"Hablar de Julio Flórez es hablar del romanticismo, pero hablar del romanticismo para dar sede a Julio Flórez y poder fijar su sitio en la literatura de la lengua española. El romanticismo posee tres características distintivas de otros movimientos literarios: la espontáneidad, el sentimiento y la intuición. Él, es pues uno de sus oficiantes. Este romántico que se extingue estrangulado por la poderosa corriente del realismo, padece los males y hace florecer las virtudes de su escuela con un igual entusiasmo. Se distingue por un lirismo generoso, sin descorazonamiento, en toda su obra se observa el desequilibrio producido por el conflicto permanente entre la realidad y el ideal, pero su canto, profundamente humano, doloroso y sentido, tiene una gran sinceridad sentimental pese al post romanticismo, en que hay algo de insinceridad ambiente. Por eso, "a pesar del tiempo, la edad y la distancia", se le siente, se le lee, se le busca, y da la sensación de ser nuevo, de ser fresco, de ser de hoy.
Poeta: Julio Flórez. Colombia
El Último Trovador
(1867-1923)
Oye bajo las ruinas de mis pasiones
Y en el fondo de esta alma que ya no alegras
entre polvo de ensueños y de ilusiones
yacen entumecidas mis flores negras.
Ellas son el recuerdo de aquellas horas
en que presa en mis brazos te adormecías
mientras yo suspiraba por las auroras
de tus ojos, auroras que no eran mías.
Ellas son mis dolores, capullos hechos;
los intensos dolores que en mis entrañas
sepultan sus raíces, cual los helechos
en las húmedas grietas de las montañas.
Ellas son tus desdenes y tus reproches
ocultos en esta alma que ya no alegras;
son, por eso, tan negras como las noches
de los gélidos polos, mis flores negras.
Guarda, pues, este triste débil manojo,
que te ofrezco de aquellas flores sombrías;
guárdalo, nada temas, es un despojo
del jardín de mis hondas melancolías.
Tomado de SUS MEJORES POESÍAS,
lo compré en 1996 y me enamoré de ese sentimiento.
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