Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
Ese día me levanté más temprano que otros días de vacaciones, me dí un buen baño, me lavé el pelo, (aunque mi hija me porfíe que no es pelo, que es cabello) busqué la plancha, me lo sequé, busqué mi maquillaje, que lo tengo escondido para que no me lo gasten las nietas, abrí el escaparate, escogí una blusa peruana de torchón anaranjado, manga tres cuartas, pero con la espalda al descubierto; las pocas veces que me la he puesto, uso una franela de tiritas para colocármela debajo y así me cubro la espalda; saqué el pantalón, al igual que los mismos zapatos rojos desde el 2015, que no me pesan, pues ya mis pies se acostumbraron a esa pisada, revisé la bisutería: zarcillos, sortijas, pulsera, collar, negros o dorado, una alejandrita y un anillo de plata, por si acaso, a ver con qué me quedaba.
Cuando ya estaba emprendiendo mi arreglo personal con mis cosméticos, miro hacia una de las puertas del escaparate y veo colgado un trapo, extraño, me digo, yo generalmente dejo todo en su sitio; (me parece, me parece...) cual es mi sorpresa al tocarlo, que me doy cuenta que es la franelilla que debo ponerme de primero antes que la blusa.
No lo puedo creer y sólo dije ¡Gracias!, gracias por buscarla por mi, porque no sabía en cuál gancho estaba, y me hubiera llevado un tiempito hacerlo, bajando ese montón de ropa. Gracias Espíritu que me acompañas, y como digo todo el tiempo.... Gracias a la vida que me ha dado tanto....
Había una vez un hombrecito gris, de ojos hermosamente grises, dientes grises, cabello gris, uñas grises, traje y zapatos por supuesto grises, y se llamaba Gris.
A Gris le encantaba cantar Granada, pero ninguna persona quería oir su voz de tenor; entonces él se escondía en el baño y con el agua que le caía, creía que no le escuchaban:
GRANADAAAAAAAAA
Shitt.. y Gris se callaba.
Decidió ir por las calles GRANADAAAAAA y la gente le pegaba el chorro de las mangueras y lo mojaban.
Gris se montó en un edificio muy alto y comenzó a cantar:
GRANADAAAAAA
Cuando miró hacia abajo, todos los carros estaban parados, tocando sus cornetas para que se callara. Gris se sentía muy triste y decidió irse al bosque a cantar
GRANADAAAAAA
...y un señor que lo estaba oyendo, se le acercó y le dijo: -¡Oiga usted tiene una voz muy bonita! ¡Yo quiero que Ud vaya a la radio, a probar!, pero como gris se sentía tan gris, no le creyó y se fue corriendo, y se escondió; pero como no sabía qué hacer, decidió ponerse un pañuelo en la cara, para fingir un dolor.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado .........................
Muchas veces el ser humano busca enfermedad para su cuerpo con el fin de disimular sus errores o fracasos; cuando estamos enfermos nadie nos señala con su dedo, antes bien somos dignos de compasión y nada se nos exige porque estamos enfermos.
Creo que el dueño de este cuento es Pérez Clarin, me encanta