* DE COVID

Estamos transitando por el Valle de la Muerte, unos se quedarán o nos quedaremos, otros seguirán o seguiremos, pero la vida nueva va ser realmente dura, quizás los terremotos, huracanes, meteoritos, aerolitos, asteroides,  envenenamientos con agentes químicos proporcionado por los laboratorios químicos, los vegetales de consumo diario con pesticidas, las pruebas con seres humanos ignorantes o a sabiendas,  la contaminación ambiental que implica al mismo humano, que no permite la pureza de sus aguas, las industrias con su incesantes desperdicios que nuestros peces tragan continuamente hasta ahogarlos, las islas de basura, los aterradores cambios atmosféricos, la singularidad de las nubes con múltiples formas.

  

Esta es una de esas nubes que nos dejaron asombradas por la similitud que tiene a una paloma, que ojalá nos anuncie paz, paz en este convulsionado mundo que nos ha tocado convivir, otra imagen que nos dejó asombradas fue el hecho de otra cosa extraña en las costas de Choroní y la bahía de Cata en el estado Aragua, la cantidad de peces, más de cuarenta toneladas, que salieron del mar el Domingo de Ramos, para alimentar a los venezolanos.
En fin aquí estamos en una simple espera, qué pasará mañana, todos los viajeros que han llegado a Venezuela, han llegado contaminados, de Colombia, USA, España, están a resguardo en los CDI, en los hospitales, en clínicas privadas, con ciento y tanto de contagiados y por los momentos con 9 decesos.
En mi comunidad no ha habido ningún contaminado, pero si escuchamos noticias de otras comunidades cercanas, en nuestro mismo estado Miranda o noticias nacionales, el paso de la frontera con Colombia y las historias insólitas que cuentan como experiencia de vida.

peces en Choroní

Hoy comí arepitas dulces con mantequilla, anteayer mi nieta la dibujante, me brindó una hamburguesa con carne, salsas, huevo frito, pero estuvieron muy buenas con lo poco que tenían, tomamos ayer sopa de verduras y costilla, preparamos majarete, que es un plato tradicional de Semana Santa, de harina de maíz, coco, canela y papelón, para tres días el postre, cinco personas, por cierto bastante oneroso, pero todo fue obsequiado.