Pues, insistiendo, le preguntaba a otras personas que estuvieran allí y me contestaban que al lado también se escuchaban esas peloticas lanzadas desde acá, dando la sensación de espiritualidad, que sí tenía porque, se escuchaba siempre en el mismo lugar, debajo de las escaleras, como si habitantes pequeñitos estuvieran jugando metras dentro de la pared, divirtiéndose perennemente, día y noche. Hasta que ella decidió mandar un carpintero a construír una biblioteca debajo de la escalera, para acabar con el escalofriante y molesto ruido.
Así era mi querida amiga, así fue mi gran amiga Ligia, excelente en todo lo que emprendía.Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
miércoles, 21 de abril de 2021
¿OYES LAS METRAS EN LA PARED?
Cuando llegué nueva esta comunidad, año 1972, pasó por el frente de mi casa una muchacha que reconocí de inmediato, trabajaba conmigo en Barlovento, año 1969, y por supuesto la llamé; cuando llegué a Barlovento, nos reunieron y ella estaba ahí en esa única reunión, porque ella tenía el traslado para Ocumare del Tuy. Desde ese momento nos hicimos amigas y compartíamos muchos eventos aquí en el Tuy y en Caracas. Cuando visitaba su hogar y me sentaba en la sala escuchaba que unas metras o peloticas eran lanzadas contra la pared, de allá para acá, debajo de las escaleras.
Yo interrogaba a Ligia y ella imperturbable no me contestaba, como dando por sentado que yo estaba escuchando algo que no existía o que era improcedente mi pregunta, o que sencillamente no le daba la gana de contestar, porque ella lo solucionaría sin muchos rodeos.
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