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miércoles, 13 de octubre de 2021

EL HOMBRECITO GRIS

 

Había una vez un hombrecito gris, de ojos hermosamente grises, dientes grises, cabello gris, uñas grises, traje y zapatos por supuesto grises, y se llamaba Gris. 

A Gris le encantaba cantar Granada, pero ninguna persona quería oir su voz de tenor; entonces él se escondía en el baño y con el agua que le caía, creía que no le escuchaban:

GRANADAAAAAAAAA

Shitt.. y Gris se callaba.

Decidió ir por las calles GRANADAAAAAA y la gente le pegaba el chorro de las mangueras y lo mojaban.

Gris se montó en un edificio muy alto y comenzó a cantar:

GRANADAAAAAA

Cuando miró hacia abajo, todos los carros estaban parados, tocando sus cornetas para que se callara. Gris se sentía muy triste y decidió irse al bosque a cantar

GRANADAAAAAA

...y un señor que lo estaba oyendo, se le acercó y le dijo: -¡Oiga usted tiene una voz muy bonita! ¡Yo quiero que Ud vaya a la radio, a probar!, pero como gris se sentía tan gris, no le creyó y se fue corriendo, y se escondió; pero como no sabía qué hacer, decidió ponerse un pañuelo en la cara, para fingir un dolor.


Y colorín colorado este cuento se ha terminado .........................

Muchas veces el ser humano busca enfermedad para su cuerpo con el fin de disimular sus errores o fracasos; cuando estamos enfermos nadie nos señala  con su dedo, antes bien somos dignos de compasión y nada se nos exige porque estamos enfermos.

Creo que el dueño de este cuento es Pérez Clarin, me encanta 

viernes, 30 de julio de 2021

MUCHACHAS BAJO LA LLUVIA

 Muchachas que pasáis bajo la lluvia

con campanitas de agua en el cabello

niñas de la actitud samaritana

que lleváis levantados los cuadernos

como para que el agua milagrosa

su inocente canción escriba en ellos.


Muchachas que ofrecéis vuestras mejillas

al fauno picarón del aguacero

frutales niñas que cruzáis la tarde

de trenzas largas y uniforme nuevo.

¡Con qué gusto romántico os daría

mi corazón envuelto en un pañuelo!


A tí, delgada niña que transitas

con paso saltarín de minutero,

te pondría esta flor de mi solapa

-sombrilla vegetal-entre los dedos


Y tú la de la capa y verde gorro

de enanito de cuento,

en una torre de ajedrez podrías 

vivir mientras escampa el aguacero.

¡Oh niñas que pasáis bajo la lluvia

mojados pajaritos del buen tiempo

venid, que en barcos de papel nos vamos

a jugar con la lluvia por los puertos!

AQUILES NAZOA