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viernes, 12 de noviembre de 2021

LOS NÚMEROS

 


De Emilio Ballagas

1


El uno es un lunarcito

que adorna el blanco papel

El uno es como la luna

una sola nada mas....

sola, solita en la noche

¡Que miedo debe tener!

2

¿El dos? Yo lo conozco

mis dos ojitos son

dos son mis piececitos

y mis orejitas, dos

dos son mis piececitos

para salir al campo

saltar y a correr.

3

Es una familia el tres

¿tú la quieres conocer?

es muy corta, ya verás

son papá, mamá y nené.

4

Las dos palomas en su casita y

dos pichoncitos a quien cuidar

cuéntalos: uno, dos, tres, cuatro

¿Ya lo aprendiste? Qué fácil es...



martes, 10 de agosto de 2021

EL HOMBRE, EL TIGRE Y LA LUNA

 CUENTO PEMÓN

El hombre fue al río a buscar agua en una calabaza. Cuando regresó a su casa se encontró con el tigre que había penetrado y estaba allí dentro, sentado en el suelo. El hombre pensando defenderse, dio un salto hacia el sitio en que guardaba sus armas, para agarrar una flecha.  El tigre se puso a reir y dijo: -¡No soy tonto pemón, sé que debes tu poder a las armas que posees, por eso te las he destruído!. El hombre vio entonces que el tigre estaba sentado sobre los restos de sus flechas y sus hachas destrozadas, ¡He venido a demostrarte que soy más poderoso que tú!. El animal se puso en pie y salió afuera, conduciendo al hombre hasta un matorral cercano.


 Al cabo de un rato escucharon aletazos y vieron un paují que vino volando y se posó en lo alto de un árbol. El tigre se trepó al árbol silenciosamente, cogió al paují por el pescuezo y regresó junto al hombre ¿Eres capaz de hacer eso?, le preguntó el tigre, -¡Sin flechas o sin cerbatanas, no puedo hacerlo!. Siguieron escondidos, al poco tiempo vieron moverse el monte y escucharon ruido de pisadas.  
Una danta apareció, caminando en línea recta hacia ellos; el tigre dio un gran salto y cayó sobre la danta. De un solo zarpazo la dejó tiesa y luego la arrastró hasta el matorral, ¿Puedes dejar una danta así como la he dejado yo?, preguntó otra vez. - ¡No!, ¡Sin armas no puedo hacerlo!.  Entonces se fueron a la orilla del río. El tigre empezó a golpetear sobre el agua con su lengua rosada. Atraídos los peces se acercaron. Cuando fue tiempo, de un solo manotazo el tigre sacó fuera uno de ellos, enganchado en sus uñas. Le volvió a hacer la misma pregunta al hombre, -¡Sin los aparejos necesarios, eso tampoco puedo hacerlo!.

El tigre se quedó mirándolo, y luego le dijo: -¡Ahora te toca a ti, pemón, ejecutar también tres hazañas, si yo no puedo imitarte, quedaremos amigos, pero si las llevo a cabo, te devoraré!.

La luna estaba en el cielo rodeada de nubes, el hombre la miró y dijo al tigre: -¡Aguárdame aquí Kaikusé, ya vuelvo!; el tigre desconfiado gruñó: -¡No pretendas huir, porque si lo haces, te buscaré y cuando te haya encontrado te comeré!. -¡No tengas cuidado!, dijo el hombre y se fue. Se metió en la selva y cuando estuvo fuera del alcance de la vista de la fiera, dio un rodeo y regresó a su casa por detrás, entró y buscó una torta de casabe, luego miró al cielo y al ver a la luna esconderse detrás de una nube, volvió donde estaba Kaikusé, le mostró la torta de casabe, preguntándole: ¿Sabes qué es esto, amigo Kaikusé?. -¡No sé!. Pemón dijo: -¡Mira el cielo!, no ves que la luna ha desaparecido?. La fiera miró al cielo y enseguida a la torta de casabe: -¡Ah! ¡Has agarrado la luna!. -¡Si! y comenzó a comer casabe; el tigre mirando el gusto con el que el pemón comía, dijo: -¡Debe ser sabroso comer luna!. El hombre le dio lo que le quedaba de casabe al animal, diciendo: -¡Sí! ¡es bueno, come!. En ese momento el tigre devoró todo el casabe y se quedó relamiéndose: -¡Es una lástima que se haya acabado!. -¡No importa! dijo pemón, -¡Ahora saldrá otra luna!. -¿Y podré agarrarla yo?. -¡Naturalmente!, de la misma manera que yo agarré la mía. -¿Y cómo hiciste para darle alcance?. 

-¡Muy sencillo, me subí a los copos de un árbol y de un salto me llegué hasta ella!. La luna salió de las nubes en que se había ocultado y comenzó de nuevo a correr por el cielo. Apenas la vio el tigre, fue rápido y se subió al árbol más alto. Allí se agazapó  y mirando fijamente el astro para afinar la puntería, dio al fin el gran salto, pero no alcanzó la luna sino que se vino de cabeza y se estrelló en el cielo contra una piedra.



El hombre llevó a su casa el pescado y el paují y arrastró también hasta ella al tigre y a la danta.

lunes, 2 de agosto de 2021

FALTÓ EL 25

 

Erase  una vez un jardín florido, lleno por supuesto de flores multicolores y hermosos y sabrosos frutos tropicales, donde vivía un hombre de cálida sonrisa, voz suave y caminar lento, pero seguro; era Mauricio, El Encantado, de las tranquilas y transparentes y tranquilas aguas del río Tuy.  


Un día, un aciago y triste día, estaba el Señor Tiempo cansado del transcurrir de las horas del almanaque, se le olvidó marcar la Navidad; los duendecillos del jardín al revisar el almanaque, se llenaron de tristeza porque no recibirían ningún regalo de la fértil tierra y decidieron no recolectar gotas de rocío, ni regar más el jardín ni las flores, se adormecieron sus hojas, se tornaron amarillas y el tiempo las secó. 


Pero Mauricio, notó lo que estaba pasando y habló con el sol: -Sol, sol, dime qué pasa en mi jardín?. Los duendecillos ya no trabajan con alegría, la tierra está árida, no dá frutos, ni hermosas flores; el sol le responde: -Mauricio, viejo amigo, sabes que el mes de diciembre es un mes donde mis rayos son muy bondadosos con la tierra, porque en este mes nació el Rey del Universo: Jesús.

Mauricio, se dirigió a la luna y ella entre arrumacos y mimos le dice: No, no, Mauricio, yo no sé qué pasa con tu jardín, mis noches son claras llenas de estrellas, además me estoy preparando para el día más hermoso del año, celebrar el nacimiento del niño Jesús. Mauricio se sienta en una solitaria roca a contemplar el jugueteo de las sardinas, y entre risas y saltos una de ellas le dice a las otras

 -Ay hermanita, Mauricio no sabe que el señor Tiempo, es tan viejo, pero tan viejo, cuando ya no sabe ni los días que vive. Y se saltó el 25 de diciembre, se le olvidó esta fecha en el calendario, ya no se puede hacer nada, tenemos que esperar hasta el año que viene. -Bueno, hermana para todo hay una solución, si el Tiempo se duerme el 24, Mauricio puede, con cantos de aguinaldos, fiestas, juguetes, celebración en familia, alegría y demostraciones de amor, que ese día reine la paz, mucha paz y armonía en el mundo, que nadie se de cuenta que esa noche desapareció, que sea una noche de paz, noche de amor.

Mauricio oye la conversación y se acerca al Tiempo, ya viejo y le dice: -Amigo Tiempo, cómo estás? _Mauricio, ¡qué pregunta! triste y cansado. _No amigo tiempo, vamos a conversar  sobre tiempos pasados, aquí tengo una carterita de aguardiente, perdón una botella de vino, vamos, vamos a disfrutarla...beba..beba..amigo Tiempo; y así el Tiempo se fue durmiendo, soñaba con tiempos mejores y Mauricio corrió hacia el jardín, por las calles, las  casas, familias, todos, todos celebraron con alegría, furruco, charrasca, cuatro, arpa, maracas, la llegada del nacer   de un nuevo mundo de paz y de amor. Y así ni el Tiempo notó la falta del 25 de diciembre.




sábado, 19 de junio de 2021

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS

Leyendo el libro La Luna y las Influencias Lunares de Ilya Virgatchik, editorial Everest, 1992, pude resaltar algo muy interesante, que habla sobre las enfermedades psicosomáticas, donde la influencia del factor psíquico es determinante, ejemplo: el intelectual ansioso, sometido al estrés de la vida profesional e incapaz de descargar su ansiedad a través de un deporte, donde su relación con los demás sería "humana" y sana, está siempre preocupado, constantemente nervioso, pierde el apetito, el sueño, sustituye la comida por el cigarro y el alcohol, es fácil de reconocer en nuestro entorno, padece diversas enfermedades, debido a su mala adaptación a las condiciones de vida; las enfermedades que pueda padecer afectan a todos los órganos; esfera genital, esfera digestiva, esfera cardíaca, esfera respiratoria, que se ve influenciado además por su herencia genética, su modo de vida y sus influencias astrales. Recuerdo que en 2015 cuando me sentí muy mal con la gastritis, la doctora que me atendió, me aconsejó:
 _Para que puedas sobrellevar ésto, debes llevar la vida con calma, si no quieres limpiar, ¡No limpies; si no quieres cocinar, ¡No cocines; si no quieres salir a comprar, ¡No salgas; si no te quieres levantar de la cama, ¡No te levantes, así llevarás una vida light, tranquila, ni tendrás problemas de tensión, ni de nada, y así lo he hecho hasta ahora, me he echado la vida al hombro, ya yo crié y tengo ahora que ocuparme de mí, y así mismo aconsejo a las abuelas que conozco que están volviendo a criar sin ninguna necesidad. 
Cada quien debe vivir la vida que le toca, con las responsabilidades inherentes y resolverlas, "¡Ayuden pero no se responsabilicen!". 



miércoles, 2 de junio de 2021

¿QUÉ BUSCA LA LUNA?

  Autor: Benito Raul Losada: 


¿Qué busca la luna madre? 

¿Qué busca la luna madre 

entre las sombras del bosque?

 


La luna busca un lucero 

que cayó del cielo anoche. 

¿Qué busca la luna, 

madre entre las aguas del río? 


Un pececillo de plata 

que se olvidó en el camino 

y en el monte madrecita 

¿Qué busca la madre luna? 

Busca un pedazo de tarde 


vestido de fresa y uvas. 
¿Qué busca la luna, madre 

sobre los techos de paja? 

La luna busca un recuerdo... 

Madre ¿La luna es de plata?



viernes, 21 de mayo de 2021

LUNA, LA GATA

 


Aquí en mi casa un buen día, apareció una gata negra con blanco y como las bebé empezó a quererla, pues la gata se quedó; a mi particularmente no me agradan los gatos, desde siempre, ya que hacíamos muchos cuentos sobre los gatos y los tres pelos del diablo que nos causaba mucho terror.

Bueno, la gata se quedó en la casa y empezó a recibir visitas que armaban tales berrinches que me partieron mi vajilla de Navidad, platos de postre, bandejas, vasos, copas, tazas de café con leche, tacitas de café negro, un despelote total, que si hubiera sido en otras condiciones de miseria absoluta, me hubiera puesto a llorar, pero resistí ese dolor punzante de mi corazón y seguí adelante guardando en alto lo que me sobró, y es lo que tengo hoy día guardado para ocasiones especiales. 

No nada más me hubiera puesto a llorar, sino que hubiera botado a la gata de mi casa (No sé cómo); la vida continúa y la gata pariendo, y nosotras buscando familias de adopción, ya que cada vez (que fueron cuatro) que paría salían cuatro lindos y raros gatitos. Esa situación me desgastaba, porque no me gustan los gatos, sólo en fotos.

En una última camada tuvo dos gatos blancos hermosos, inmensos, hembra y macho; el macho lo regalé en la escuela donde trabajaba y la hembra se quedó en la casa y   ..... salió preñada; ya no era la madre, sino también la hija; la gente pensando que yo quería a los gatos, me enviaban las fotos de los animales en sus casas y lo cómodo que estaban para que no me preocupara por su bienestar. Por un lado la madre embarazada y por otro la hija, a quien le habían puesto el nombre de Luna, que le sentaba muy bien, por lo hermosa que era su piel.

Ya para parir, Luna entró en la habitación de su ama y estuvo allí un buen rato, cuando salió, le dije: _Aquí no vas a parir, así que te vas a cualquier parte, pero aquí no lo hagas. porque estoy cansada de gatos y gaticos, todo hediondo a orine, a pupú, no quiero saber más nada de gatos. La gata se paró, empezó a caminar, dirigiéndose a la puerta, me miró fijamente a los ojos, como una despedida, salió y más nunca volvió, ni se asomó por ahí, ni la hemos visto por la comunidad, hemos salido a pasear, llamándola, y nada, se mudó de comunidad, o alguien que la vió en el proceso que estaba y lo bella que era la adoptó y no la deja salir. La mamá, Princesa, un día salió y se fue por detrás de la casa y entró en una de la esquina, que estaba cerca de la mía; pues resulta que su dueño había fallecido, y ella lo estaba buscando, en esa búsqueda llegó aquí, se encontró con las niñas que empezaron a mitigar su dolor, con abrazos y besos, por supuesto se quedó aquí, tenía todo lo que necesitaba, la única que estaba fuera de tono con ella era yo, y me la tuve que aguantar durante cuatro partos.

Cuando reconoció su casa anterior, entró, visitó las habitaciones, se sintió  a gusto y se quedó allá, nos veía en la calle y ni nos miraba; era un consuelo porque yo no quería que regresara. Inclusive su dueña nos dijo que la gata había parido otra vez y que nosotras teníamos la obligación de ayudarla con las crías, porque la gata era de nosotras. ¡¡¡¡¡No NO No señora!!!!, se la tuvimos mientras el dolor por su amo se apaciguaba, ahora vuelve a sus raíces