DE OLEGARIO ANDRADE

Como un homenaje a todas esas MADRES que aún en las ausencias absolutas están pendientes de sus hijos.  Como recuerdo de esto tengo un cuento de mi madre, una vez que padecí un accidente automovilístico, una de mis primas que me cuidaba, se había quedado dormida y despertó con la sensación extraña en su cuerpo y vió a mi mamá parada al pie de mi cama en el hospital Pérez Carreño, la vio y le preguntó: - Tía, y Usted qué hace aquí?, con toda la humildad del mundo, mi mamá le contestó: -Vine a saber de Josefina, vine a ver cómo esta y por supuesto a cuidarla un rato. (Tenía ya muchos años fuera de este plano)

!Gracias mamá! Sé que estás cerca, siempre cuidándome.

"-Ven para acá, me dijo dulcemente 

mi madre cierto día.

Aún parece que escucho en el ambiente

de su voz, la dulce melodía.

-Ven

y dime

qué causas tan extrañas

te arrancan esa lágrima, hijo mío,

que cuelgan de tus trémulas pestañas

como gota cuajada de rocío.

-Tu tienes una pena y me la ocultas.

¿No sabes que la madre más sencilla sabe leer en el alma de sus hijos como tú en la cartilla?

-¿Quiéres que te adivine lo que sientes?

-Ven para acá pilluelo

Que con un par de besos en la frente, 

disiparé las nubes de tu cielo.

Yo prorrumpí a llorar:

-Nada,

le dije.

-La causa de mis lágrimas ignoro,

Pero de vez en cuando se me oprime el corazón y

lloro.

Ella inclinó la frente pensativa,

se turbó su pupila,

y enjugando sus ojos y los míos

me dijo más tranquila:

-Llama siempre a tu Madre cuando sufras

que vendrá muerta o viva.

Si está en el mundo

a compartir tus penas´

y sino

a consolarte desde arriba.

Y lo hago así

Cuando la suerte ruda como hoy

perturba de mi hogar la calma,

invoco el nombre de mi madre amada

y entonces siento

que se ensancha mi alma"