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domingo, 10 de enero de 2021

PARECÍA UNA PITÓN¡¡¡¡¡

 


En una oportunidad, sembré en el frente de mi casa, en el jardín, una mata de parchita, que me producía unas hermosas frutas, y eran tantas y tan grandes que era imposible que las consumiéramos todas en la casa, así que preparaba bolsas y las colocaba en el frente para  que se las fueran llevando personas de la comunidad.

                jugo de parchita


                    cascos
mousse

               chicha de parchita
                   cascos

Peeero,un día, alguien me dice:_ Josefina, vas a tener que salir de esa mata de parchita. ¡NO! _¿Por qué?, me da hermosas parchitas, todos los días tomo su delicioso jugo, regalo muchas frutas a la comunidad, preparo otros manjares, esa mata no me perjudica en nada, la amo, es preciosa y cosecho muchos frutos.



Me contestó: _Porque ahi, encima de la enredadera, duerme una gran serpiente que debe tener como aproximadamente 50 o 60 cm de grueso, de ancho; cuando la ví, esta mañana, me dio casi un infarto, me pegué de la pared y dejé que siguiera su camino.

_Y para dónde agarró?

_La serpiente se metió en la alcantarilla de la escuela Rosa Peña.

_Que horrible, ya la voy a quitar, con todo el dolor de mi alma.

Entré a la casa, busqué una tijeras de jardinería, un machete y empecé hasta concluir esta dolorosa misión, eliminar por siempre a una hermosa mata de parchita, que sólo me había dado frutos, hermosos frutos, mucha felicidad, y que por ese indefinible temor ancestral a las sierpes, no me era posible mantener.


Días después, en el frente de mi casa quedó estacionado un carro grande, no se si ford, y estuvo lloviendo mucho esa noche; en la mañana cuando miramos el techo del vehículo, tenía marcada la huella de la serpiente que abarcaba todo el perímetro, e igualmente el lugar por donde se bajó, todo era enorme y terrorífico, que parecía más bien la huella de un pulpo gigante. 

 


miércoles, 16 de diciembre de 2020

ATROPELLADA

                            


Cuando pensamos que carecemos de comunicación con los animales, debe ser que hay algo que no comprendemos o no sabemos explicar su comportamiento, pero ellos son seres que probablemente también tratan de comunicarse con nosotros, aunque seamos nosotros quienes no comprendemos lo que nos quieran decir.

Recuerdo con asombro, la historia del niño que se crió con los lobos, en España, cuando él contaba que un día tenia indigestión o envenenamiento y la serpiente amiga que lo acompañaba lo guió hasta una matica y le señaló con la cabeza para que la utilizara en su curación, cuando yo creía que las serpientes eran animales totalmente silvestres incapaces de comunicarse con los humanos, ésto me demostró la falsedad de mis creencias.

Otro ejemplo que me dejó de una pieza fue cuando a una amiga se le murió el esposo, ella llegó del entierro y se acostó en la cama con la cabeza boca abajo, a la orilla, y la perrita llegó, se paró en dos patas y le pasaba repetidamente la pata por el pelo, como consolándola por la pérdida que había tenido; lo cual me da a entender que hay sentimientos altruistas, compasivos en la mente de los animales, sobre todo de los perros.

Y como tercer ejemplo tengo, la historia de una vaca, una hermosa vaca blanca, sonrosada, de ojos vivos, inteligente,  atropellada en la carretera de Súcuta-El Peñón, en la mañana; ella se encontraba tirada en la cuneta, detenida quizás por el dolor de sus miembros que no le permitía pararse y caminar.

Nosotras pasamos, Isabel detuvo el vehículo y yo le hablé a la vaca: __Pobrecita, qué te pasó, vale? quédate tranquila que ya te van a venir a buscar. Acto seguido, la vaca sacó una de sus patas y me la mostró. Yo empecé a decirle y preguntarle si esa había sido la pata que le dolía, y ella me contestaba con sus gemidos y como si señalara la pata.

Así seguimos hacia la escuela con el corazón adolorido y con esa sensación de que un animal silvestre que no había contactado nunca me había entendido una sincera pregunta.