Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
Erase una vez un jardín florido, lleno por supuesto de flores multicolores y hermosos y sabrosos frutos tropicales, donde vivía un hombre de cálida sonrisa, voz suave y caminar lento, pero seguro; era Mauricio, El Encantado, de las tranquilas y transparentes y tranquilas aguas del río Tuy.
Un día, un aciago y triste día, estaba el Señor Tiempo cansado del transcurrir de las horas del almanaque, se le olvidó marcar la Navidad; los duendecillos del jardín al revisar el almanaque, se llenaron de tristeza porque no recibirían ningún regalo de la fértil tierra y decidieron no recolectar gotas de rocío, ni regar más el jardín ni las flores, se adormecieron sus hojas, se tornaron amarillas y el tiempo las secó.
Pero Mauricio, notó lo que estaba pasando y habló con el sol: -Sol, sol, dime qué pasa en mi jardín?. Los duendecillos ya no trabajan con alegría, la tierra está árida, no dá frutos, ni hermosas flores; el sol le responde: -Mauricio, viejo amigo, sabes que el mes de diciembre es un mes donde mis rayos son muy bondadosos con la tierra, porque en este mes nació el Rey del Universo: Jesús.
Mauricio, se dirigió a la luna y ella entre arrumacos y mimos le dice: No, no, Mauricio, yo no sé qué pasa con tu jardín, mis noches son claras llenas de estrellas, además me estoy preparando para el día más hermoso del año, celebrar el nacimiento del niño Jesús. Mauricio se sienta en una solitaria roca a contemplar el jugueteo de las sardinas, y entre risas y saltos una de ellas le dice a las otras
-Ay hermanita, Mauricio no sabe que el señor Tiempo, es tan viejo, pero tan viejo, cuando ya no sabe ni los días que vive. Y se saltó el 25 de diciembre, se le olvidó esta fecha en el calendario, ya no se puede hacer nada, tenemos que esperar hasta el año que viene. -Bueno, hermana para todo hay una solución, si el Tiempo se duerme el 24, Mauricio puede, con cantos de aguinaldos, fiestas, juguetes, celebración en familia, alegría y demostraciones de amor, que ese día reine la paz, mucha paz y armonía en el mundo, que nadie se de cuenta que esa noche desapareció, que sea una noche de paz, noche de amor.
Mauricio oye la conversación y se acerca al Tiempo, ya viejo y le dice: -Amigo Tiempo, cómo estás? _Mauricio, ¡qué pregunta! triste y cansado. _No amigo tiempo, vamos a conversar sobre tiempos pasados, aquí tengo una carterita de aguardiente, perdón una botella de vino, vamos, vamos a disfrutarla...beba..beba..amigo Tiempo; y así el Tiempo se fue durmiendo, soñaba con tiempos mejores y Mauricio corrió hacia el jardín, por las calles, las casas, familias, todos, todos celebraron con alegría, furruco, charrasca, cuatro, arpa, maracas, la llegada del nacer de un nuevo mundo de paz y de amor. Y así ni el Tiempo notó la falta del 25 de diciembre.
"Hablar de Julio Flórez es hablar del romanticismo, pero hablar del romanticismo para dar sede a Julio Flórez y poder fijar su sitio en la literatura de la lengua española. El romanticismo posee tres características distintivas de otros movimientos literarios: la espontáneidad, el sentimiento y la intuición. Él, es pues uno de sus oficiantes. Este romántico que se extingue estrangulado por la poderosa corriente del realismo, padece los males y hace florecer las virtudes de su escuela con un igual entusiasmo. Se distingue por un lirismo generoso, sin descorazonamiento, en toda su obra se observa el desequilibrio producido por el conflicto permanente entre la realidad y el ideal, pero su canto, profundamente humano, doloroso y sentido, tiene una gran sinceridad sentimental pese al post romanticismo, en que hay algo de insinceridad ambiente. Por eso, "a pesar del tiempo, la edad y la distancia", se le siente, se le lee, se le busca, y da la sensación de ser nuevo, de ser fresco, de ser de hoy.
Poeta: Julio Flórez. Colombia
El Último Trovador
(1867-1923)
Oye bajo las ruinas de mis pasiones
Y en el fondo de esta alma que ya no alegras
entre polvo de ensueños y de ilusiones
yacen entumecidas mis flores negras.
Ellas son el recuerdo de aquellas horas
en que presa en mis brazos te adormecías
mientras yo suspiraba por las auroras
de tus ojos, auroras que no eran mías.
Ellas son mis dolores, capullos hechos;
los intensos dolores que en mis entrañas
sepultan sus raíces, cual los helechos
en las húmedas grietas de las montañas.
Ellas son tus desdenes y tus reproches
ocultos en esta alma que ya no alegras;
son, por eso, tan negras como las noches
de los gélidos polos, mis flores negras.
Guarda, pues, este triste débil manojo,
que te ofrezco de aquellas flores sombrías;
guárdalo, nada temas, es un despojo
del jardín de mis hondas melancolías.
Tomado de SUS MEJORES POESÍAS,
lo compré en 1996 y me enamoré de ese sentimiento.
Me encontré con Rosa Melo en Santa Teresa del Tuy, donde pude escuchar sus dulces poemas y logré que me obsequiara un poemario titulado " La Casa Adormecida", donde inéditos versos inmensamente personales escalan en nuestra alma para hacerla tambalear, estos versos fueron traducidos al francés para ser publicados en "le Journal des Poétes de Bélgica".
Ese día tomé el libro entre mis manos y pude observar una escritura gótica, de bellos trazos para cada uno de los poemas, realizado por la autora.
En la dedicatoria se puede leer:
A Josefina Barreto, en este encuentro con "tu voz", créeme amiga es voz que transmite, es voz alta, adelante Josefina, te doy con mis poemas la alegría de conocerte, a tu sensibilidad los entrego: Amiga
Rosa Melo
Santa Teresa del Tuy, 15-02-2003
¿Dará tiempo sembrar esta semilla y soñar en su sombra?
Debería esta semilla dar frutos, sobre todo en esta famosa
cuarentena, que nos ha hecho adentrarnos en el infinito de