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domingo, 5 de septiembre de 2021

EL PESCADOR Y EL GENIO

 

Un pobre pescador echaba inutilmente sus redes en el agua: ¡Dios Todopoderoso!, invocó ¡Que al menos pueda llevar un pez a casa! De pronto la red se hizo tan pesada que sólo con gran esfuerzo y apuro pudo  arrastrarla a la orilla.  Pero para su sorpresa en la red sólo encontró una botella sellada y pesada; impacientemente abrió la botella y de pronto frente a sí se elevó una nube oscura de humo que se convirtió en enorme genio.

 

Al pescador  se le heló la sangre en las venas cuando oyó: -¡Mi Salvador!, hace dos mil años el rey Andrés me encarceló en esta botella , escucha ahora una alegre nueva: ¡Ahora mismo te desapareceré, escoge tú, de qué modo deseas hacerlo! 

-¿Es ese el agradecimiento por mi buena obra?, preguntó el pescador, empezando a rogar por su vida, pero el genio no se ablandaba.

-En el fondo de mi corazón, prometí al comienzo, todos los tesoros del mundo para mi libertador, pero con el tiempo mi ira ha ido creciendo y he jurado desaparecer al primero que me libere.

Cuando el pescador se dio cuenta de que no podía cambiar el parecer del genio, se tragó el miedo meditando una treta.

-Muy bien, si ese es tu deseo, ¡mátame!, pero júrame que dices la verdad: ¿Estabas realmente en el interior de esa botella?

-¡Si no lo veo con mis propios ojos, no te creeré!

Entonces el genio, se convirtió nuevamente en una nube de humo, desapareciendo rápidamente dentro de la botella.

Como un relámpago, el pescador cerró nuevamente la botella y dijo: -Ahora te toca a tí escoger cómo deseas morir. Te echaré al fondo del mar y después aquí en la orilla construiré una casa y vigilaré día y noche para que nadie más te saque del agua. 

Y así el genio durmió para siempre, por supuesto, mientras el pescador vivió porque las mentes malas nunca duermen hasta lograr sus objetivos; esta es una de las razones por las que debemos estar pendientes de lo que vamos a hacer si nos topamos con mentes malas rodeándonos, acechándonos para destruir nuestra vida.


Y lo mejor es rodearnos de energía positiva.....¡¡¡¡ 

viernes, 13 de agosto de 2021

BOLÍVAR, NEGRO I Y EL TIGRE

 

....Allí no concluye la historia, ambos personajes, es decir Negro I y Bolívar, se consiguen con un tigre y sus reacciones distan mucho del arrojo que pintan de los héroes, ya que son hombres y como tal reaccionan:

El Negro I comprendió que se trataba de un tigre, de esos que llamaban Pintamenudita, y le dice a Bolívar: 

-Excelencia, es un tigre.  

Bolívar todavía sereno, le pregunta al Negro I: -Negro, y ¿tú sabes rezar? . 

Él le contesta: -¡No!, ¿Por qué?. 

El Libertador dice: -No, por nada. Que reces, porque te vas a morir. 

De repente el Negro mira una palma y le pregunta a Bolívar: -General, ¿Ud., sabe monear palos?

 A lo que Bolívar contesta: ¡No! ¿Por qué?.


 A lo que el Negro replica: -No, por nada, que se va morir, excelencia. 

 El tigre estaba demasiado cerca y para desgracia  el pobre negro metió el pie en un hueco y cayó al suelo cuan largo era. Bolívar aprovechó la situación y siendo más liviano y tratando de salvar aunque fuera su vida , logró treparse  la palma.

 ¡Así sería el susto!

 El Negro ya resignado y golpeado por el contrasuelo, le dice al tigre: -¡Ta´bien, cómete a este pobre negro pues!, y el tigre responde, mirando gustoso la palma, relamiéndose el hocico, al ver a Bolívar que estaba guindando: 

-¡No chico!, yo no como chimó, a mi lo que me gusta es la carne ¡Guau!

 Esta obra teatral, nos permite apreciar otro ángulo  del encuentro, que aún cuando está tratado con marcado humorismo, no deja de reflejar  la diferenciación racial. 

jueves, 28 de enero de 2021

EL LATIGAZO

Un día iba en mi carrito a entregar en Los Teques una proposición de becas de la comunidad  Mercedes Rasco, de regreso tuve un accidente de tránsito, y la única persona, aparentemente que quedó completa fuí yo, y la hija mía de cinco años quedó con sendos vidrios uno en cada ojo, los cuales se sacó ella misma: en la actualidad no hay problemas extras en su visión. En ese día sufrí el síndrome del latigazo, que consiste en la flexión y extensión brusca y excesiva del cuello. Recuerdo que llegué al hospital de Coche, conversando sobre lo acontecido con el chofer que nos llevó, porque la ambulancia se había  accidentado; como bien me dijo el chofer:_Señora yo la llevo a Ud., porque Ud. está conversando, Ud., está consciente, está despierta.

Así llegamos al hospital y una enfermera me salió al encuentro, abrazándome me preguntó, qué me había pasado. Entramos, no había cama disponible, me acostaron, no sé dónde, desde allí contemplaba a mi hija y ví que se la llevó una enfermera frente a mí. Le dieron pollo y comió y comió, serían los nervios, estaba muerta de hambre, mientras, yo estaba en mi camilla, me dormía, me despertaba y preguntaba por ella, siempre pensando que me la podían robar; enfermera que pasaba me decía dónde estaba y lo que estaba haciendo: _No te preocupes, que está bien, está comiendo y tiene mucha hambre. _ Ok. Gracias. Yo me puse como el cuento del zancudo que lo encierran en el congelador y repetía: No me voy a congelar, no me voy a congelar, no me voy a congelar; así estaba yo: No me voy a morir, no me voy a morir, no me voy a morir y así era como me mantenía activa y pendiente de mi hija en manos extrañas.

Bueno al cabo de un rato ya estaba acompañada de familiares y amigos, y despierta. Sé que me pusieron una especie de collarín, hecho de  varios metros de gasa  con que me enrollaron  el cuello; pero yo nunca dejaré de ser quien soy, le dije a mi hermano: _Vamos para el baño, quítame esto que me está asfixiando, caminando con mis tacones Luis XV, nos fuimos al baño y empecé a dar vueltas para que él desenrollara mi cuello. (Sé, que fue una ignorancia total, no sabía lo que hacía). Luego de desenrollar aquellos metros de gasa, puse mi puño en el cuello y él empezó a enrollar otra vez; cuando terminó, subí y bajé la cabeza, suspirando dije: _ Así está bien, muy bien, puedo subir y bajar la cabeza.

Acto seguido me sacaron para mi casa. Me fuí con mi ignorancia a cuestas. La cabeza estaba sobre el cuello, como cuando uno le pone la cabeza a un muñeco roto de  cerámica, mal puesta. Así pasé una semana hasta que una prima (Migue) me consiguió una cita con un traumatólogo, y el medico al verme me dijo que me iba a hospitalizar, porque tenía el cuello roto, estaban  comprometidas las vértebras desde la 4 hasta la 7 inclusive, la médula estaba doblada como al doblar un dedo, lo sentí mucho porque nunca he sentido afecto por hospitales,  medicina, médicos, le tengo miedo. Me fuí al hospital Pérez Carreño de Caracas, me acostaron en una cama de hospital y mandé que me subieran el torso, llegó la enfermera y la bajó para ponerme recta, se fue la enfermera y mandé que la subieran para quedar sentada, llegó otra enfermera y la bajó: Una eterna lucha. Llegó el médico y me llevaron a una habitación donde un trepanador de huesos me abrió sendos huecos en cada sien, por donde metieron unos tornillos y empezaron con algún kilo de hierro para que con el peso se fuera estirando el cuello, hasta que el día 25, llevaba la cuenta, día tras día; el cuello me traqueó, me agarré las manos y se lo dije al médico de guardia. Me felicitó  y me dijo que ahora tendría que ponerme una "minerva". Empecé a ubicar en las salas a ver quién tenía puesta una minerva, para conocer qué era eso. Se me presentó un hombre con una minerva y enseguida dije: _ Yo no me voy a poner eso, será para  que me muera con la tensión.

A la mañana siguiente me llevaron a la sala de yeso, le pregunté qué iban a hacer, que yo no me iba a poner una minerva, que debía haber algún aparato que no fuera de la edad media  y que surtiera el mismo efecto, (pero eso era aterrorizada, imagínense como gritaría), me llevaron otra vez a mi sala, me dieron un récipe para comprar un tal Corset de Taylor, que no se consiguió y Jazmín me compró otro, que me sostenía la quijada y la cabeza atrás, llegaba hasta la cintura, para usarlo durante seis meses, después usaría por tres meses más un collarín. Al día siguiente de usar el corset, me levanté bien temprano, me puse a caminar por los pasillos agarrándome de las paredes, me devolvía, llegaba hasta la habitación y continuaba mi paseo por otro lado, hasta las 8 am que hacía revisión el médico encargado, yo estaba recién acostada, el médico llegó con dos enfermeras y me dijo: _ Hoy te vamos a levantar de la cama; agárrenla, que no se caiga, puede tener debilidad en las piernas, o sentir mareo, cualquier cosa que sientas me lo dices para suspender de ipsofacto la levantada. 

Primero me sentaron: _¿Cómo te sientes? -Bien; ahora lentamente te vas a ir levantando: ¿Cómo te sientes? -Bien. Baja el escalón: ¿Cómo estás? _Bien 

Te puedes quedar sentada en la cama agarrándote de los barrotes, eso hice y mañana te llevaremos a caminar ?? Nunca se enteraron estos seres humanitarios lo que yo había hecho....

Cuando salí de ese tratamiento de belleza, quedé derechita, parecía una miss, recibía muchos piropos por eso y por lo tanto explicaba cómo había sido el tratamiento. Desde aqui, en mi escritorio, escribiendo, debo seguir agradeciendo y enviando bendiciones, muchas bendiciones a todos los que colaboraron para que yo haya llegado a esta edad en estas buenas condiciones, desde familiares, enfermeras, médicos, mi comadre que en paz descanse. . Mi cervical nunca ha molestado, la cuido mucho; si sé que tengo un trabajo donde voy a mantener agachada la cabeza me pongo el collarín, duermo boca arriba y en una silla me siento recta.