su hamaca, recoger el igname, judías, batata, pimientos, maíz o tabaco; cuanto le encomendara su madre era rechazado rotundamente, saliendo disparado furtivamente a esconderse entre la siembra que rodeaba la tribu.

Lo único que su madre logró medianamente, fue llevarlo a los señores de los productos cerámicos y convertirlo en Zoto, junto a su tío para que ejerciera una actividad que lo ayudara a sostenerse más adelante, cuando integrara una familia propia, pues no le gustaba el trabajo de la tribu.

Cuando ya habían pasado muchas lunas y también muchas inundaciones, festejos, juegos con pelotas hechas de caucho y hojas de maíz, sus ancestros más cercanos habían fallecido y siguiendo la tradición, fueron abandonados en una casa cercana, apropiada para esto...y él estaba convertido en todo un hombre, guerrero, a los ojos de los demás, como su nombre lo indicaba, aunque temiera quitar de sus pies a una simple rana o tara, haciendo que su perro Tuki le colaborara en esa empresa pues pegaba brincos ante cualquier ruido de tambores, o de aves revoloteando.

Decide tomar esposa, lo cual se hizo  en una 

simple ceremonia matrimonial, que consistía en mudar sus corotos para la casa de los suegros, entre sonidos de cañas o bambúes, regalos de telas y cestas para los recién casados, por supuesto entre festejos y brindis con Kashiri, fermentando cantidades de mandioca.

Entre alfarerías, espléndidas cerámicas o enormes vasijas, transcurría la vida de Waitakao, "el hombre que no le teme a nada" , sólo a las cucarachas que aparecían en los recipientes; estaba sentado cuando la actividad estaba floja, despreciando su nombre, porque ni siquiera tenía guáramo para luchar por su subsistencia y la de su mujer en un empleo con más movimiento.

En una oportunidad surgió una serie de burlas de una tribu vecina que se dedicó a ofender la dignidad guerrera del cacique de su tribu, pariente cercano, pues era el tio del hermano de la mamá de su santa madre y por eso sintió la necesidad de salir en su defensa, muy viejecito, no se podía parar de la hamaca, y a quien sus familiares tenían abandonado; por esto se convierte en caudillo.

Aunque la tribu no era guerrera, preparan dardos, mazas de variadas formas, lanzas de bambú, escudos de madera; todo en actitud silenciosa para caerle de sorpresa al enemigo y así lavar la mancha que habían puesto ellos; iniciaron el ataque con el sonido de los tambores de madera, rogándole con ofrendas a su diosa del bien, para que los acompañara en esa contienda, y más aún a Waitakao, que carecía de valentía; le rogó al piache que los protegiera echándole en todo el cuerpo el humo de un cigarro tan largo que parecía una palma meciéndose con el viento, además de otros ritos mágicos que pensaban alejaría de sus vidas el infortunio que su corazón presentía por el aviso de los sonidos de la naturaleza, y hasta al perro le pusieron la humareda, pero como no ladraba, apenas sí se oían sus quejidos o aullidos de sentimiento.

Así dispusieron la marcha, tomaron todas sus armas, esperaron que la luna se escondiera, caminaron pacientemente, entre juncos y flores de la selva, entre el canto de lechuzas y de grillos, entre el croar de los sapos y las ranas en los charcos, hasta llegar a las inmediaciones de la explanada de la tribu enemiga, cuando de pronto, sin mediar palabras son sorprendidos de manera inexplicable y Waitakao, el hombre que no le teme a nada, haciendo deshonor a su nombre sale disparado en veloz carrera hacia atrás, pero una flecha con curare lo alcanza, mira a Tuki con enojo por no haberle avisado y le da un toletazo, a lo que el pobre animal se va chillando adolorido.

Waitakao encuentra un hueco donde guarecerse, pero su alma lo abandona para penar en la Tribu de los Cobardes, de donde lo mandan otra vez a la tierra convertido en perro, por petición de Tuki, a sufrir las mismas circunstancias de una vida de perros.

Por esto es que cuando los perros escuchan ruidos muy fuertes, disparos, fuegos artificiales, salen corriendo a esconderse, temblando de miedo aunque sean los seres más serviciales que se conozca, ladran fuertemente cuando el peligro acecha su amo.

Así Waitakao por su torpeza de vivir en un mundo de cobardía, vive en todos los perros del mundo, siendo el mejor amigo del hombre y esperando ser perdonado para convertirse en el verdadero

BRIZNAS DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA 1

En el 2008, realizamos en la Unidad Educativa José Félix Ribas una investigación de campo donde cada uno de los docentes se encargaba de su tema y me lo entregaba para la redacción final, lo primero que hicimos fue organizar a la población de Súcuta en sectores que se denominan asi:

Súcuta-El Peñón

Súcuta-El Hornito, antes Los Hornitos

Súcuta-Las Yaguas: Yaguas Arriba, Yaguas Abajo, Yaguas Centro

Súcuta El Trapiche

Súcuta Los Mamones

Súcuta Barrio Nuevo

Súcuta Las Casitas y 

Súcuta La Unión, que representa la salida, hacia Marare, abarca una extensión de 68 Km2, está ubicado en la Región de Los Valles del Tuy.

Carretera Súcuta-El Peñón

Fundación de Súcuta

La historia de Súcuta es la misma que la de Ocumare, ya que para fundar la Sabana de los Ocumares, los españoles tuvieron que entrar por la garganta (1593) del río Súcuta, hasta llegar a lo que conocemos hoy en día como Marare y Mararito, donde se puede decir que esta región fue el macuro de Ocumare y hoy persiste esa agua cuando llueve, pues todo este paso de río se riega por carretera y calles, deteniendo vehículos y personas, e inclusive en en mayo del 2008 nos asombró mirar la naturaleza tan cambiada, cuando las chicharras, insectos que anuncian el calor, estridulan (cantan) alegremente en un natural e improvisado llamado, no se dan cuenta que las lluvias no han esparcido su néctar milagroso a la tierra ansiosa de engendrar y parir, no se percatan que las semillas aún están esperando el agua vivificadora y lo que hacen es llamar al verano para que se acerque.

He aquí la imagen de un dulce suspirado por todos, un 

manjar venezolano, elaborado con azúcar quemada, leche 

condensada, huevos, etc, pero éste que está aquí está preparado 

con papier maché, pinturas amarilla, dorada, marrón, bastante 

pega, un envase de metal, un plato de metal, encaje de papel y un 

gran amor por lo que se hace..............

HACERNOS COMO NIÑOS

Hacernos como niños es urgente 

para cerrar infiernos y abrir cielos

para arrancar los hierros de la vida

y sembrar flores en sus huecos.

Hacerme, hacerte como niño, es tan urgente

que la oportunidad de levantarnos

se nos escapa a grandes pasos

por el loco camino de la prisa.

Estamos ocupados recitando

palabras y actitudes importantes

quemando vida, creyéndonos solemnes

fabricando rigor, cadenas ilusiones

Seamos como niños

tomemos la inocencia, dejemos el puñal

Abramos el camino a la intuición,

pensemos que es posible lo imposible

que de verdad hay ángeles que guardan nuestros pasos

y hadas y gnomos nos rodean.

Vamos a desmontar este teatro

de velos y de abismos

vamos a abrir el corazón

y encenderle tres velas de colores

saltando al sol, si hay sol

bañándonos en lluvia, si es que hay lluvia,

sin ayer, sin mañanas,

viviendo la gloriosa presencia de la vida

como niños

como tan sólo un niño sabe hacerlo

DE JOSÉ MADRIGAL

MAURICIO Y LA REPRESA

Mauricio tiene tantas anécdotas que lo han llevado a estar en posición igualitaria con nuestra población, porque decir Mauricio, es decir Ocumare del Tuy, pues se cuenta que siempre vive cerca de los ríos, los cinco en total que circundan a Ocumare, que cuando se quiere mudar, hace crecer el río donde mora y se va aguas abajo en busca de otra querencia.
A lo que vamos hoy es a la situación que tuvo lugar cuando se construía la represa de Ocumarito: Supuestamente Mauricio se acercó a uno de los dinamiteros y lo increpó enérgicamente, preguntándole ¿Quién le dio autorización a Ud. para cambiar  el curso de las aguas, con su dinamita? -Sepa Ud. que el único que está facultado para dar ese permiso, soy yo. - No hay en Ocumare ninguna persona encargada de velar por el ambiente, por los ríos y por los animales de estos Valles del Tuy, que me pertenecen.

El dinamitero, consternado, por la impresión que le causó esta perorata durante el encuentro con este ser desconocido para él,  desapareció de la obra y no se supo mas de su paradero, cuentan los que cuentan, que al día siguiente los demás trabajadores se preguntaban el por qué de esa ausencia misteriosa, sin despedirse, sin dar explicaciones, que al no saber nada, no hallaban qué decir.  Al poco tiempo se lo encontraron y dijo que se había trastornado cuando comprendió que había hablado con Mauricio El Encantado y el miedo a participar en esa obra de envergadura, que dañaba el ecosistema de los Valles del Tuy, le aterrorizó mucho porque Mauricio podía tomar venganza contra él.

Hay muchas personas que dicen ser descendientes de Mauricio, lo que presta a confusión, y la pregunta y la pregunta espontánea es ¿Será real o irreal Mauricio?, sea de una forma u otra, Mauricio es el mito ocumareño y según el decir popular, es el Guardián de Ocumare y de sus ríos.  

UN VIAJERO MISTERIOSO

Para salirnos un momento de los Valles del Tuy, les voy a relatar el cuento del Viajero Misterioso, por el mensaje que deja:

Un día, al atardecer llegó, a la población de Bailadores, en los Andes venezolanos, un hombre muy extraño, cargaba sobre su hombro un morral medio vacío, vestía con elegancia, llevaba corbata y su semblante era distinguido, tal vez por eso no le ladraron los perros.
Golpeó con los nudillos la primera casa que encontró. La señora que le abrió la puerta le preguntó: -¿Qué desea usted?, asombrada y curiosa, -Necesito algo para comer, vengo caminando desde Tovar y tengo hambre-, -Lo lamento señor, pero ahorita mismo no tengo nada qué ofrecerle-, se excusó la señora con el tono titubeante del miedo, -No se preocupe señora, yo cargo en mi morral un sobre que posee propiedades alimenticias exquisitas, si me consigue una olla con agua hirviente, yo le cocinaré la sopa más sabrosa que haya probado en su vida.
La mujer quedó picada por la curiosidad, lo mandó entrar a la cocina, confiada en que el porte y trato distinguido del huésped merecían su confianza, colocó una olla de agua sobre el hornillo y llamó a una vecina para no estar sola y contarle la maravillosa oferta del viajero misterioso. Cuando el agua comenzó a hervir casi todas las mujeres de Bailadores se habían reunido en la cocina milagrosa; fue en aquel instante, cuando el hombre abrió el sobrecito e hizo el ademán de arrojar  algo en la olla.
Lo revolvió, probó luego con una cucharita, regodeándose con los labios y la boca, exclamó: !Deliciosa¡, no hay mejor menú para el frío de Bailadores, sólo necesita de unas cuantas papas y unas zanahorias para redondear la perfección, !Nunca deben faltar las verduras en cualquier plato inteligente y sano¡, -!Yo traigo las papas y las zanahorias¡, ofreció una vecina.

  

A los pocos minutos las papas y las zanahorias llegaron a la olla  y el hombre misterioso probó la sopa: - !Excelente.....realmente excelente¡, sin embargo,  -Mejoraría aún más si le agregáramos unos trocitos de

carne.

Una nueva ama de casa, salió rápido y entró como un meteoro con una bandeja de chuleta.  El flamante cocinero las aceptó cortésmente, agradeció la prontitud y las depositó cuidadosamente en la olla, revolviendo el contenido, y ya comenzaba a salir un olor que entusiasmaba a todas las mujeres presentes. Probó de nuevo el caldo y dijo: !Sabrosísimo¡ !Francamente estupendo¡- Con unos pellizquitos de sal, la sopa quedará lista para ser servida-


Como había sucedido anteriormente llegó una vecina con una tacita de sal, minutos después el hombre ordenó: !Pónganse en fila con el plato en la mano¡... !habrá sopa para todo el mundo¡, Las mujeres presentes corrieron a sus casa  para traer su propio plato y cubiertos.
La mayoría aprovechó para traer canastas de frutas y potecitos con dulce de lechosa. el hombre repartía la cantidad de sopa que cada una deseaba y se iban sentando donde podían. Todas se sentían contentas, nunca habían disfrutado una cena tan alegre, espontánea, singular y fraterna. Reían extrañamente felices, mientras comentaban la anécdota de la sopa y compartían por primera vez una cena en comunidad. La velada se prolongó por varias horas y las mujeres prometieron reunirse con mayor frecuencia y se dirigieron al hombre para agradecerle, pero ...había desaparecido, y en la mesa estaba el sobrecito con una nota que decía: "Aquí les dejo la fórmula maravillosa: LA SOLIDARIDAD", "Usénla siempre que deseen cenar la sopa más deliciosa del mundo".


Nadie pudo averiguar en Bailadores quién fue ese hombre misterioso, las mujeres que lo trataron aseguraron que tal vez se perdió en el Páramo La Negra, camino de La Grita.
 

MAURICIO EL ENCANTO DE OCUMARE

Gran piedra de la cueva de Mauricio
Mauricio El Encanto de Ocumare, como familia llegaron de Mérida, los Hernández, vivían cerca de una población llamada "La Lima", entre La Lagunita y el río Súcuta, tiene tantas anécdotas que lo han llevado a igualarse con el nombre de Ocumare, y dicen los que saben, que siempre vive cerca de los ríos y cuando decide mudarse lo hace crecer y se va en busca de otras aguas para morar, ya que son cinco  los ríos que rodean a Ocumare.



Las Cuevas del Peñón fueron bautizadas con su nombre, se dice que allí mora Mauricio y existe real y corpóreamente en esas cuevas, ya que son unos lugares, donde hay formaciones con apariencia de lecho, donde probablemente los utiliza para descansar.
Los lugareños se sienten orgullosos de él, de su Encanto, ya  que expresan con mucha emoción que es una deidad consagrada a la defensa y cuidado de las aguas, flora y fauna de la Sabana de Ocumare del Tuy.
Dicen que El Encanto fue encanto desde su nacimiento, ya que su papá era amante de la cacería.  La madre de Mauricio estaba embarazada; un día se acostó a descansar, se quedó profundamente dormida y cuando despertó, ya no tenía al niño en su vientre, por eso, cuentan los que cuentan que su padre lo cambió, o lo entregó a ser "un encanto", para obtener buenas cacerías.


Valles del Tuy,en el centro el río Tuy
Los años siguen pasando, el muchacho crece, y un buen día, desaparece, su madre no lo encuentra por ningún lado. Pasan tres días de angustia, y desesperación, revolviendo las piedras, árboles, ríos, sin noticias; cuando aparece, su madre lo encuentra distinto, cambiado, diferente, sus ojos tenían un brillo especial, su oído escuchaba más allá de lo normalmente perceptible, su cuerpo estaba más fuerte...o más alto, la mira con ternura y le dice que tenía que devolverse, para cuidar el bosque y sus animales que estaban amenazados por la avaricia y el egoísmo del hombre:
-Te dejo estas monedas de oro, con eso te sostendrás, si necesitas más, sólo invócame y estaré aquí en un parpadeo.
Salió con su morral lleno de monedas, su cuatro y su sombrero a recorrer su comunidad desamparada.     

Piedras de la Cueva del Peñón o Cueva de Mauricio