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miércoles, 13 de octubre de 2021

EL HOMBRECITO GRIS

 

Había una vez un hombrecito gris, de ojos hermosamente grises, dientes grises, cabello gris, uñas grises, traje y zapatos por supuesto grises, y se llamaba Gris. 

A Gris le encantaba cantar Granada, pero ninguna persona quería oir su voz de tenor; entonces él se escondía en el baño y con el agua que le caía, creía que no le escuchaban:

GRANADAAAAAAAAA

Shitt.. y Gris se callaba.

Decidió ir por las calles GRANADAAAAAA y la gente le pegaba el chorro de las mangueras y lo mojaban.

Gris se montó en un edificio muy alto y comenzó a cantar:

GRANADAAAAAA

Cuando miró hacia abajo, todos los carros estaban parados, tocando sus cornetas para que se callara. Gris se sentía muy triste y decidió irse al bosque a cantar

GRANADAAAAAA

...y un señor que lo estaba oyendo, se le acercó y le dijo: -¡Oiga usted tiene una voz muy bonita! ¡Yo quiero que Ud vaya a la radio, a probar!, pero como gris se sentía tan gris, no le creyó y se fue corriendo, y se escondió; pero como no sabía qué hacer, decidió ponerse un pañuelo en la cara, para fingir un dolor.


Y colorín colorado este cuento se ha terminado .........................

Muchas veces el ser humano busca enfermedad para su cuerpo con el fin de disimular sus errores o fracasos; cuando estamos enfermos nadie nos señala  con su dedo, antes bien somos dignos de compasión y nada se nos exige porque estamos enfermos.

Creo que el dueño de este cuento es Pérez Clarin, me encanta 

martes, 24 de agosto de 2021

TÍA ZORRA Y LOS PECES

 

De Rafael Rivero Oramas

Un día muy de mañana, Tío Zorro andaba por el bosque y al pasar junto al río, vio una gran cantidad de peces nadando dentro de un pozo; entusiasmado se puso a pescar y eran tanto los peces, que en muy corto tiempo pescó tres hermosas guabinas.

Muy contento se fue a su casa y le dijo a su mujer:

-¡Tía Zorrita, mira que suerte he tenido hoy!

-¡Oh, que guabinas tan enormes! exclamó, relamiéndose de gusto.

-Si, son tan grandes, que bastará una sola para cada uno de nosotros. Por eso he pensado en invitar a Tío Tigre a almorzar.

-Como tú digas querido Tio Zorro. Freiré con mucho esmero las guabinas. ¡Quedarán muy ricas!. ¡Ve a invitar a Tío Tigre!

Tío Zorro se frotó las manos satisfecho y salió en busca del tigre, mientras tanto Tia Zorra se dispuso a preparar los peces y cuando estuvieron bien fritos, era tan apetitoso el olor que despedían, que murmuró:

-Voy a probar la guabina que me toca, a ver si ha quedado bien de sal...un pedacito nada más.

Y dicho y hecho, comenzó a pellizcar el pescado, lo encontró tan sabroso, que se olvidó de lo que había dicho. En pocos segundos el plato quedó limpio: 

-¡Estaba delicioso! Es necesario que pruebe el de Tío Zorro, él es muy delicado y si su guabina no está bien frita, seguro que se molestará.

Se comió la colita tostada, luego una aletica, después la cabeza y cuando vino a fijarse, toda la guabina de Tío Zorro había desaparecido

-¡ Dios mío... me la he comido íntegra ! , pero el daño está hecho, ya no importa que me coma también la última. Y se la comió igualmente.  Al fin llegaron los dos, y el zorro preguntó: 

-¿Has preparado ya, las guabinas?

-¡Claro que sí, las tengo al fuego para que no se enfríen!

-¡Sírvelas pronto, que tenemos mucha hambre! ¿Verdad Tío Tigre?

-Indudablemente Tío Zorro, yo por lo menos, y con el olorcito a pescado frito que hay por aquí....mmmmmm

Voy a poner la mesa. Siéntese allí Tío Tigre...

-Gracias, Tía Zorra.

Tío Tigre se sentó y  Tía Zorra llamó aparte a su marido.

-Anda al patio y afila bien los cuchillos contra la piedra de afilar.

Después se acercó a Tío Tigre y le dijo: 

-Escuche Ud. mi marido está afilando un cuchillo, se ha vuelto loco y tiene la manía de querer comerse las orejas suyas; Tio Tigre ¡Huya!, antes de que él regrese, ¡Por favor!

Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr, momento que aprovechó Tía Zorra para gritar: 

¡¡Tío Zorro!! ¡¡Tío Zorro!! ¡¡Ven pronto!! ¡¡Tío Tigre se llevó todas las guabinas!!, a lo que Tío Zorro echó a correr detrás de Tío Tigre, con un cuchillo en cada mano, diciéndole: 

-¡Tío Tigre! ¡Tío Tigrito! ¡Dame siquiera una solita! 

Y Tío Tigre creyendo que el zorro le estaba pidiendo sus orejas, apretó el paso lleno de miedo y no paró hasta que estuvo bien seguro en su casa.

Moraleja:

Si no estamos seguros de las buenas intenciones ajenas, cuando nos sugieran algo, debemos evitar seguirlas.

Tomado de Cardenalito. Libro de Lengua y Literatura venezolano

 

miércoles, 2 de junio de 2021

¿QUÉ BUSCA LA LUNA?

  Autor: Benito Raul Losada: 


¿Qué busca la luna madre? 

¿Qué busca la luna madre 

entre las sombras del bosque?

 


La luna busca un lucero 

que cayó del cielo anoche. 

¿Qué busca la luna, 

madre entre las aguas del río? 


Un pececillo de plata 

que se olvidó en el camino 

y en el monte madrecita 

¿Qué busca la madre luna? 

Busca un pedazo de tarde 


vestido de fresa y uvas. 
¿Qué busca la luna, madre 

sobre los techos de paja? 

La luna busca un recuerdo... 

Madre ¿La luna es de plata?