Nadie es dueño de tu felicidad
por eso
NO entregues tu alegría
tu paz
tu vida,
en las manos de nadie,
absolutamente de nadie.
Somos libres
No pertenecemos a NADIE
Y no podemos querer
ser dueños
de los deseos,
de la voluntad,
o de los sueños
de quien quiera que sea.
ARISTÓTELES
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