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domingo, 6 de marzo de 2022

EL CONEJO

 Este es un cuento indígena warao, adaptado por Maruja Casanova. En el dialecto warao la primera parte y  traducido la siguiente.



1.- Konejo ujú nonaya. Nonayakore tobe kuare bojitanae. Dibunae; Konejo ¿katukane takitane iji úu nonaya?

1.- Un día un conejo estaba haciendo un mapire. Mientras lo hacía, apareció un tigre y le dijo:

-Hola, conejo, ¿Para qué estás haciendo ese mapire?


2.- ¡Ujum jú! ¡Ai tobe...! Detanaka taneuraitu taisía kujuya... -¿Katukane?

-¿Iji naminanaja naba sabasabamo joida iridaja naoya kotal...?

2.- ¡Um jú...! ¡Ay, tigre...! ¿Y tú andas por ahí tan tranquilo...?

-Pero ¿Qué es lo que pasa?

-¿No te has enterado de una creciente grandísima que viene llegando de las cabeceras del río?


3.- Tuatiakore, ¿Katukane takitane iji úu nonaya?

-Tai joida jakotai tamajasaí dijakore ine kuai batokonae takitane.

3.- No, no estaba enterado. Aunque eso se cierto, ¿Se puede saber para qué estás haciendo ese mapire?

- Para cuando la creciente llegue por aquí, me encuentre colgado ahí arriba


4.- Tobe dibunae: Konejo, tuatiakore ini aurajabara ma saba nonao.

-Yakera, tobe, Ini aurajabara ji saba nonate.

4.- Entonces, el tigre le dijo: -Conejo, si así es la cosa, ve haciendo primero mi cesto.

-Está bien, tigre, voy a hacer primero tu cesto.


5.- Nonae diana. Nonai, nonai. Nonaitane dibunae: -Tobe, eku, dujanu mikitane. Tobe eku dujakore, yakera, diana kayuka.

Ama sike ini ariae. Arine a kojo sekojiae. Sekojei, sekojei tane.

5.- Y comenzó a hacerlo inmediatamente. Teje que teje. Cuando estuvo hecho, le dijo: -Tigre, acomódate adentro para probar cómo quedó.

El tigre se sentó dentro del cesto. Y ¡qué bien! Estaba a la medida.

Entonces, el conejo arrancó el bejuco de un árbol y comenzó a coser la boca del cesto, cose que cose.


6.- Ini mutau takare dibunae diana konejo: -¿Kasabuka iji batokate? Taisía ma ibatokanu

6.- Cuando el conejo acabó de cerrarla, le preguntó al tigre: -¿Dónde quieres que te cuelgue?

- Cuélgame de ahí mismo, le respondió.


7.- Ama sike konejo jakotai úu-torotorou oane kuai batokonae Batokoitane debunae:

-Tobe ini sejoro saba naukitía. Amauritu ine naote. Ine arakate ma anamu tane nonakitía.

7.- Entonces el conejo, agarrando aquel mapire-jaula, lo colgó donde el tigre le había indicado y le dijo:

-Tigre, yo me voy a buscar juncos. Ahorita mimo vengo, pues tengo que hacer también mi cesto.


8.- Naruae diana

Ya iridaja ekida imananau, Ina iridaja ekida jese imananau. Jokotane ekida jesi imananau. Tuatane ya manamo eku diana. Tobe nojera botukataya diana

8.- Y diciendo esto, se marchó.

En todo el día no apareció, llegó la noche, pasó toda la noche y el conejo no había regresado. Volvió a amanecer y a oscurecer y nada. Ya habían pasado dos días. Y el tigre se estaba muriendo de hambre.


9.- Tiakore domu eraja nabakanae tatuka. Tai domu abujene. Amasike tobe nibunae.

- Abujene, ma a kojoebujenu

-¡Um jú! Iji ma najorote..

-Ine ji najoronaja

-Ma najorote, Ji a kojo ebujinaja. Tane dibune naruae.

9.- En eso, llegó por allí una bandada de pájaros. Eran guacamayas azules. Entonces, el tigre le dijo a un guacamayo: -Guacamayo, quítale el bejuco al cesto.

-!Um jú.. ¡ Tú me quieres comer...

-No, no te comeré,

-Yo creo que sí. Mejor no le quito el bejuco al cesto. Y se marcharon los guacamayos.


10.- Ama sike, nokabukaya, urai eraja nabakanae. Nabakakore tobe dibunae: -Wai, ma a kojo ebujenu. Wai dibunae.

-Wai, ma a kojo ebujenu. Wai dibunae.

-¡Um jú, um jú! Iji ma  najorote.

-Ekida, Ine ji najoronaja, Ma a kojo ebujenu.

-Iji ma najorote.

Tane debune naruae.

10. Detrás de ellos llegó una familia de araguatos. Cuando llegaron, el tigre le dijo a uno: 

- Araguatico, quítale el bejuco al cesto.

El araguato le dijo: -No, no...Tú me vas a comee.

-Te aseguro que no te comeré. Quita el bejuco.

-Tú me vas a comer.

Y diciéndole esto, se marcharon.


11.- Ama sike nokabukaya naku eraja, kuare nabakanae. Aurajabara naruyajasi aisía dibunae:

- ¡Naku jú! Iji ma najorote. Tane dibane urayabanae.

Jisaka aurajukatu naruyaja aisía dibunae; Naku, ma a kojo ebujenu.

-¡Um jú! Iji ma najorote

- Ekida, Ine ji najoronaja, Naku, ma a kojo ebujenu....

-¿Nomeuritu yi ma najoronaja? Iji ma najorote.

-Nome ini ji najoronada

-Tuatiakore ine ji a kojo ebujete

11.- Y sucedió que detrás de ellos llegó una numerosa famili de monos. Al primero de todos ellos le dijo: 

-Monito, quítale el bejuco al cesto.

-¡Um jú! Tú me vas a comer. Y diciéndole esto, pasó adelante.

Al que iba de último en la cola, le dijo: -Monito quita el bejuco

-¡Um jú! Tú me vas a comer. -Te aseguro que no. Yo no te comeré . Anda monito, quítale el bejuco.

-Pero, ¿Es verdad que no me comerás? Tú me vas a comer

-Bueno, siendo así, le voy a quitar el bejuco a la cesta


12.- Tane diana uría abane ebujinae. Ebují, ebují, ebujé, tane Diana a koyana jisak bajinae ja. Ebujiakore tobe naku aonae.Aisiko nakae joaika.

12.- Y comenzó a destejer la boca del cesto, descose que descose, descose que descose. Ya sólo faltaba una puntada y cuando el mono la estaba sacando, el tigre le echó las garras y ambos cayeron al suelo.


13.-Nakakore ama sike naku dibunae

-Taneuraitu m najorokore, iji jajinanaja. Tiakuare sanuka kuai ma eburanu. Ma eburakore ine kuaimo ji rokeku nakate.

13.- Nada más caer, el mono le dijo al tigre: -Si me comes en esta forma, te vas a atragantar. Por eso es mejor, que me lances un poquito hacia arriba. Así cuando vaya de bajada caeré directo en tus fauces.


14.- Tobe dibunae: -Iji konejo

Naku dibunae: -Nome, tobe, Ine yaburuyacore, ji doko ekuuraitu koratate. tuatakore seke iji jajinate

14.- El tigre le dijo: -Me estás engañando, pero el mono aseguró:

-Tigre, te digo la verdad. Cuando yo suba para allá arriba, tú abres la boca. Así yo podré caer bien dentro de ella. De este modo no se te cortará la respiración. 

15.- Tanae ja tobe naku eburunae. Eburukore, naku jakotai kuai yaburuae. Tatamo seorakore, a doku toutía. Tanae ja sike naku jakanae diana.

15.- Y efectivamente, el tigre lanzó para arriba al mono. El mono en el aire... moneó y brincó muy alto. Desde allí, vio la bocota del tigre abierta esperándolo. Pero él, salió corriendo a todo brinco.


16.- Jakakore, nokabuka tobe, nojera.

Araimuju dijaka najiriae ja kuai kuaitía.

Ama sike tobe dibunae.

- Ama, konejo mikore nate, najorote ine.

16.- Al escapársele, el tigre siguió muerto de hambre.. Se acostó de espaldas y quedó panza arriba. Hasta que se dijo: -Ahora como logre ver al conejo, lo atrapo y me lo como.

17.- Naruae diana konejo a omunoko ekuya. Narui, naruitane konejo miae. Mitane oanae diana. Oakore, konejo debunae; 

-Tobe, taneuraitu ma najorokore iji jajinanaja. Ma a jarako ja: masi iridaja. Ine ji saba konakitía. Tamatika ma urakau

17.- Y se fue siguiendo la vereda del conejo.Camina, caminando, vio al conejo. Nada más verlo, lo atrapó. El conejo al verse atrapado le dijo:

-Tigre, si me comes en esta forma,te vas a atragantar. Yo tengo un venado de buen tamaño. Te lo voy a traer. Espérame aquí.


18.- Tobe konejo a ribu nokoae, labanae diana.  La bakore konejo jakanae. Ama sike tobe konejo urakaya. Wakae tane: ekida.

18.- El tigre creyó las palabras del conejo y lo soltó. Al instante, el konejo salió corriendo. El tigre se quedó esperando al conejo, espera que espera...pero nada.

19.- Tobe dibunae: - Ama sike nome konejo mikore najorote, lamo narukore minatanae diana.

19.- Entonces el tigre dijo entre dientes: -Ahora sí es verdad que, cuando vea al conejo, me lo como.

Salió tras él, pero le fue imposible encontrarlo. 

20.- Tiakuare tobe nojera urabaturuae konejo a obonona.

20.- Y así fue como el tigre estuvo a punto de morir de hambre por la astucia del conejo


martes, 24 de agosto de 2021

TÍA ZORRA Y LOS PECES

 

De Rafael Rivero Oramas

Un día muy de mañana, Tío Zorro andaba por el bosque y al pasar junto al río, vio una gran cantidad de peces nadando dentro de un pozo; entusiasmado se puso a pescar y eran tanto los peces, que en muy corto tiempo pescó tres hermosas guabinas.

Muy contento se fue a su casa y le dijo a su mujer:

-¡Tía Zorrita, mira que suerte he tenido hoy!

-¡Oh, que guabinas tan enormes! exclamó, relamiéndose de gusto.

-Si, son tan grandes, que bastará una sola para cada uno de nosotros. Por eso he pensado en invitar a Tío Tigre a almorzar.

-Como tú digas querido Tio Zorro. Freiré con mucho esmero las guabinas. ¡Quedarán muy ricas!. ¡Ve a invitar a Tío Tigre!

Tío Zorro se frotó las manos satisfecho y salió en busca del tigre, mientras tanto Tia Zorra se dispuso a preparar los peces y cuando estuvieron bien fritos, era tan apetitoso el olor que despedían, que murmuró:

-Voy a probar la guabina que me toca, a ver si ha quedado bien de sal...un pedacito nada más.

Y dicho y hecho, comenzó a pellizcar el pescado, lo encontró tan sabroso, que se olvidó de lo que había dicho. En pocos segundos el plato quedó limpio: 

-¡Estaba delicioso! Es necesario que pruebe el de Tío Zorro, él es muy delicado y si su guabina no está bien frita, seguro que se molestará.

Se comió la colita tostada, luego una aletica, después la cabeza y cuando vino a fijarse, toda la guabina de Tío Zorro había desaparecido

-¡ Dios mío... me la he comido íntegra ! , pero el daño está hecho, ya no importa que me coma también la última. Y se la comió igualmente.  Al fin llegaron los dos, y el zorro preguntó: 

-¿Has preparado ya, las guabinas?

-¡Claro que sí, las tengo al fuego para que no se enfríen!

-¡Sírvelas pronto, que tenemos mucha hambre! ¿Verdad Tío Tigre?

-Indudablemente Tío Zorro, yo por lo menos, y con el olorcito a pescado frito que hay por aquí....mmmmmm

Voy a poner la mesa. Siéntese allí Tío Tigre...

-Gracias, Tía Zorra.

Tío Tigre se sentó y  Tía Zorra llamó aparte a su marido.

-Anda al patio y afila bien los cuchillos contra la piedra de afilar.

Después se acercó a Tío Tigre y le dijo: 

-Escuche Ud. mi marido está afilando un cuchillo, se ha vuelto loco y tiene la manía de querer comerse las orejas suyas; Tio Tigre ¡Huya!, antes de que él regrese, ¡Por favor!

Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr, momento que aprovechó Tía Zorra para gritar: 

¡¡Tío Zorro!! ¡¡Tío Zorro!! ¡¡Ven pronto!! ¡¡Tío Tigre se llevó todas las guabinas!!, a lo que Tío Zorro echó a correr detrás de Tío Tigre, con un cuchillo en cada mano, diciéndole: 

-¡Tío Tigre! ¡Tío Tigrito! ¡Dame siquiera una solita! 

Y Tío Tigre creyendo que el zorro le estaba pidiendo sus orejas, apretó el paso lleno de miedo y no paró hasta que estuvo bien seguro en su casa.

Moraleja:

Si no estamos seguros de las buenas intenciones ajenas, cuando nos sugieran algo, debemos evitar seguirlas.

Tomado de Cardenalito. Libro de Lengua y Literatura venezolano

 

viernes, 13 de agosto de 2021

BOLÍVAR, NEGRO I Y EL TIGRE

 

....Allí no concluye la historia, ambos personajes, es decir Negro I y Bolívar, se consiguen con un tigre y sus reacciones distan mucho del arrojo que pintan de los héroes, ya que son hombres y como tal reaccionan:

El Negro I comprendió que se trataba de un tigre, de esos que llamaban Pintamenudita, y le dice a Bolívar: 

-Excelencia, es un tigre.  

Bolívar todavía sereno, le pregunta al Negro I: -Negro, y ¿tú sabes rezar? . 

Él le contesta: -¡No!, ¿Por qué?. 

El Libertador dice: -No, por nada. Que reces, porque te vas a morir. 

De repente el Negro mira una palma y le pregunta a Bolívar: -General, ¿Ud., sabe monear palos?

 A lo que Bolívar contesta: ¡No! ¿Por qué?.


 A lo que el Negro replica: -No, por nada, que se va morir, excelencia. 

 El tigre estaba demasiado cerca y para desgracia  el pobre negro metió el pie en un hueco y cayó al suelo cuan largo era. Bolívar aprovechó la situación y siendo más liviano y tratando de salvar aunque fuera su vida , logró treparse  la palma.

 ¡Así sería el susto!

 El Negro ya resignado y golpeado por el contrasuelo, le dice al tigre: -¡Ta´bien, cómete a este pobre negro pues!, y el tigre responde, mirando gustoso la palma, relamiéndose el hocico, al ver a Bolívar que estaba guindando: 

-¡No chico!, yo no como chimó, a mi lo que me gusta es la carne ¡Guau!

 Esta obra teatral, nos permite apreciar otro ángulo  del encuentro, que aún cuando está tratado con marcado humorismo, no deja de reflejar  la diferenciación racial. 

sábado, 31 de julio de 2021

EL HOMBRE, EL TIGRE Y EL CHACAL.


Una vez al pasar un hombre por un pueblo, vio una gran jaula de bambú, donde se revolvía furioso un tigre, que habían atrapado los campesinos. El tigre con voz lastimera: ¡Hermano, déjame salir a beber un poco de agua! 

-Si te abro la puerta, hermano tigre, temo que quieras devorarme después, como lo has hecho con los rebaños.        -¿Cómo puedes creer semejante cosa? - ¿Me crees capaz de acción tan baja? -¡Anda por favor que muero de sed!. 

Sus palabras conmovieron al hombre. 

Por lo tanto le abrió la puerta de la jaula y el tigre al verse en libertad saltó sobre él para comérselo.   

Espera, espera, hermano tigre, dónde está lo que me habías prometido, lo que quieres hacer ahora no es noble ni justo!     -¡Eso no me importa!, voy a devorarte porque a mi sí que me parece justo y puesto en razón

Espera, vamos a consultar tres veces, a ver qué opinan los transeúntes que pasen por aquí.  El primero que pasó fue un búfalo a quien le explicó el hombre, si era justo que se lo comiera después de haberlo liberado de la jaula. El búfalo contestó tristemente: -Cuando yo era joven y fuerte, mi amo me hacía trabajar sin descanso, ahora que soy viejo y débil, me abandona para que me muera de hambre y de sed. Los hombres son muy ingratos, si el tigre se lo come haría una obra de justicia



El tigre saltó furioso sobre el hombre, que le dijo -¡Espera!, ¡Espera!, ahí viene otro transeúnte, era un águila que planeaba su vuelo a poca altura y el hombre la llamó: ¡Hermana águila!, ¡Hermana águila! te parece justo que el tigre me quiera comer después que lo liberé de un terrible encierro! A lo que el águila respondió: -Yo paso mi vida entre las nubes y no hago daño a los hombres, pero ellos me disparan flechas y matan a mis hijos en sus nidos; los hombres son una raza cruel, yo creo que si el tigre lo devora, hará bien

Con esa aseveración, el tigre se abalanzó hacia el hombre.  -¡Espera!, ¡Espera!, falta un transeúnte todavía, ahí viene un chacal; el hombre se dirige a él, angustiado:  -Hermano chacal, qué te parece?, es justo que el tigre quiera devorarme, cuando yo mismo lo he liberado de una jaula donde estaba encerrado?

-¿Cómo DICES?.. -¡Si tú crees que es justo que el tigre me quiera devorar después que lo he sacado de una jaula?

-¿De una JAULA?. ..¡SI! ¡SI!, ¡De una jaula!, ¡Yo mismo le abrí la puerta!, Ahora queremos saber tu opinión

Ah! ¡Ya! Quieres saber mi opinión, en ese caso tienes que contarme todo con claridad, pues yo soy un poco torpe y no entiendo bien las cosas. Vamos a ver de qué se trata.... 

Mira, iba yo por un camino y encontré a este tigre encerrado en una jaula, me llamó y ...! 

Ah! ¡No! Si empiezas una historia tan larga, no te entenderé una sola palabra, tienes que explicármelo mejor...¿A qué jaula te refieres?..¿A una jaula ordinaria

-Sí, a una jaula de bambú...

-Bueno, pero eso no basta, sería mejor que yo viera esa jaula y así comprendería bien lo que ha pasado.

Desanduvieron el camino que habían hecho y llegaron hasta donde estaba la jaula, -Ahora, quiero saber, dónde estabas tú hermano hombre

-Aquí mismo en el camino

-Y tú hermano tigre, dónde estabas?

-Yo?, ¡dentro de la jaula!, ya molesto y dispuesto a comerse a los dos.

¡Oh! Dispense señor tigre, soy torpe y no puedo darme exacta cuenta de todo esto. A ver permítame, cómo estaba Ud. en la jaula, en qué posición?

-Así, en este rincón y con la cabeza vuelta hacia allá.

Ah! si, si, ya empiezo a comprender, pero, por qué no salía de la jaula?

No ves que la puerta estaba cerrada! rugió el tigre

Ah! La puerta estaba cerrada, y cómo estaba cerrada?

Así! y cerró la puerta el hombre

Pero, no le veo cerradura, podría haber salido de la jaula!.

Tiene cerrojo!, dijo el hombre, corriendo el cerrojo.

Es que hay un cerrojo! Así si, ya decía yo, que debía haber un cerrojo, porque si no es fácil salirse de la jaula sin pedir ayuda -Dijo burlón  el chacal, viendo encerrado el tigre.

Dirigiéndose al hombre: -Ahora que la jaula está cerrada, le aconsejo amigo mío, que la deje como está, y usted señor tigre, ya puede estar tranquilo, que pasará algún tiempo sin que haya quien se atreva a devolverle la libertad.

Luego mirando al hombre, le hizo un gracioso saludo y se marchó camino adelante.......


miércoles, 21 de julio de 2021

EL ENGAÑO

En una oportunidad Tío Conejo estaba tejiendo un mapire, con fibra de mamures, cuando se presenta Tío Tigre: -¿Para qué es ese mapire? -Uh..ju¡Caramba tigre!, ¡Sigue por ahí tan campante!        -Adiós peroles, no ves la gran inundación que viene del río?.
-Y eso que tiene que ver, con el mapire que estás haciendo?
-Pues, cuando la creciente inunde todo, yo lo colgaré arriba para vivir en él.
-Pues, conejo, si eso es así, el primero que hagas debe ser para mí.
Estupendo tigre, primero tu mapire! y puso manos a la obra...
Tío Conejo... hace y hace...teje y teje. -¡Tigre acomódate dentro del mapire para ver cómo te queda!
El tigre se acomodó dentro del mapire, pero aún le quedaba corto, Tío Conejo siguió teje que teje, y le dijo de nuevo: -¡Tío Tigre métete en el mapire para ver si te queda bien. -¡Por supuesto!. Se metió Tío Tigre en el mapire y vio que le quedaba exacto.  Entonces Tío Conejo se levantó y fue a buscar más fibra de mamures, trajo bastante y siguió teje que teje hasta quedar bien tupido el mapire; con esta vista, la cesta tejida y con el tigre dentro, Tío Conejo le dice al prisionero: -Tío Tigre, ¿Dónde quieres que te cuelgue? -Bueno, ¡cuélgame por ahí!. 
Sin pérdida de tiempo, el conejo agarró el mapire y lo colgó bien arriba de un árbol, diciéndole: -¡Tío Tigre, vuelvo enseguida, sabes que tengo que hacer el mapire para meterme yo!, y se marchó... transcurrió el día y no regresó...pasaron dos días y no regresó. El tigre se estaba muriendo de hambre y con las costillas pegadas, pero pasó por ahí una bandada de aves y el tigre dijo a uno de los guacamayos: ¡Ábreme la puerta del mapire! -¡No! ¡Tú me vas a comer! -¡No, yo no te comeré! pero...siguió de largo.
Un mono araguato que venía en grupo pasó por ahí y contemplando la situación por la que estaba pasando el tigre, él se acercó pausadamente y: -¡Mono, ábreme la puerta del mapire!       -¡Caramba, Tío Tigre tú me quieres comer!-¡No, yo no te comeré!  -¿De verdad, de verdad, tú no me vas a comer? -¡De verdad, de verdad yo no te comeré! _¡Si eso es así, yo abriré la boca de tu mapire!  Y tal como lo dijo, poco a poco lo fue destejiendo, cuando quedaba nada mas que uno de los amarres de la cabuyera, el tigre sacó su zarpa y agarró al mono, cayendo los dos al suelo: -¡Ayayay! ¡Tío Tigre, si me comes ahorita no te hartarás, lánzame para arriba y abre la bocota, para que te caiga directamente en el gañote y quedarás satisfecho cuando me engullas!. Tío Tigre lo lanzó y el mono agarrándose con sus patas y rabo desapareció de aquellas fauces abiertas que lo esperaba. El tigre, en el suelo, sin fuerzas, con hambre, adolorido, pensó entonces: ¡Voy a buscar al mentiroso! y siguió sus huellas -¡Cuando lo encuentre me lo comeré!. Apenas lo vio, se le acercó sigilosamente y lo atrapó con sus garras. Reaccionando, el conejo le propuso: ¡Espera, si me comes quedarás con hambre, yo tengo un venado muy grande, te lo traeré, espérame aquí!. El tigre creyó otra vez en el conejo y lo dejó en libertad; al dejarlo pegó una buena carrera ¡júuuuuuyelo, paticas pa´qué te tengo!. Tío Tigre esperó pacientemente la vuelta del conejo, y como no volvía, lo fue a buscar refunfuñando:
¡Ahora sí me voy a comer al conejo!, ( cuando llegue a donde está)
¡Ahora sí me voy a comer al  conejo!
¡Es Ahora, o Nunca!
¡Ahora sí!, esta es la oportunidad
¡Ahora sí será!

Como moraleja: Los tigres son ingenuos y creídos....
Como refrán: Más vale maña que fuerza.....
 

martes, 8 de junio de 2021

HOJARASQUERITO DEL MONTE

Este cuento es de Francisco Tamayo, sobre las aventuras de Tío Tigre y Tío Conejo,. 

Tío Tigre estaba furioso con las repetidas burlas de que lo hacía objeto Tío Conejo y, por eso, se puso a pensar sobre el modo en cómo podría desquitarse. Aquello no era ya un problema alimenticio, puesto que el día anterior, Tío Tigre se había regalado ampliamente con las tiernas carnes de una novilla; era algo más serio, era su honor de Tío Tigre que estaba comprometido con los chascos hirientes de Tío Conejo. Tío Tigre pensaba reclinado en una piedra y apoyando su hermosa cabeza jaspeada en una pata delantera. Así estuvo mucho tiempo, no se sabe cuánto, pero con ello, se le ocurrió un ardid: se apostaría en la orilla del pozo donde Tío Conejo acostumbraba tomar agua y cuando éste llegara ¡zuas!, le saltaría encima y ya no le quedaría pataleo al taimado animalejo.

Con este madurado plan, se fue a la orilla del río a esperar, el cual venía tranquilamente cuando olió un vapor penetrante y desagradable. Se paró en seco, estiró su naricita para todos lados; el olor venía del bebedero y ese era nada más y nada menos que su temido enemigo, _bueno, volveré después, a lo mejor está en lo mismo que yo, buscando agua. En la tarde volvió cauteloso, pero el olor estaba allí. _¿Qué le pasará a Tío Tigre?, entonces se iluminó, como siempre, su mente y saltó: ¡Eso es una trampa! ¿Ya me las arreglaré para burlarme una vez más!, pero, la sed le tenía la boca seca y la sangre le aguijoneaba las sienes, cuando en eso sintió un rumor en la copa de los árboles, pues era una gran matajea, guindando de una rama; estas son colmenas rústicas con miel muy rica, ¡Cónfiro! pensó:

 _Con la sed que yo tengo, no puedo comer dulce, ¡Ah!, pero puedo hacer otra cosa; encendió un poco de basura y las abejas se alejaron, luego tiró una piedra a la matajea y cayó al suelo, la abrió, se revolcó en el espeso licor y entonces se acostó cuidadosamente sobre las hojas secas, que quedaron adheridas a su cuerpo desfigurándolo completamente, convirtiéndolo así en el hojarasquerito del monte, 


disfraz con el cual se aventuró a ir al pozo, carcajeándose por el camino. Allí vió al tigre agazapado en su inútil espera y sin titubear, comenzó a beber: lapi lapi, lapi....

_Hojarasquerito del monte ¿desde cuándo no tomas agua?

lapi, lapi, lapi.....

Hojarasquerito del monte ¿desde cuándo no tomas agua?

lapi, lapi, lapi.....

Hojarasquerito del monte ¿desde cuándo no tomas agua?

lapi, lapi, lapi....

Por último, Tío Conejo, recordando y sonriendo por la aventura anterior y ya harto de agua, le respondió a tiempo que sacudía la hojarasca y emprendía veloz carrera: _Desde la vez que te eché tierra en los ojos, en la cueva de Tío Zamuro, 

                               a ja ja ja ja ja ja ja ja ja