No había pasado ni tres minutos cuando vienen corriendo mis alumnos del sexto grado, anunciándome que Rosa Peña había pasado por el centro de la escuela, que se había aparecido, mientras yo, me secaba la frente sudorosa por la carrera que había hecho.
¡¡Sí¡¡, les contesté, y cómo era? qué hizo,? qué les dijo?, dándome todo lujo de detalles y demostrándome que Rosa Peña existía como espíritu en la escuela, por lo que les pareció normal verla en otras oportunidades.
Como en aquella donde iban a cerrar la puerta principal, pero una de las obreras dijo que esperaran pues una señora había entrado a los baños, esperaron, como no salía ninguna persona, decidieron ir a buscarla... ¡¡sorpresa¡¡, el baño estaba sólo.. y se quedaron con la impresión de que Rosa Peña estaba dando vueltas por ahí....