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domingo, 5 de diciembre de 2021

CIERRE DEL CONGRESO

 

Aquí estoy cantando los  Himnos

En la clausura del Congreso Educativo, el viernes tres de diciembre después de dos días en reunión, los docentes realizaron una exposición con el trabajo de los niños en este primer lapso, se expuso una muestra sobre nuestro baile folklórico, con la pieza "Amanecer Tuyero", del compositor Cipriano Moreno, a la que asistió un obrero y dos docentes, el señor Crisanto, la maestra Sorelis, y a una de ellas le di primer grado hace un montón de años, la maestra Juana; 

estamos ensayando la misma pieza con los alumnos, por los momentos hay un bebé que dice: "...los pies junticos, no separen los pies..", porque el joropo tuyero se baila con los pies juntos sin separarlos, es muy bonito, a mi me encanta. 

Los maestros resumieron su actuación en el año de la pandemia y  realizaron una serie de peticiones para darle fluidez al trabajo, ya que con tantas carencias y bajos sueldos no se puede trabajar; yo recuerdo que cuando trabajaba en Súcuta (1994-2014), la Comunidad Educativa se encargaba de contratar un vehículo grande, que quedaba lleno, para recibir los recursos que el Estado nos entregaba; entre lo que  recibíamos había papel, bolígrafos, lápices, pintura, material de limpieza, detergente, grapas, carpetas, no recuerdo más porque eso fue hace tiempo, creo que hasta 2013, después de ese año iniciamos un descenso a la locura con sus respectivas carencias, y nos ha ido bastante mal, aunque muchos "grandes" personeros digan que "las sanciones no afectan al pueblo", es un análisis descabellado, jalado por los pelos y sin conciencia, ...y con karma, por supuesto, porque todo aquel que ha atentado contra nosotros, sencillamente.... pagará; bueno, ya me salí del tema, continuamos con el cierre del Congreso Educativo.

Yo tenía un pent drive de la maestra Isabel, donde le había grabado "Amanecer Tuyero" y organicé la música navideña por sección para cuando vayamos a hacer el Nacimiento Viviente, del cual yo soy la narradora; tenía que entregar el dispositivo en la escuela Rosa Peña el viernes en la mañana, para que ejecutaran el baile folklórico, pero primero pasé al preescolar y dejé mis cosas allí, Cuando llegué a la escuela Rosa Peña, se me acercó una maestra y me habló de que ella era la que se había encargado de los himnos y me sonreí, al rato vuelve otra vez y me pregunta que si quiero entonar el Himno Nacional y el del Estado Miranda, -bueno, le dije, pero déjame practicar porque quizás se me haya olvidado. Canté con ella, y acotó que no me iba a esforzar con las cuerdas vocales, porque había micrófono. Me anunció, cantamos y empezó el análisis y exposición de los representantes de cada mesa de trabajo por escuela; cuando estaba por finalizar, me levanté para venirme y una muchacha de la comunidad, maestra, me dijo: -Maestra Josefina, no se me vaya a ir que le estamos preparando algo, -Está bien, contesté, y me volví a sentar; nos dieron un pequeño almuerzo: arroz con una salsa de verduras y un bollito de harina de maíz.

Cuando salimos del salón de profesores, donde estábamos comiendo los bailadores y yo, había música siendo dirigida por una chica que se ha dedicado toda la vida a dirigir grupos de baile, y nuestras demás compañeras estaban bailando, entre ellas Norkis, parecía una barajita, e Isabel, pues cuando las veo, sin querer los pies me llevaron hasta donde había un espacio, me uní al grupo y me puse a bailar; fue un momento muy divertido, nos reimos, salía coleada, porque la juventud que había allí me dejaba atrás y era para reirnos de lo que estábamos haciendo, moviéndonos y haciendo mímica como alumnos de preescolar.

Y ya, ¡listo!, se me agotaron las fuerzas, me fuí al preescolar, busqué mis cosas, de ahí seguí a mi casa a descansar del bailecito que hice el cual me dejó agotada, todo rapidito porque me quedan trianguladas las dos instituciones con mi casa. 

Fue un día muy bueno, luego me dediqué a realizar un resumen acerca de los dos Simones, los escritos de Bolívar, Cómo uno concibe un héroe, y la importancia del pensamiento revolucionario de Bolívar. Concluí.

Terminó otro día más en mi vida, para finalizar me enteré de algunas defunciones. Lo siento por el que se fue, dispuso de su tiempo como mejor le convino y ya. No conseguí fotos de esta historia. 

martes, 24 de agosto de 2021

TÍA ZORRA Y LOS PECES

 

De Rafael Rivero Oramas

Un día muy de mañana, Tío Zorro andaba por el bosque y al pasar junto al río, vio una gran cantidad de peces nadando dentro de un pozo; entusiasmado se puso a pescar y eran tanto los peces, que en muy corto tiempo pescó tres hermosas guabinas.

Muy contento se fue a su casa y le dijo a su mujer:

-¡Tía Zorrita, mira que suerte he tenido hoy!

-¡Oh, que guabinas tan enormes! exclamó, relamiéndose de gusto.

-Si, son tan grandes, que bastará una sola para cada uno de nosotros. Por eso he pensado en invitar a Tío Tigre a almorzar.

-Como tú digas querido Tio Zorro. Freiré con mucho esmero las guabinas. ¡Quedarán muy ricas!. ¡Ve a invitar a Tío Tigre!

Tío Zorro se frotó las manos satisfecho y salió en busca del tigre, mientras tanto Tia Zorra se dispuso a preparar los peces y cuando estuvieron bien fritos, era tan apetitoso el olor que despedían, que murmuró:

-Voy a probar la guabina que me toca, a ver si ha quedado bien de sal...un pedacito nada más.

Y dicho y hecho, comenzó a pellizcar el pescado, lo encontró tan sabroso, que se olvidó de lo que había dicho. En pocos segundos el plato quedó limpio: 

-¡Estaba delicioso! Es necesario que pruebe el de Tío Zorro, él es muy delicado y si su guabina no está bien frita, seguro que se molestará.

Se comió la colita tostada, luego una aletica, después la cabeza y cuando vino a fijarse, toda la guabina de Tío Zorro había desaparecido

-¡ Dios mío... me la he comido íntegra ! , pero el daño está hecho, ya no importa que me coma también la última. Y se la comió igualmente.  Al fin llegaron los dos, y el zorro preguntó: 

-¿Has preparado ya, las guabinas?

-¡Claro que sí, las tengo al fuego para que no se enfríen!

-¡Sírvelas pronto, que tenemos mucha hambre! ¿Verdad Tío Tigre?

-Indudablemente Tío Zorro, yo por lo menos, y con el olorcito a pescado frito que hay por aquí....mmmmmm

Voy a poner la mesa. Siéntese allí Tío Tigre...

-Gracias, Tía Zorra.

Tío Tigre se sentó y  Tía Zorra llamó aparte a su marido.

-Anda al patio y afila bien los cuchillos contra la piedra de afilar.

Después se acercó a Tío Tigre y le dijo: 

-Escuche Ud. mi marido está afilando un cuchillo, se ha vuelto loco y tiene la manía de querer comerse las orejas suyas; Tio Tigre ¡Huya!, antes de que él regrese, ¡Por favor!

Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr, momento que aprovechó Tía Zorra para gritar: 

¡¡Tío Zorro!! ¡¡Tío Zorro!! ¡¡Ven pronto!! ¡¡Tío Tigre se llevó todas las guabinas!!, a lo que Tío Zorro echó a correr detrás de Tío Tigre, con un cuchillo en cada mano, diciéndole: 

-¡Tío Tigre! ¡Tío Tigrito! ¡Dame siquiera una solita! 

Y Tío Tigre creyendo que el zorro le estaba pidiendo sus orejas, apretó el paso lleno de miedo y no paró hasta que estuvo bien seguro en su casa.

Moraleja:

Si no estamos seguros de las buenas intenciones ajenas, cuando nos sugieran algo, debemos evitar seguirlas.

Tomado de Cardenalito. Libro de Lengua y Literatura venezolano