Como mi linda muñeca
tiene un poquito de tos
yo, que enseguida me aflijo
hice llamar al doctor
serio y callado
a la enferma
largo tiempo examinó
Ya poniéndole el termómetro
ya mirando su reloj.
La muñeca estaba pálida
yo temblaba de emoción
y al fin el médico dijo
bajando mucho la voz:
esa tos sólo se cura
con un caramelo o dos.
Autor: G e r m á n v e r d i a l e s
y yo le agregaria:
Mi muñeca pegó un brinco
y la tos se le quitó.
cuando saltó de alegría
cayó al piso en un descuido
y una mano se partió.
El doctor se devolvió
tomó la mano partida
con un golpe la pegó,
le amarró una venda suave
y serio me la entregó.
Me regañó duramente
que no la dejara sola
que la acostara en su cama
que le diera su tetero
¡ah!... y ningún dulce, ni dos.