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viernes, 8 de octubre de 2021

KARMA

 Un pescador, se levantó temprano, como todos los días, en la madrugada para salir en su faena diaria, que como vemos es la de llevar el sustento diario a la mesa de su comunidad;  tomó sus aperos de pesca, su comida que consistía en un pedazo de pan con hormigas, una botella con agua dulce, bien tapada con un corcho para que no se le botara como en otras oportunidades, un sombrero de paja, un tapado de tela impermeabilizada, para evitar mojarse mucho en el mar, además que sentía cierto malestar de gripe, y unos guantes gruesos. 

Llegó a su bote, se acomodó, junto con sus macundales y se echó a la mar; se fue al sitio donde acostumbraba pescar, mirando atentamente sus redes, a ver si ya los peces estaban cayendo, mientras él con su caña de pescar estaba acondicionándola con sus gusanitos por otro lado. Lanzó su caña de pescar con mucha asertividad, hacia un lugar específico en el horizonte azul y en minutos, quizás segundos, sintió que un pez halaba sus manos; trajo hacia sí al pez y lo alabó: 

¡Que bello ejemplar!, 

¡hermoso!,

¡te vas a ver delicioso cuando te cocine!

¡Que rico vas a saber después que te aliñe! Y lo lanzó en el bote.

Cual sería su sorpresa cuando entre gemidos, el pez empezó:

 ¡Por favor, sálvame!, ¡Por favor sálvame!, 

¡Me ahogo!, ¡Me ahogo! 

¡Agggggggg! 

¡Ayúdame! 

El pescador inconmovible, se dedicó a mirar las redes que había lanzado, sin ocuparse del pobre pez que se retorcía en medio del bote asfixiado por el aire, suplicando por su existencia.

Pasó el tiempo y el mar empezó a revolverse, las olas estaban tomando una altura de una manera imprevisible, el pescador estaba asombrado de lo que estaba sucediendo, cuando de repente una gran ola embistió con tal fuerza el bote que se volteó lanzando todo su contenido a las aguas, es decir al pescador, sus aperos, su comida, bebida y el suplicante y asfixiado pez; el bote quedó boca  abajo y el pescador no hallaba la forma de salir, por lo que sin pensarlo mucho, se dirigió al pez y le suplicó: 

¡Ayúdame pez! 

¡Ayúdame que no hallo la forma de quitarme el bote de encima! 

¡Por favor!,

¡Me ahogo! ¡Me ahogo! ¡ ¡ ¡

A lo que el pez contestó: 

¡Ahh! te das cuenta, que no puedes hacerle a otro lo que no te gustaría que te hagan a ti.

Si el pez actuó sin venganza, no lo sabremos y lo ayudó a voltear el bote.

Si el pez actuó vengándose del pescador y lo dejó debajo del bote para que se ahogara, tampoco l

Autor: desconocido

Lo que si estamos seguros es de que vivo o muerto, la lección aprendida es: 

"No abusar de la fuerza y poder, respetar la humanidad del otro, que es tan grande como la propia, porque viene de la misma fuente"

"No sabremos cómo llamarlo, si karma o búmeran, pero la bondad se devuelve al igual que el mal"

"Y todos somos participantes o compradores de esa rifa"

"Debemos recordar siempre, que todo lo que sube, baja y en el piso arriba de piedras, porque no se ha alisado el terreno, la caída es más dolorosa"


 

domingo, 5 de septiembre de 2021

EL PESCADOR Y EL GENIO

 

Un pobre pescador echaba inutilmente sus redes en el agua: ¡Dios Todopoderoso!, invocó ¡Que al menos pueda llevar un pez a casa! De pronto la red se hizo tan pesada que sólo con gran esfuerzo y apuro pudo  arrastrarla a la orilla.  Pero para su sorpresa en la red sólo encontró una botella sellada y pesada; impacientemente abrió la botella y de pronto frente a sí se elevó una nube oscura de humo que se convirtió en enorme genio.

 

Al pescador  se le heló la sangre en las venas cuando oyó: -¡Mi Salvador!, hace dos mil años el rey Andrés me encarceló en esta botella , escucha ahora una alegre nueva: ¡Ahora mismo te desapareceré, escoge tú, de qué modo deseas hacerlo! 

-¿Es ese el agradecimiento por mi buena obra?, preguntó el pescador, empezando a rogar por su vida, pero el genio no se ablandaba.

-En el fondo de mi corazón, prometí al comienzo, todos los tesoros del mundo para mi libertador, pero con el tiempo mi ira ha ido creciendo y he jurado desaparecer al primero que me libere.

Cuando el pescador se dio cuenta de que no podía cambiar el parecer del genio, se tragó el miedo meditando una treta.

-Muy bien, si ese es tu deseo, ¡mátame!, pero júrame que dices la verdad: ¿Estabas realmente en el interior de esa botella?

-¡Si no lo veo con mis propios ojos, no te creeré!

Entonces el genio, se convirtió nuevamente en una nube de humo, desapareciendo rápidamente dentro de la botella.

Como un relámpago, el pescador cerró nuevamente la botella y dijo: -Ahora te toca a tí escoger cómo deseas morir. Te echaré al fondo del mar y después aquí en la orilla construiré una casa y vigilaré día y noche para que nadie más te saque del agua. 

Y así el genio durmió para siempre, por supuesto, mientras el pescador vivió porque las mentes malas nunca duermen hasta lograr sus objetivos; esta es una de las razones por las que debemos estar pendientes de lo que vamos a hacer si nos topamos con mentes malas rodeándonos, acechándonos para destruir nuestra vida.


Y lo mejor es rodearnos de energía positiva.....¡¡¡¡