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jueves, 28 de marzo de 2019

ENCUENTRO CON EL SILBÓN

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El Silbón es un hombre alto y flaco, en su hombro llevaba un saco lleno de huesos, le llamaron silbón precisamente porque silbaba, dicen que cuando se oye lejos es porque está cerca y viceversa, este espanto aparece en los llanos de Venezuela cuando los hombres vienen de fiestas, bebidos y alegres.

Un día común en los llanos de Guárico, un amigo de Alex lo invitó y aceptó ir con él a su casa para una celebración, en una reunión de amigos, que empezaba a las doce del mediodía y terminaba a las cuatro o cinco de la tarde, como tradición del pueblo, que después él entendería; pasaron la cinco de la tarde, ya no quedaba casi nadie, y se habían ido en bicicleta, por lo que él no tenía temor alguno porque estaba con su amigo Carlos, conocedor del pueblo.

Ya era como las once treinta de la noche, decidieron irse, montaron en sus bicicletas rumbo a casa, iniciado el camino empiezan a escuchar un silbido a lo lejos (es preciso recordar que si se oye lejos es porque está cerca). -¿Quién silba?, dice Alex y Carlos le responde.

-¡No no pana, no preguntes¡, ¡dale pedal y no voltees para atrás¡. 

Alex no entendía nada, para ese momento, pero empezó a impacientarse y el nerviosismo lo cubrió con sus garras y a lacerarlo con ellas. 

-No te preocupes pana, yo sé controlar ese bicho, si me haces caso, llegamos finos a la casa. Escucha, si silba cerca, tranquilo pana, porque está lejos, pero si silba lejos dale pedal, porque está cerquita y hay que correr. 

Siguen su camino...pero de repente, observan que un caucho se espicha. ¡¡poof¡¡ -Bueno pana, vamos a hacer ésto rapidito, súbete atrás en mi bicicleta, y nos vamos cambiando para descansar. 

Alex se sube rápidamente siguiendo camino, todo lo que les faltaba, y seguían escuchando a lo lejos el silbido de El Silbón... de la nada sienten pasos atrás de ellos.

-¡Alex, no mires hacia atrás!- Como la carretera era inclinada, sintieron que le dieron un golpe en la nuca, se cayeron de la bicicleta y salieron rodando carretera abajo...


Cuando lograron levantarse, Alex, avergonzado, lo único que supo fue que se levantó y salió corriendo despavorido, sin control, como si estuviera dentro de un túnel, y dejó a su amigo, también asustado, sudoroso, temblando y para ñapa, cargando él sólo con el peso de las dos bicicletas.¡¡¡¡