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martes, 18 de mayo de 2021

ME RESULTABA MOLESTO...MUCHO

 


A los diez días de fallecer M. soñé con ella, estaba yo en la puerta de mi casa conversando con una persona, cuando observo que viene muy sonreída con un libro grande, como un álbum fotográfico de color blanco "primera comunión", nacarado y a ella la ví muy bien. 

En ese momento la persona que está hablando conmigo, voltea y la ve, y me dice: _¿Bueno y M. no ique se había..? (en ese preciso momento yo le hice señas de que hiciera silencio y no pronunciara la palabra "muerto"); ella al ver la situación se sonrió y me hizo señas de "cómo van a creer que yo estoy muerta", no dijo nada, no comentó, pero me hizo morisquetas con la cara y con la boca porque estaban creyendo eso. Me imagino que debe estar en juicio, porque se supone que en el álbum llevaba sus pruebas y alegatos. Porque allá arriba no hay abogado defensor, uno se defiende solo, a menos que el ángel de la guarda sea el que abogue por tí. Ni lo sabemos, ni lo sabremos. 

Fin del primer sketch.

En el segundo episodio, estaba en un espacio donde había que seguir hacia un camino y mi mamá estaba ahí indicándome por dónde debía ir o qué camino tomar; me llamaba a gritos, haciéndome señas con los brazos: ¡Hey! Por aquí o por allá, o párate, pero entonces la visualizo bien y estaba muy flaquita y con un vestido negro con punticos blancos, (que simboliza malestar, pena) entonces me dije a mi misma ¡No! ¡Eso no puede ser1 y con la misma y pensando que me podría llevar por algún camino errado, ya que su estampa no era la del éxito, ni la de confianza, le dije: ¡No! y me desperté.  

Fin del segundo sketch.

Yo se, que a algunas personas no les gusta mis vivencias con ese mundo, pero qué voy a hacer, eso está en mi mente y no puedo hacer más nada, lo he controlado mucho, muchísimo, porque antes en mi niñez y juventud no sabía lo que era disfrutar un día en la casa ajena por lo molesto que me resultaba el contacto con otros espíritus que desconocía. Pero ya estoy tranquila y sólo en sueños se comunican ahora; estoy tranquila y el miedo se me ha quitado, cuando con determinación les participé que no me molestaran porque yo no tenía ningún interés en ayudarlos.

lunes, 5 de abril de 2021

¡HORROR! ¿TÚ LA CORREGISTE?

 Ese día mi mamá había salido, al hospital como siempre, cuando se fue me dijo que cuando llegara le enseñara la tarea que iba a hacer en la escuela; me fuí para la escuela, trabajé como nunca en el salón, no molesté a nadie, obedecí a la monjita que me atendía, y me vine para mi casa; la esperé impaciente porque estaba satisfecha con mi tarea, luego que llegó, me pidió el cuaderno para revisarla, le entregué fue el cuaderno de matemáticas porque me sentía muy  orgullosa de haber atinado las seis u ocho cuentas de sumar que me había puesto la maestra, en ese momento estaba yo  en segundo grado de la Escuela Cristo Rey, ubicada en la Cañada de la Iglesia que queda en los Flores de Catia; la maestra realizó las cuentas en la pizarra y creo que desde siempre las maestras usan esa técnica para no estar ellas corrigiendo cuadernos; hicimos las cuentas, las resolvimos y  las corregimos en la pizarra, cada vez que atinaba una cuenta yo le ponía una B mayúscula grandotota, para emular la felicidad que sentía por lo bien que me había salido  la cuenta; 

Cuando mi mamá vio el cuaderno con las cuentas corregidas por mi, me preguntó que qué  era eso, que por qué estaba mi letra en las cuentas y con una b tan grande, yo le expliqué cómo era la técnica usada por la maestra, que ella las resolvía y si teníamos bien la cuenta, teníamos el permiso para evaluarla, a mi mamá le pareció horrible eso y me dijo ¡Mentirosa!, después de múltiples explicaciones aún así no me creyó y me sentí tan avergonzada y humillada con esa situación, que  me juré ese día que nunca nunca diría una mentira. 

Esa palabra se me clavó en el corazón y fue muy difícil arrancármela.

Con esto podemos darnos cuenta, que los niños son como un cristal que cualquier soplo los empaña.


jueves, 1 de abril de 2021

EL ALUMNO Y EL CONDÓN

 Era un primer grado, todos chiquitos de cinco o seis años hasta siete, estoy leyendo en la pizarra: "amo a mi mamá, mi mamá me ama.....", cuando oigo en la parte de atrás del salón a una alumnita haciendo bombas: bbrrr bbrrr, no ví qué era, y mando a la pasante a que averiguara qué era lo que estaba pasando, mientras yo sigo trabajando con los demás alumnos. De repente no era una niña, sino otra y otra, tres niñas haciendo bombas, la pasante, me dijo calladito que estaban soplando unos preservativos; me quedé de una sola pieza porque pensaba en la forma de quitárselos sin que se ofendieran o lloraran y que los demás alumnos no se dieran cuenta, muy tonta yo, por supuesto que ya sabían lo que pasaba, pero no volteaban para nada.

Así que le dije a la pasante que se los llevara al recreo sin ser la hora, que los paseara por el patio y los regresara, además le fui indicando las filas que tenían  que salir primero, hasta que me quedé con las niñas que estaban alborotando el salón; les pedí que me lo entregaran de una vez, muy obedientes, sin chistar, se levantaron y me los entregaron; la pasante ya venía con los otros niños, entraron, se sentaron y continuamos con la lectura, una de las niñas se levantó de su pupitre, tomó el preservativo de la basura y empezó otra vez a tratar de inflarlo, con los consiguientes  reclamos de mi parte y de la pasante quien se unió  para quitarle a la niña su juguete. 

Pasó el día ya habíamos solucionado el problemita distractor, llegó el día siguiente y cuando estamos en plena actividad empieza el bbrrr  bbrrr, otra vez, pero se los quité y los guardé para cuando la madre regresara al medio día, así poder entregárselos.

Estuve de guardia, no me distraje en lo más mínimo, esperando que llegara la señora y le dije: _Tome ésto lo trajo su hija ayer y hoy.



_¡Ay, maestra, que pena, es que esos muchachos me revisan todo!

Y se fue corriendito......



sábado, 20 de marzo de 2021

MI NOVATADA Y EL SOCIOGRAMA



 Había llegado nueva a dirigir una escuela de educación inicial, y me pareció lógico aplicar un sociograma porque a mi me lo había aplicado el profesor de sociología en mis estudios como maestra, pues quería saber qué calidad de amistad o compañerismo existía en la escuela, ya que sentía algo de tensión, además necesitaba saber cómo hacer los engranajes para el trabajo que se avecinaba.

Apliqué mi sociograma y supe quién quería trabajar con quien; la escuela estaba dividida en dos partes, una donde estaba la dirección del plantel y la otra en otro lado cerca de este local, sólo había que bajar unas escaleras.

Las muchachas que querían estar juntas, quedaron juntas y dos muchachas que no aparecieron en ningún grupo, quedaron fuera para trabajar en la sección después de las escaleras, donde tenían más espacio, porque era un salón abierto, espacioso, sin problemas para mí que era la que iba a estar en el centro de la reunión. Pero pasó lo inimaginable, se me presenta en la tarde a mi casa la madre de una de las chicas que por cierto ya estaba casada y con fruto, a reclamarme el por qué yo había mandado a su hija a la parte de abajo, con unos ademanes y vocabulario que fueron muy desagradables; le expliqué lo del sociograma,  lo que significaba y que yo sencillamente estaba ejecutando lo que el 99% de la comunidad quería. La señora no aceptó mis explicaciones, se marchó muy contrariada, pero la chica, a diario insistía en un lenguaje de amenazas a las compañeras, con venganzas mágicas y demás tonterías.

Así pasó el poco tiempo, un año, muy incómodo en convivencia, hasta que decidí renunciar a un cargo que no me importaba en absoluto, porque yo lo que soy es maestra, no dirigente de adultos, me fuí a Los Teques, Ministerio de Educación, departamento de Recursos Humanos y les expresé mi deseo de renunciar para irme a la escuela que me quedaba en el  frente de mi casa: me extendieron una hoja de color, escribí mi renuncia y el lugar a donde quería ir, me hicieron inmediatamente el traslado y llegué a la escuela Rosa Peña para el turno de la mañana, al día siguiente, sin pena ni gloria, en el año 1984, de donde salí jubilada en el año 1996. 27 años de servicio, para el Ministerio de Educación desde 1968, con un año privado que no me aceptó. 


                         El que se va no hace falta.

lunes, 10 de junio de 2019

MAMÁ...MAMÁ...MAMÁ.

                       
Mi mamá estaba hospitalizada en el Clínico Universitario de Caracas, tenía el hígado destrozado, creo que por amibas y eso se la llevó. 
Me tocó esa noche que me quedé, dormir en un mueble que estaba a los pies de su cama. Me acomodé, me arropé porque estaba haciendo mucho frío, y me dispuse a echar un sueñito, porque ella ya estaba arreglada para dormir, le estaban poniendo suero, el que tenía en ese instante era nuevo y todo estaba en orden para que yo pudiera descansar un rato.
Estaba muy cansada, en la mañana atendí la escuela y en la tarde me trasladé con mi volskwagen hacia Caracas, no sin dejar a buen resguardo a mi hija de cinco años que no podía estar conmigo en el hospital. Recibía ayuda de mi familia en Caracas que me servía para paliar de lo que carecía en el otro lado del mundo: Ocumare
Cuando llegué a la habitación, le pregunté cómo se sentía, me contestó que quería irse del hospital, bueno eso lo hablamos mañana cuando hablemos con el médico. Me dispuse a descansar un rato del vaivén de todo el día y me fuí a un mueble dispuesto para tal fin.
Era media noche y escucho a lo lejos a alguien gritando de dolor, se quejaba mucho, gritaba y gritaba sin parar, medio me despierto, me tapaba los oídos con mis manos, porque aquellos gritos horrorosos me producían escalofríos y me incomodó ese  sufrimiento que parecía que a nadie importunaba; traté de igual forma apaciguar mis nervios y tratar de dormir un rato, empiezo a cabecear hasta que me quedo escuchando y oigo cerquita de mi oído una dulce voz que me repite dos o tres veces: - "Ya no hay remedio", "Ya no hay remedio".
Con la misma pego un salto, me volteo a mirar a mi mamá pero la veo dormida, le sigo mirando la cara a ver si hay alguna señal de que está despierta y que haya sido ella quien dijo eso, pero no, sigue dormida, además estaba muy lejos para decirme algo en el oído. Me levanto del asiento a revisar la puerta, cerrada, las ventanas, cerradas, todo en orden, nadie ha entrado y salido para decirme ésto. Me voy otra vez al asiento, me vuelvo a acomodar y espero la mañana, pues ya estaba completamente despejada entre miles de preguntas, dudas y martilleos de mi cerebro.
Llega el médico de guardia a la mañana siguiente y me pregunta: "¿Qué piensas hacer?, si dejarla hospitalizada o trasladarla a la casa, le contesté: -Yo me la llevo, y así lo hice.
Después de esto, mi mamá permaneció con nosotros (mi hermano, mi hija y yo) un mes, y un fatídico once su alma se desprendió entre mis brazos, dejándome sólo un cuerpo exánime, mientras yo repetía inconscientemente  mamá..mamá..mamá.  
Nos volvimos a encontrar, cuando la visité en su palacio, y me encontré con una mujer radiante de belleza, juventud y salud.