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sábado, 11 de septiembre de 2021

EL AVERNO, Poesía


 El tiempo, 

transcurre

lentamente,  

con su eterno vagar 

de adolescente

y sus huellas

en mi carne 

se delatan

como fuerza de ríos

en pendiente.

¡No me digas nada!

lo supongo

tú también lo sientes

¡como yo!

miras hacia atrás

y sólo encuentras

¡vacío y soledad!

incomprensión.

Luchar 

por ideales

en caminos extraviados

refugiarme 

en nubes 

con grandes 

caudales de agua, 

regar plantas 

que ya están secas

y cobijar en el seno

un niño 

que ya está muerto.

Otear

con nostalgia

un horizonte lejano,

el brillo

de una amorosa mirada,

preñando así

mis angustias

con globos

dulce espejismo,

pero caer 

en abismos

de aguas limpias

azules

y creyendo 

que nadaba

en el verde

de mi esperanza

resultó ser

que mis ojos

enceguecidos ya

del invierno

no se percataron que

lo que tenía 

alrededor de mi cuerpo

era el  naranja oscuro,

espectral,

 del 

hipnotizante  

averno...



martes, 18 de mayo de 2021

ME RESULTABA MOLESTO...MUCHO

 


A los diez días de fallecer M. soñé con ella, estaba yo en la puerta de mi casa conversando con una persona, cuando observo que viene muy sonreída con un libro grande, como un álbum fotográfico de color blanco "primera comunión", nacarado y a ella la ví muy bien. 

En ese momento la persona que está hablando conmigo, voltea y la ve, y me dice: _¿Bueno y M. no ique se había..? (en ese preciso momento yo le hice señas de que hiciera silencio y no pronunciara la palabra "muerto"); ella al ver la situación se sonrió y me hizo señas de "cómo van a creer que yo estoy muerta", no dijo nada, no comentó, pero me hizo morisquetas con la cara y con la boca porque estaban creyendo eso. Me imagino que debe estar en juicio, porque se supone que en el álbum llevaba sus pruebas y alegatos. Porque allá arriba no hay abogado defensor, uno se defiende solo, a menos que el ángel de la guarda sea el que abogue por tí. Ni lo sabemos, ni lo sabremos. 

Fin del primer sketch.

En el segundo episodio, estaba en un espacio donde había que seguir hacia un camino y mi mamá estaba ahí indicándome por dónde debía ir o qué camino tomar; me llamaba a gritos, haciéndome señas con los brazos: ¡Hey! Por aquí o por allá, o párate, pero entonces la visualizo bien y estaba muy flaquita y con un vestido negro con punticos blancos, (que simboliza malestar, pena) entonces me dije a mi misma ¡No! ¡Eso no puede ser1 y con la misma y pensando que me podría llevar por algún camino errado, ya que su estampa no era la del éxito, ni la de confianza, le dije: ¡No! y me desperté.  

Fin del segundo sketch.

Yo se, que a algunas personas no les gusta mis vivencias con ese mundo, pero qué voy a hacer, eso está en mi mente y no puedo hacer más nada, lo he controlado mucho, muchísimo, porque antes en mi niñez y juventud no sabía lo que era disfrutar un día en la casa ajena por lo molesto que me resultaba el contacto con otros espíritus que desconocía. Pero ya estoy tranquila y sólo en sueños se comunican ahora; estoy tranquila y el miedo se me ha quitado, cuando con determinación les participé que no me molestaran porque yo no tenía ningún interés en ayudarlos.

viernes, 2 de abril de 2021

PREMONICIÓN

 Yo conocí a Yolanda, cuando las dos cursábamos tercer grado, yo de 9 y ella de 8 años, en la escuela de las Hermanas Adoratrices, las dos vivíamos en El Guarataro de la parroquia San Juan, allí había una cárcel nombrada cárcel del Obispo, digo yo si sería una cárcel inventada por algún cura para sofocar a los sanjuaneros. Mi familia fue a parar allá cuando salimos de los bloques de Artigas, se pagaban ciento cincuenta bolívares y era imposible cancelarlos mensualmente. Tenía tres habitaciones: una para mi tío con su muchachera, otra para mi mamá y sus dos hijos y otra para mi tío Luis. Mi mamá le pidió a mi padrino un espacio y le dijo que sí, no recuerdo esa mudanza, pero sé que ahí estuvimos por un tiempo.

Yolanda y yo fuimos muy buenas amigas, tanto que yo fuí madrina de su hija y ella madrina de la mía, desde el tercer grado que estudiamos juntas, hasta que decidió su esposo llevársela para España y que muriera ahí, quizás de covid, no lo sé. Bueno, lo cierto fue que estudiamos tercero, cuarto, quinto, sexto, educación media, ella abogacía y yo maestra. Esta familia me hizo conocer la Metafísica, obsequiándome libros para leer. 

Un día de los tantos que pasaron, soñé que su papá se había muerto y nosotras estábamos peleando por una falda negra de tachones que usábamos las dos, por supuesto era ella la dueña, porque yo carecía de muchas cosas; ese día me levante de la cama, recordé el sueño y me vestí y fuí directo hasta su casa, a contárselo tanto a ella como a su papá, había la suficiente confianza como para hacerlo; él se sonrió y me habló así: -Mira caraj... falta mucho tiempo para que tú te bebas mi chocolate, mi café y te comas mis galleticas, oíste?, jaja, 

A la semana siguiente, que llegué a la casa de mi amiga, ella me avisa que su papá había muerto, me senté a pasar ese susto, al recordar el sueño premonitorio que había tenido la semana anterior. y puedo aseverar que si hay avisos en los sueños.