jueves, 14 de octubre de 2021

BOVES Y SU TESORO


POR: ANTONIO PÉREZ ESCLARÍN

Nuestro querido escritor de historias, nos cuenta que José Tomás Boves fue  un feroz caudillo realista, que nació en Asturias, España; llegó a Venezuela a los 16  años y se dedicó primeramente al contrabando, motivo por el cual fue preso en Puerto Cabello, luego fue enviado a Calabozo, un pueblo inaccesible, rodeado de sabanas infinitas, para que terminara de pagar su condena; aquí montó una pulpería, que le brindó fortuna rápidamente y cuando los patriotas proclamaban la independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811, lo celebró y colaboró con la naciente república, entregando 50 caballos con sus monturas, lanceros y lanzas; pero los mantuanos desconfiaron de él y lo mandaron a apresar, motivo éste que provocó un cambio de actitud de Boves, cambiándose de bando y odiando a los patriotas hasta el maltrato cruel. En Valencia después de jurar delante del Santísimo Sacramento que cumpliría los términos de la capitulación, asesinó salvajemente a más de 300 soldados, 60 oficiales, numerosos civiles; igual hizo en Barcelona, en la Catedral de Cumaná. Este segmento fue eliminado en el blog, ya que fue tan cruel el desempeño de Boves, que hay que buscar el libro para ampliar la información.

Antes de la Batalla de Urica, decidió enterrar el tesoro que  había escamoteado en Cumaná, junto con seis soldados y un esclavo, a quienes hizo cavar un hueco al pie de un cerro, luego del hecho, el esclavo desapareció a los soldados y él hizo lo mismo con el esclavo, para que nadie pudiera revelar el lugar de su tesoro; con sus manos llenas del líquido vital, invocó al espíritu de los muertos, diciéndoles: "Ustedes guardarán mi tesoro hasta que yo regrese"; 

pero Boves nunca lo hizo, ya que una lanza del bravo Zaraza, en la llanura de Urica, se lo impidió (Estado Monagas).

Desde ese día, muchos han buscado en vano ese tesoro, pero si han visto el alma en pena de Boves, que en las noches cerradas, galopa sobre la llanura, sin descansar su espíritu por haber derramado la sangre de los fieles soldados y esclavo que lo acompañaron en esa empresa.


Los que han visto su espanto, cuentan que su caballo es tan negro como la noche, con ojos brillantes como carbones encendidos, el jinete viste el traje militar de los jefes realistas; cuentan que recorre velozmente todo el valle de Las Pacas, al sureste de San Antonio de Maturín, hasta llegar al pie del desfiladero, donde empieza la montaña, y allí el caballo se encabrita y luego la visión desaparece.

Cuentan los que cuentan, que el único modo de aquietar el espíritu de Boves y encontrar el tesoro, sería decapitando siete personas en el lugar donde lo enterró, pero afortunadamente, creemos, que nadie lo ha intentado y esperemos que nadie los haga.....


Libro: Leyendas y Tradiciones Venezolanas.
Por Antonio Pérez Esclarín  



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