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miércoles, 17 de febrero de 2021

LA VIRGEN DE COROMOTO


 Esta es una historia que se cuenta por tradición en Venezuela, referente al indígena Coromoto, que habló con una señora que se le apareció dándole el consejo de que se uniera a los blancos y que vivieran como hermanos, cuestión que precisamente los blancos no cumplieron, pero vamos al relato en sí. Cuando llegaron los conquistadores a América, el cacique Coromoto al frente de su pueblo los indios Cospes, buscaron refugio en las montañas, para que los invasores  no les quitaran su libertad.


Peero, donde hay agua hay candela; estando alejados de todo mundanal ruido en lo profundo del bosque, en el año 1652, el cacique y su mujer, vieron a través de sus ojos que se les acercaba una hermosa mujer, caminando sobre las aguas del río, y les indicó algo insólito, que esta pareja como no hallaba explicación alguna sobre lo que estaba sucediendo _¿Caminar sobre las aguas?, ¿hermosísima mujer en lo profundo de la selva?, ¿Le hablaba a ellos?, pues sí, _¡Vayan a unirse a los blancos! , ¡Vayan a bautizarse para convivir como hermanos!, ¡Después que mueran podrán ir al cielo!, hoy día no me parece sino un engaño, creo que usaron alguna imagen de película y le pusieron voz para que cayeran en la trampa y poder robarles sus riquezas; pero continuemos.


El cacique necesitaba de su libertad y sin más decidió, junto con los suyos, retornar a la selva, así que recostado en su chinchorro planificando cómo lo iban a hacer, qué camino iban a tomar, qué provisiones llevarían, quiénes se encargarían de ciertas actividades, y ahí apareció otra vez la bella señora, por supuesto para impedirle su fuga, estaba en toda la puerta del bohío, pero el cacique muy enojado decidió enfrentarla con estas palabras: _¿Hasta cuándo me vas a perseguir?, _¡Vete, aunque me digas lo que me digas, no te voy a hacer caso!, _¡Por tí dejé mis tierras y mi libertad y he venido aquí, tan sólo a pasar trabajo!.

La esposa del cacique, su hermana Isabel y un sobrino, contemplaban extasiados a la bella señora, y les pareció irrespetuoso que él le hablara así:_¡No le hables así esposo mío, no tengas tan mal corazón! 

El cacique, decidido a no hacer caso, tomó su arco y sus flechas y amenazó con atacarle si no lo dejaba tranquilo, pero la imagen entró al bohío y se fue acercando al cacique, a quien se le cayeron las armas porque estaba temblando y de pronto desapareció, aunque dejó en las manos del cacique una pequeña imagen que, desde ese día se conoce como la imagen de la Virgen de Coromoto, que se venera en la Basílica de Nuestra Señora de Coromoto en Guanare, y para yo no ser más atea, averiguaré en la historia para saber cómo era el adelanto cineasta de esa época.


Con lo de la imagen recordé a Sai Baba que materializaba de todo en el aire. 


Después de estos sucesos, el cacique emprendió junto con los suyos su vuelta a la montaña, pero en el camino fue mordido por una serpiente venenosa, y antes de morir fue bautizado por un barinés que pasaba por ahí.  Cuentan que José Antonio Páez y sus llaneros emprendían las batallas de independencia con el nombre de la Virgen de Coromoto en los labios.

Y aquí en Ocumare lo celebramos con el nombre de la Escolta de los Indios de la Virgen de Coromoto, donde los pobladores se visten al estilo para pagar promesa, hay angelitos, sale el cacique a caballo, con sus indios, se lleva en procesión a la virgen por todas las calles, y es celebrada una misa en la iglesia de Ocumare, hay comida en la calle, recuerdos del día y muchas otras actividades.

Muy folklórico todo y muy bonito. Cuando puedan venir a disfrutarlo, no se lo pierdan.

lunes, 18 de enero de 2021

EL MIEDO ES CREATIVO

 


Estaba ese día bajando muy lentamente por una avenida de Vista Alegre, saliendo ya de la visita en la calle F, que le hacía semanalmente a Grachy, a quien tenía interna en el colegio de las monjas, mismas con quienes yo estudié mi secretariado Comercial a la edad de doce años, durante tres años completos.


Pensaba en el fastidio que representaba que no había vehículo para bajar hasta la avenida principal de Vista Alegre, o hasta la Estación La Paz, tenía que hacer este trayecto a pie con el consiguiente cansancio, ya que trabajaba hasta el viernes, el sábado organizaba lo que llevaría el domingo y ese día también me levantaba temprano para despedirme de Mai y salir para Caracas, desde los Valles del Tuy, después de desayunar. 



Así que manos a la obra, iba bajando ese domingo, si mal no recuerdo, sería cuatro pm, domingo, un día claro y tranquilo, de pronto escucho detrás de mí a un muchacho que saluda a alguien invisible en una cancha vacía, lo saluda y le explica hacia a dónde va; enseguida me asusté y volteé hacia atrás, para ver de quién se trataba, pensé: ¡si piensa atracarme no me va alcanzar!, ¡no va pasar al lado mío!, le ví un mecate en las manos que lo oscilaba, enrollaba y desenrollaba, pensé ¡me puede ahorcar con ese mecate!, ¡me va ahorcar con ese mecate!,  ¡pues no se lo voy a permitir!.  Con estos pensamientos empecé a caminar, que digo caminar, volar, ¡tenía alas en los tacones!, y  él también casi corría detrás de mí;  de vez en cuando volteaba y le miraba una nueva herramienta de tortura, ¡un cuchillo de explorador!, ¡con eso me puede sacar el corazón!, ¡pero no me va sacar mi corazón!,  además  ¡si es que puede agarrarme!, adelanté a una mujer, a un hombre, crucé la avenida principal, bajé las escaleras  en mi alocada caminata hasta llegar a la autopista, la crucé y me dirigí hasta el metro de La Paz, cuando llegué ¡oh! sorpresa, veo al muchacho reunido con otros jóvenes armando una tienda para promocionar no sé qué cosa. ¡puf!, desmayo total:_¡Señora!, Ud. si camina rápido, tome lo que se le cayó en Vista Alegre.